Enrico Berlinguer y Giorgi Napolinati, cabezas visibles del liderazgo del Partido Comunista Italiano, en una conversación durante los 70
«La posición del Partido Comunista Italiano respecto a la Organización del Tratado Atlántico Norte –OTAN–, o dicho de otro modo: su postura sobre este pacto militar promovido y mantenido desde los años 50 por el imperialismo siempre ha sido la misma: «la no salida de ella en caso de llegar al poder», esto se dejó claro en varios documentos formales e informales del partido y sus individuos que formaban parte de él:
«La permanencia de Italia en la Alianza Atlántica, se debe a la necesidad de conservar el equilibrio de potencia del cual depende la salvaguardia de la paz en Europa y en el mundo». (Partido Comunista Italiano; La política y organización de los comunistas italianos; Tesis y estatutos aprobados en el XVº Congreso del PCI, 1979)
Este sofisma era muy antiguo:
«La tesis del equilibrio entre las grandes potencias, como factor y medio para salvaguardar la paz, es una vieja consigna imperialista que el mundo y sobre todo Europa conoce de sobra.
Con esta tesis siempre se ha pretendido justificar la política hegemonista de las grandes potencias imperialistas, el derecho que se arrogan de inmiscuirse en los asuntos internos de los demás y de mantenerlos dominados». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)
Esa posición tan abiertamente oportunista era una concesión más del revisionismo eurocomunista a sus burguesías nacionales para demostrar que «iban a portarse bien», «como marxistas coherentes y modernos» en caso de que se llegara a conformar alguna vez un gobierno liderado por ellos:
«Para complacer a la burguesía y demostrar su lealtad a ella, los eurocomunistas italianos y franceses han ido tan lejos como para justificar la OTAN y la presencia de tropas y bases estadounidenses en Europa occidental». (Partido del Trabajo de Albania; Eurocomunismo, o revisionismo sin disimular; Publicado en «Zëri i Popullit», Órgano del Comité Central del PTA, 4 de diciembre de 1977)
SYRIZA por su parte imita al viejo partido revisionista italiano y proclama excusas que aunque no iguales sí concluyen en los mismos resultados. Así, de pedir la retirada de las bases de la OTAN de Grecia hace no mucho:
«Cerrar todas las bases extranjeras en Grecia y salir de la OTAN». (SYRIZA; Programa; 2012)
Ha pasado a pedir ¡la« renegociación» de Grecia en la OTAN, advirtiendo que no desea abandonarla!:
«Tenemos la responsabilidad de gestionar la relación de nuestro país con las organizaciones internacionales –UE y OTAN– de una manera que no dañe los intereses nacionales. (...) Vamos a renegociar los términos de la integración del país en los asuntos europeos e internacionales.
No están en los planes del partido salir de la OTAN, sería volátil para mi decir eso.
Nosotros, sin embargo, la intención de convertir al país en uno de los pilares de la paz y la seguridad, tanto en Grecia como en el extranjero. Así que ni siquiera un soldado griego tendría que estar en una misión de la OTAN en el extranjero en Afganistán o Somalia.
¿Para reclamar qué? ¿Para proteger qué?
¿Qué intereses nacionales griegos hay en Afganistán? Así que vamos a renegociar los términos de nuestra presencia allí. Sin embargo no vamos a tomar cualquier acción que pondrán intereses vitales griegos en riesgo». (Alexis Tsipras; Declaraciones en Atenas, 5 de septiembre de 2014)
Alexis Tsipras reconoce que no quiere salir de la OTAN, pero que tampoco quiere participar en sus aventuras internacionales como Afganistán o Somalia, ¿acaso se hace el tonto queriendo pensar que la OTAN no intentará involucrar a la Grecia OTANISTA en otros conflictos? Así mismo para Tsipras, que reconoce indirectamente el carácter belicista e imperialista de la OTAN, piensa que salir de la OTAN sería poner en peligro «los intereses vitales griegos en riesgo», para él pues, una organización conocida por su anticomunismo y sus invasiones ilegales a terceros países cuando estos no cumplen los designios de las potencias imperialistas occidentales, una organización ligada estrechamente a las últimas dictaduras militares griegas del siglo XX, no serviría como garante de los intereses griegos fuera del suelo griego, pero sí sería el garante de los intereses griegos en suelo griego, y por tanto no debería salir Grecia de ella, rememora por tanto el argumento de Enrico Berlinguer y los eurocomunistas italianos de que salir de la OTAN «rompería el equilibrio de poder en Europa», solo que Tsipras lo camufla con una frase más nacionalista «dañaría los intereses nacionales».
Vemos pues como SYRIZA actúa como el Partido Socialista Obrero Español de Felipe González de los 80, quienes antes de las elecciones generales de 1982 se autoconsideraban como la «izquierda que abanderaba las campañas para el voto por el NO en la entrada de la OTAN», y que a la llegada al poder en 1982, cambiaron de postura y metieron a España en la OTAN votando por el SÍ en 1986».