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Pianista mundialmente famosa es censurada en Canadá por criticar al gobierno de Ucrania


La virtuosa pianista Valentina Lisitsa, ha sido sustituida por la Orquesta Sinfónica de Toronto y acusada de incitación pública al odio después de verter opiniones políticas críticas respecto a la conducta del gobierno de Ucrania durante la guerra civil que sacude el país.

Lisitsa, que nació en Kiev, es una pianista de renombre mundial, con algunas de sus actuaciones cosechando millones de visitas en YouTube.

La Orquesta Sinfónica de Toronto canceló los conciertos de Lisitsa después de que la pianista llamara la atención sobre la difícil situación de los ciudadanos en el este de Ucrania, que han sido víctimas de los bombardeos llevados a cabo por el ejército ucraniano.

Lisitsa apoyó originalmente al levantamiento de Maidan, pero más tarde se dio cuenta de que había sido secuestrado por intereses corruptos.

“Me metí en Twitter con el fin de buscar el otro lado de la historia que nos estaban contando, el que nunca ves en la corriente principal de los medios de comunicación, quería saber las cosas buenas y malas que estaban ocurriendo en Ucrania.

 Traduje las noticias de los sitios web de lengua ucraniana, traduje relatos de testigos de atrocidades…me convertí en una experta en desenmascarar las falsedades publicadas por los medios de comunicación”


Después de recibir un número no especificado de quejas del público sobre sus “declaraciones políticas”, la Orquesta Sinfónica de Toronto canceló sus apariciones en el Roy Thomson Hall de Toronto y trató de cancelar su contrato con el pianista.

“El TSO también acusó a Valentina de nada menos que de incitación pública al odio según el artículo 319 (2) del Código Penal de Canadá y llegaron tan lejos como para insinuar que a Valentina, una ciudadana de los Estados Unidos, las autoridades de inmigración le podrían impedir ingresar en Canadá”, escribe Olga Luzanova.

Finalmente la orquesta se vio obligada a cumplir con sus obligaciones contractuales con Lisitsa y a pagarle en su totalidad.

“Sí, la Sinfónica de Toronto va a pagarme por no tocar, por el simple hecho de que ejercí el derecho a la libertad de expresión. 

Sí, van a pagar mi cuota, pero se va a anunciar que no voy a poder actuar y ya han encontrado a un sustituto. Incluso me amenazaron si llegaba a decir algo sobre la causa de la cancelación”, escribe Lisitsa, agregando que: “Si lo hacen una vez, van a hacerlo una y otra vez, hasta que los músicos y los artistas se sientan intimidados y caigan en una censura voluntaria.

 Nuestro futuro será sombrío si permitimos que esto suceda”


Visto en : El Microlector

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