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Derechos Humanos en Estados Unidos: una materia pendiente


Desde 1976, se ha aplicado la pena de muerte a 1264 personas

La pena de muerte es la última e irreversible negación de los derechos humanos, según declara la organización internacional Amnistía Internacional. 

Parece que el gobernador del estado de Utah, Gary Herbert, no comparte esta premisa; ya que ha promulgado recientemente que las personas con sentencia de muerte serán ejecutadas por un pelotón de fusilamiento. 

Explica el gobernador que tendrá que usar este método porque ya no llegan asiduamente los químicos fabricados y comercializados en Europa para realizar la inyección letal. 

Es que los europeos se niegan a exportar estos químicos, porque ya saben que uso tendrán. No parece casualidad esta postura en el viejo continente, ya que la mayoría de los países están en contra de la pena de muerte. 

Si observamos organismos de integración internacionales como el G8, Estados Unidos es el único donde todavía se aplica la pena máxima; en cambio en el G20, esta medida es compartida por China y Arabia Saudita; y dentro de la Organización Para la Seguridad y Cooperación de Europa, solo Bielorrusia acompaña al país del norte en la aplicación de esa condena. 

La historia de la ejecución, tiene larga data en la historia de Estados Unidos. La primera sentencia de muerte registrada en las colonias británicas de Norteamérica, se llevó a cabo en 1608.

 La primera víctima fue el capitán George Kendall, ejecutado por un pelotón de fusilamiento, acusado de espiar para el gobierno español. 

En 1612, el gobernador de Virginia, Thomas Dale promulgó la Divinidad, Moral y leyes marciales, que conllevaban la pena de muerte por delitos incluso menores como, robo de uvas, matar pollos y comercio con los indios. 

Las leyes relativas a la pena de muerte variaban de una colonia a otra, pero no todos estaban de acuerdo con estas medidas. Influenciados por el movimiento abolicionista que tenía sus raíces en Montesquieu, Voltaire, Bentham, algunas colonias fueron suprimiendo la pena capital. La primera fue Michigan, en 1846. 

Durante la guerra civil la oposición a la pena de muerte se desvaneció, ya que el movimiento contra la esclavitud estaba en el centro de atención. Después de la guerra se desarrollaron nuevos métodos de ejecución; como la silla eléctrica, construida en Nueva York en 1888. 

Más adelante entre 1920 y 1940, con la revolución rusa, la primera y segunda guerra mundial y la depresión económica con sus conflictos de clase intensos hace que emerjan las luchas de los partidos socialistas desafiando por primera vez al capitalismo. 

Como contrapartida, la derecha apoyada en el terreno propagandístico, ayuda a incrementar la paranoia y el miedo de la población; y en ese marco avanzan nuevos métodos de ejecuciones, como el uso de gas de cianuro en 1924. 

El año 1930 fue claro ejemplo de estas pujas políticas y sociales; ya que fue cuando se produjeron más ejecuciones en Estados Unidos que en toda su historia, un promedio de 167 por año, (Bohm, 1999 y Schbas, 1997). 

Ejecuciones y Minorías 

Las mayores ejecuciones en masa de la historia de este país, se llevaron a cabo contra minorías. En 1862, 38 indios americanos fueron condenados por violación y asesinato y ahorcados simultáneamente en Mankato, Minnesota. En 1917 se ejecutaron a 13 soldados afroamericanos por tomar parte en el motín sucedido en Houston. 

La geografía y la raza son factores importantes en las decisiones de pena de muerte 

Es interesante como desde épocas tempranas, los castigados eran los mismos, que hoy en día. Según estudios realizado en el año 2003, por la Universidad de Maryland, se llegó a la conclusión que la geografía y la raza son factores importantes en las decisiones de pena de muerte.

 Los fiscales son más propensos a pedir la pena capital cuando la víctima es de raza blanca y menos propensa cuando la víctima es afroamericana. 

Estos estudios son reforzados por American Civil Liberties Unión (ACLU), que reporta en Octubre de 2002, que 12 personas han sido ejecutadas; el demandado era blanco, y la victima negra, en comparación con 178 acusados negros ejecutados por asesinatos con victimas blancas. 

Desde que la pena de muerte se reinstalo en 1976, hay 1264 personas asesinadas, incluidas 12 mujeres. El 43%, pertenecen a la raza blanca, el 42% afroamericanos, el 3% asiáticos y el 13% latinos. Si tomamos en cuenta que la población negra es de 45 millones, y los blancos 62.6%, proporcionalmente la cantidad de ciudadanos afroamericanos ajusticiados es mayor. 

En cuanto a la geografía, de los 32 estados donde se practica las ejecuciones desde 1976, el 82% se ubican en el sur. Siendo los estados con más números de ejecuciones: Texas 522, Oklahoma 112, Virginia 110, Florida 90, Misuri 82, Georgia 57, Alabama 56, Ohio 53, Carolina del Norte 43, Carolina del Sur 43 y Arizona 37. 

De acuerdo a Amnistía Internacional, hay 103 países en el mundo que han abolido la pena de muerte totalmente, 6 lo aplican en circunstancias excepcionales, 50 solo por delitos comunes, pero no lo han utilizado durante al menos 10 años pero 36 mantienen la pena de muerte en la legislación y en la práctica.

 Entre los últimos, se encuentra Estados Unidos, que según datos de M.Watt y Juan Ortiz Smykla, desde 1608 hasta 2002, han ejecutaron 15.269 personas. 

Aunque la población norteamericana, ha ido evolucionando y cambiando su posición sobre este tema, ya que en 1996, el 78% estaba a favor de la aplicación de la pena capital y en 2013, esta cifra se redujo al 55%; organizaciones de suma importancia como The American Bar Association, Catholics Against Capitol Punishment,Episcopal Peace Fellowship, Progressive Jewish Alliance, Amnesty International USA, entre muchas otras, siguen alzando sus voces para que definitivamente se elimine la pena de muerte en este país.

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