Quizá nunca hayas oído hablar de él: se lo conoce vulgarmente con el nombre de pangolín, es el mamífero más traficado del mundo y está en peligro de extinción.
Además tiene una lengua tan larga como su cuerpo.
La razón por la cual muchos de nosotros nunca oímos hablar de este animal es que rara vez sobrevive en cautiverio. Sólo seis zoológicos en el mundo tienen uno.
Además, es el mamífero que más se comercializa de forma ilegal en el mundo: cerca de 100.000 pangolines al año son capturados y enviados a China y Vietnam.
En esos países su carne es considerada una delicatesen. Creen que sus escamas tienen propiedades medicinales mágicas.
Ya no quedan ejemplares en el sudeste asiático, y ahora se están reduciendo drásticamente las poblaciones de este mamífero en África.
Todas las ocho especies de pangolines están al borde de la extinción.
Los llevan de a toneladas, vivos o muertos, frescos o congelados, destripados y sin la piel.
Los vivos son los más valiosos. Antes de venderlos los traficantes suelen rellenar sus estómagos con piedras o almidón para aumentar su peso.
US$1.500 por un kilo.
Parecen alcachofas (o alcauciles, como le dicen en algunos países) con patas.
Llevan a sus hijos en la cola y se enrollan alrededor de ellos para protegerlos. Usan su cola para colgarse de las ramas de los árboles o para estirarse y alcanzar nidos de hormigas.
En un año consume siete millones de hormigas y termitas con su extensísima lengua. No tiene dientes: acumula piedras en su estómago para triturar la comida.
Fuente: CNN/a>