Editorial LA JORNADA – a tensión entre los servicios de espionaje masivo del gobierno estadunidense, empresas y organizaciones de la industria informática se recrudeció tras la revelación de que durante casi una década la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha intentado romper los sistemas de seguridad que protegen la información personal de usuarios de teléfonos celulares y tablets de la marca Apple.
Según el portal The Intercept, que difunde documentos filtrados por el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden, los expertos de la CIA lograron crear una versión propia de Xcode, lenguaje para desarrollar aplicaciones de Apple, con lo que lograron vigilar los programas para iPhone, iPod y iPad que se distribuyen en la tienda de aplicaciones de la firma.
Sin embargo, no queda claro si la agencia de espionaje logró vulnerar los algoritmos de seguridad que protegen los datos personales almacenados en los dispositivos citados.
Lo que es seguro es que la NSA –y posiblemente también la CIA– tiene la capacidad de vigilar, interceptar y almacenar cientos de millones de intercambios de información digital, incluidas llamadas telefónicas y videoconferencias, correos electrónicos, mensajes de texto y sesiones de navegación de usuarios en Internet, tanto en Estados Unidos como en otros países.
De acuerdo con otra nota publicada también en The Intercept, la dependencia opera clandestinamente en Bahamas un sistema cuyo nombre clave es Somalget, e interfiere, graba y archiva el audio de todo teléfono celular en el país insular, todo ello sin conocimiento ni permiso de las autoridades locales.
Tales operaciones son rutinarias en muchas otras naciones, incluida la nuestra, donde, a decir del portal, la NSA, mediante el sistema Mystic, recolecta de manera furtiva los datos de hora, destino y origen de cada llamada realizada mediante las redes de telefonía celular. De esa información es posible inferir rutinas, horarios, relaciones y actividades de los usuarios.
Otro hecho relevante es que la Fundación Wikipedia presentó una denuncia contra la NSA por violar el derecho a la privacidad de usuarios y autores de ese medio –conocidos como wikipedistas–, según una nota publicada ayer por The New York Times.
Para interponer el recurso legal Wikipedia se unió con otros grupos, como la Unión Estadunidense por las Libertades Civiles, a fin de exigir a la justicia del país vecino que intervenga para poner fin a una vigilancia que permite a las entidades gubernamentales –y a otras, en caso de filtraciones– obtener perfiles de internautas que incluyen sus creencias políticas y religiosas, su orientación sexual, su situación médica, su ubicación y sus actividades.
Es significativo y alarmante que mientras organizaciones no lucrativas como Wikipedia y Wikileaks, así como grandes consorcios informáticos –entre los cuales se encuentran Google y Microsoft, además de Apple– han reaccionado con manifiesta indignación por las prácticas del espionaje gubernamental estadunidense contra la privacidad de los usuarios de telecomunicaciones y cómputo, gobiernos como los de México y Bahamas han presentado respuestas tibias y ambiguas ante un espionaje masivo, ilegal, injustificado, peligroso y a todas luces violatorio de leyes nacionales e internacionales, ello a pesar de que la seguridad personal y el derecho a la intimidad de millones de ciudadanos es puesta en riesgo de manera sistemática.
Cabe esperar que la sociedad cobre conciencia de esta nueva amenaza y presione a las instancias del poder público para que tomen cartas en el asunto, cumplan y hagan cumplir una legalidad en materia de protección de la información que, ante los enormes sistemas estadunidenses de espionaje masivo, ha quedado convertida en papel mojado