Los soldados del Reino Feudal saudí poco hicieron para impedirlo pues salieron corriendo en desbandada.
¿Será por eso que Riad ha decretado un alto el fuego de cinco días, renovables sine díe si los huthís se "portan bien"?
Aunque Arabia Saudí ha incrementado sus ataques en el norte de Yemen centrándolos ahora en la provincia de Saada, la base principal del movimiento huthi, y ha cometido masacres allí, en el frente de batalla su situación ha empeorado en los últimos días.
Las tribus yemeníes han cruzado la frontera y llevado la guerra al territorio saudí.
Ellas han lanzado ataques con misiles y artillería contra dos ciudades saudíes, Nadyan y Yizan.
Fuentes yemeníes dijeron a Al Manar que las fuerzas tribales han logrado tomar ocho puestos fronterizos situados cerca de ambas ciudades, que están localizadas al suroeste de Arabia Saudí.
El portavoz militar saudí, Ahmed Assiri, anunció una dura respuesta. Sin embargo, según pasaban las horas se vio que la única respuesta de los saudíes era la de incrementar sus ataques aéreos contra la población civil yemení en las ciudades y localidades de la provincia de Saada, reproduciendo así una escena similar a la de la guerra de Julio de 2006 en el Líbano.
Como respuesta a este nuevo nivel de agresión saudí los miembros de los grupos tribales decidieron recurrir a otra estrategia lanzando una gran ofensiva a lo largo de la frontera de la provincia de Saada con Arabia Saudí, matando a unos 15 militares saudíes y capturando una gran cantidad de armas y municiones, incluyendo piezas de artillería sofisticadas.
Los soldados saudíes huyeron del lugar en sus vehículos blindados.
Y cuando el Ejército intentó utilizar helicópteros para apoyar a los soldados que huían los yemeníes derribaron un helicóptero Apache, cuyos restos han sido filmados y fotografiados.
El príncipe heredero Mohammad bin Nayef, celebró entonces un encuentro de emergencia el miércoles por la noche en el que ordenó intensificar aún más la campaña de bombardeos, lo cual llevó a más destrucciones en la provincia de Saada.
Sobre el terreno, ordenó mover a convoyes con suministros logísticos con el fin de frenar la huida de los soldados saudíes y mantenerlos en nuevas localizaciones, pero sin ningún intento de regresar a sus puestos abandonados.
Los grupos tribales continuaron su progreso dentro del territorio saudí tras tomar la decisión de evitar aproximarse a ninguna zona residencial.
Las fuerzas tribales conocen la tierra montañosa de la frontera y cogieron por sorpresa a los militares saudíes después de destruir los dispositivos de alerta temprana utilizados por aquellos.
El objetivo de la ofensiva era castigar a los soldados saudíes por los diarios crímenes cometidos contra la población civil de Yemen.