En la víspera del 35 aniversario del golpe militar en Chile, el Archivo de Seguridad Nacional publica inéditas transcripciones oficiales secretas de las conversaciones telefónicas de Henry Kissinger que desataron un esfuerzo masivo de Estados Unidos para derrocar al recién electo gobierno socialista de Salvador Allende.
“No dejaremos que Chile se vaya por el desagüe”, dijo Kissinger al director de la CIA Richard Helms el 12 de septiembre de 1970
Las transcripciones de las llamadas telefónicas –conocidas como “telcons”- incluyen conversaciones hasta ahora desconocidas entre Kissinger y el presidente Richard Nixon y el Secretario de Estado William Rogers.
Apenas ocho días después de la elección de Allende, Kissinger informó al presidente de que el Departamento de Estado había recomendado un acercamiento “para ver qué podemos conseguir (con Allende)”. Nixon respondió ordenando a Kissinger: “No dejes que lo hagan”.
Después de que Nixon hablara directamente con Rogers, Kissinger grabó una conversación en la que el Secretario de Estado coincidió en que “deberíamos, como usted dice, decidir con sangre fría qué hacer y hacerlo”, pero advirtió que había que hacerlo “discretamente, para que no tenga efectos contraproducentes”.
El Secretario Rogers pronosticó que “después de todo lo que hemos dicho sobre las elecciones, si la primera vez que un comunista gana, Estados Unidos intenta impedir que se desarrolle el proceso constitucional, quedaríamos muy mal”.
Las conversaciones desclasificadas también revelan que solamente nueve semanas antes de que el golpe militar chileno, dirigido por el General Augusto Pinochet y apoyado por la CIA, derrocara el gobierno de Allende el 11 de septiembre de 1973, Nixon llamó a Kissinger el 4 de julio para decirle “Creo que el muchacho de Chile puede tener algunos problemas”.
“Sí, creo que definitivamente está en dificultades”, respondió Kissinger. Nixon entonces culpó al director de la CIA Helms y al ex embajador estadounidense Edward Korry por fracasar en el bloqueo de la investidura de Allende tres años antes. “La embarraron”, declaró el presidente.
Kissinger nunca pretendió que el público conociera estas conversaciones, observó Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación de Chile del Archivo de la Seguridad Nacional, pero él “dejó para la historia un regalo que sigue entregando al grabar secretamente y transcribir sus llamadas telefónicas”.
Las transcripciones, señaló Kornbluh, proporcionan a los historiadores la posibilidad de acceder a las más cándidas conversaciones de los más altos y poderosos funcionarios estadounidenses cuando conspiraban para una intervención encubierta contra un gobierno democráticamente elegido”.
Kissinger comenzó a grabar secretamente todas las llamadas entrantes y salientes cuando se convirtió en asesor de seguridad nacional en 1969; sus secretarios transcribieron las llamadas de cintas de audio que fueron posteriormente destruidas.
Cuando Kissinger dejó el despacho en enero de 1977, se llevó más de 30.000 páginas de las transcripciones, alegando que eran “documentos personales”, y los utilizó, de forma selectiva, para escribir sus memorias.
En 1999, el Archivo de la Seguridad Nacional inició procedimientos legales para obligar a Kissinger a devolver estos registros al gobierno estadounidense, para que pudieran someterse a la ley de libertad de información y fueran desclasificados.
A petición del analista del Archivo William Burr, las “telcons” sobre las crisis de la política exterior desde inicios de la década de 1970, incluyendo estas cuatro conversaciones sobre Chile desconocidas antes, fueron recientemente desclasificadas por la biblioteca presidencial de Nixon.
El 30 de noviembre de 2008, el Archivo de la Seguridad Nacional publicará una completa colección de las llamadas transcritas de Kissinger en el Archivo de la Seguridad Nacional Digital (DNSA). Agrupando 15.502 llamadas transcritas, esta colección documenta las conversaciones de Kissinger con altos oficiales en las administraciones Nixon y Ford, incluyendo al presidente Richard Nixon; los Secretarios de Defensa Melvin Laird, Elliot Richardson, y James Schlesinger; el Secretario de Estado William P. Rogers; el embajador en Naciones Unidas George H.W. Bush; y el consejero de la Casa Blanca Donald Rumsfeld; además de connotados periodistas, embajadores, y líderes empresariales con estrechos lazos sobre la Casa Blanca.
Lea los documentos
l. Helms/Kissinger, 12 de septiembre 1970, 12:00 a.m.
Ocho días tras la elección de Salvador Allende, Kissinger le dice al director de la CIA Richard Helms que está convocando a una reunión del comité de los 40 – el comité que determina operaciones encubiertas en el exterior. “No dejaremos que Chile se vaya por el desagüe”, declara Kissinger. Helms informa de que ha enviado a un emisario de la CIA a Chile para obtener asesoría de la situación de primera mano.
2. Presidente/Kissinger, 12 de septiembre 1970, 12:32 p.m.
En medio de un informe de Kissinger a Nixon sobre el estatus de una crisis terrorista de con rehenes en Amman, Jordania, le dice al presidente que “el gran problema hoy es Chile”. El ex director de la CIA y miembro de la directiva de ITT John McCone ha llamado a la prensa a actuar contra Allende; el amigo de Nixon y director de Pepsi Donald Kendall ha traído a Washington al magnate de los medios chilenos Augustine Edwards. Nixon veta la propuesta del Departamento de Estado de “ver qué podemos conseguir (con Allende)”, y ordena a Kissinger: “no dejes que lo hagan”. El presidente solicita ver todos los cables sobre Chile y tener una panorámica sobre “cuáles son las opciones”.
3. Secretario Rogers, 14 de septiembre 1970, 12:15pm (pag. 2)
Después de que Nixon habla con el Secretario de Estado William Rogers sobre Chile, Kissinger habla con él el 14 de septiembre. Rogers coincide con reticencias en que la CIA debería “estimular un resultado diferente” en Chile, pero advierte que debería hacerse discretamente para que no se expusiera la intervención de Estados Unidos contra un gobierno democráticamente elegido. Kissinger le dice firmemente al Secretario Rogers que “la visión del presidente es hacer lo máximo posible para impedir que Allende asuma el poder, pero a través de fuentes chilenas y con perfil bajo”.
4) Presidente/Kissinger, 4 de julio 1973, 11:00 a.m.
Durante sus vacaciones en San Clemente, Nixon llama a Kissinger y discute la deteriorada situación en Chile. Dos semanas antes, fracasó un intento de golpe contra Allende, pero Nixon y Kissinger pronostican más tormenta. “Creo que el chico de Chile puede tener algunos problemas”, afirma Nixon.
“Oh, tiene problemas enormes… definitivamente está en dificultades”, responde Kissinger. Ambos comparten recuerdos de tres años antes cuando trataron encubiertamente de impedir la investidura de Allende. Nixon culpa al director de la CIA Richard Helms y al antiguo embajador estadounidense Edward Korry por el fracaso en detener a Allende; “la embarraron”, afirma.
La conversación gira luego a la evaluación de Kissinger del estreno de la obra “Gigi” en Los Angeles.
5) Presidente/Kissinger, 16 de septiembre 1973, 11:50 a.m.
En su primera conversación sustantiva después del golpe militar en Chile, Kissinger y Nixon discuten sobre el papel de Estados Unidos en el derrocamiento de Allende, y la reacción adversa en los medios de comunicación.
Cuando Nixon pregunta si la “mano” de Estados Unidos aparecerá en el golpe, Kissinger admite que “los ayudamos” y que “(referencia borrada) creamos condiciones tan grandes como fue posible”.
Los dos se lamentan sobre lo que Kissinger denomina la “gimoteante” prensa liberal. En el período de Eisenhower, afirma, “seríamos héroes”. Nixon le asegura que el pueblo apreciará lo que hicieron: “déjame decirte que no le van a comprar esta basura a los liberales esta vez”.
Patricia Rivas
Yvke Mundial
http://www.elciudadano.cl/2008/09/11/2972/nuevas-pruebas-de-la-conspiracion-de-la-casa-blanca-contra-allende/