El capitán del Ejército Adolfo Enrique Guevara Cantillo, alias ‘101’, fue hasta 2004 el jefe de inteligencia del GAULA en el departamento del Magdalena, en Colombia, (grupo élite del Ejército Nacional contra la extorsión y el secuestro) y al mismo tiempo, desde 1998, tuvo la doble función de lugarteniente principal del paramilitar “Jorge 40”.
Es decir, siendo militar activo era también miembro de los ejércitos paramilitares.
Guevara Cantillo revela que, por intermedio del general Mario Montoya, recibió del entonces presidente de Colombia, Alvaro Uribe Vélez, órdenes de cometer asesinatos.
“Irónicamente, yo asesiné personas fue como militar, no como paramilitar”, afirma.
Guevara no era un infiltrado, sino que TRABAJABA abiertamente para los dos grupos armados, el legal y el ilegal, lo cual sabían y protegían altos mandos, como el general Mario Montoya, quien llegó a ser Comandante del Ejército de Colombia
Sostiene que el régimen de ejecuciones extrajudiciales conocidas como “falsos positivos” fue una despiadada “política de Estado” de Uribe. Guevara fue partícipe, y describe una íntima, impune y eficiente relación criminal entre las fuerzas armadas del Estado y los ejércitos del crimen organizado de extrema derecha.
Recuerda que, en ocasiones el general Mario Montoya, y a veces el mimo Presidente Uribe Vélez, pedían los falsos positivos.
Luego, el entonces mayor Édgar Iván Quiñones Cárdenas (hoy coronel) se encargaba de la logística y su legalización, y el capitán Guevara (‘101’) los asesinaba.
Ahora, Álvaro Uribe es parte de una campaña electoral en la que destaca “los triunfos en la guerra contra las FARC”, con el solo fin de llegar al Senado.
No conforme, lo hace al frente de una organización política de extrema derecha, de la que es ideólogo principal el primo hermano del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, José Obdulio Gaviria.