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Aún con la sorpresa de ver como medios de comunicación “españoles” tachaban a los terroristas chechenos de “rebeldes” y otras lindezas para justificar sus acciones criminales (lo del diario El Mundo es de bochorno), parece que la acción de los asesinos ya ha sido resuelta con decisión, con la pérdida irreparable para policías chechenos que han combatido como héroes contra los bandidos
. Un comando yihadista checheno irrumpió anoche en la capital de la provincia rusa, Grozni, matando a varios policías y ocupando un céntrico edificio.
El asalto se produjo a la una de la madrugada, horas antes de que el presidente Vladímir Putin iniciara su discurso a la nación, y a medida que transcurría la mañana adquiría mayores dimensiones.
Al menos 11 de los milicianos resultaron muertos, así como una decena de policías, más 28 heridos, según datos oficiales. Los asaltantes, según la versión difundida por el líder chechenio Ramzan Kadírov, eran quince y llegaron a Grozni en tres coches, aparentemente tres taxis. Las fuerzas de seguridad respondieron al ataque con armas de grueso calibre y el edificio en que los milicianos se atrincheraron, la Casa de la Prensa, acabó en llamas.
Poco antes, los milicianos grabaron un vídeo, que fue difundido por la web Kavkaz Center –órgano de la oposición islamista chechena-, en el que anunciaban –no sin cierto patetismo- que se trataba de una “operación de martirio” la cual se llevaba a cabo en venganza por las humillaciones y los sufrimientos infligidos a las mujeres chechenas por el gobierno local.
El grupo dijo actuar bajo las órdenes del comandante checheno emir Jamzat (Aslan Biutukayev) y bajo juramento de fidelidad al emir Ali Abu Mohamed, actual líder del llamado Emirato del Cáucaso.
El daguestaní Abu Mohamed (Rustam Asildarov) es el sucesor de Doku Umarov, líder del Emirato del Cáucaso desde su fundación en el 2007 y muerto en septiembre del 2013, envenado según Kavkaz Center.
El líder de Chechenia, Ramzan Kadírov, se apresuró a anunciar en su cuenta de Instagram que la ciudad estaba en calma y no bajo control militar, y que él mismo había dirigido la operación contra los insurgentes. No obstante, Kadírov se encuentra en Moscú, con motivo del discurso de Putin. Con su habitual lenguaje contundente, dijo que “los perros están muriendo como perros”, refiriéndose a los “bandidos”, seis de los cuales habrían muerto sin que “ni uno solo pudiera escapar”.
Para Dimitri Trenin, director del Centro Carnegie de Moscú, “el ataque de Grozni parece no tener sentido, salvo que fuera un intento de perturbar a Putin horas antes de su intervención ante el Parlamento”. El presidente ruso, por su parte, dijo que esperaba que las fuerzas chechenas fueran capaces de ocuparse de los “terroristas”, de los que insinuó que reciben apoyo del extranjero.
“Nos acordamos bien de quiénes y cómo apoyaron entonces -durante las dos guerras chechenas- abiertamente el separatismo e incluso el terror, llamaron rebeldes a los asesinos que tenían las manos ensangrentadas y los recibieron al más alto nivel”, dijo el líder del Kremlin, según la agencia Efe.
El apoyo “informativo, político, financiero” de Occidente al separatismo checheno “no dejó dudas de que con gusto nos habrían dejado ir por el camino de la desintegración yugoslava, con todas las nefastas consecuencias que habría tenido para los pueblos de Rusia”.
Tomado de: El Espíadigital
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