Hace unos días se celebraba la V Cumbre Cuba-Comunidad del Caribe (CARICOM). Fidel Castro impulsó esta relación de cooperación de Cuba con esta comunidad de 15 estados, siendo la primera personalidad no perteneciente a dicho CARICOM en recibir la Orden Honoraria de la Comunidad del Caribe. La razón: “su fervor y sacrificio, (...) durante toda una vida, (...) por su país, por la región y por el resto del mundo en desarrollo”.
A comienzo de los años 70, Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago, núcleo inicial de esta comunidad, tomaron la decisión colectiva de establecer relaciones con Cuba cuando era aún pecado en América Latina. Y rompieron el muro del aislamiento impuesto por Washington.
A pesar de ser en su mayoría países pequeños y dependientes del turismo norteamericano, nunca se doblegaron a las presiones con respecto a Cuba, condenando siempre, sin paliativos, el bloqueo de EEUU.
Aunque no haya sido noticia, desde 2005 se han graduado en Cuba 1.300 jóvenes de estos países, becados por el Gobierno cubano. Actualmente, estudian cerca de 3.000. 1.115 profesionales de la salud ya trabajan en sus países tras formarse en la Isla. Y la Operación Milagro cubana ha devuelto la vista a más de 56 mil personas de estas islas del Caribe.
Hace unos días, un representante del régimen político heredero de la antigua Metrópoli española visitaba La Habana. Y recibía el trato frío que merece quien actúa con arrogancia y ridícula superioridad.
En contraste, Cuba acogía con hospitalidad a quienes siempre la han tratado con respeto: pueblos mestizos todos, suma de población nativa y esclava, que sobrevivieron al colonizador, y que por ello conocen como nadie el valor de la unidad.
Texto original
La grandeza de los pequeños
Iroel Sánchez – Blog “La pupila insomne”.- Pueblos mestizos, descendientes en su mayoría de seres humanos traídos de lejanas tierras en condiciones de esclavitud o semiesclavitud, que en varios lugares mezclaron sus diversos orígenes con nativos rebeldes que sobrevivieron al colonizador, los caribeños conocen como nadie el valor de la unidad.
Tal vez es por ello la Comunidad del Caribe (CARICOM) es, de todos los esquemas de integración en nuestra región, el que más ha avanzado y ha logrado institucionalizarse.
Llegados últimos a la independencia, demostraron con la decisión colectiva de establecer relaciones con Cubacuando hacerlo era aún pecado en América Latina. Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago rompieron en 1972 el muro del aislamiento impuesto por Washington a La Habana, en una tradición de tomar decisiones propias que ha sido ejemplar con respecto a países mucho mayores y con economías más potentes.
A pesar de ser en su mayoría países pequeños, dependientes muchos de ellos de la agricultura y receptores del turismo norteamericano, nunca se han doblegado a presiones externas con respecto a Cuba y siempre han condenado el bloqueo estadounidense.
La visión del Comandante Fidel Castro acogió e impulsó esa relación de colaboración, amistad y respeto. Por ello, Fidel ha sido la primera personalidad no perteneciente al órgano regional en recibir la Orden Honoraria de la Comunidad del Caribe, “por el fervor y sacrificio con que el líder cubano, durante toda la vida, ha trabajado por su país, la región y el resto del mundo en desarrollo”.
Es una colaboración cuyos frutos son palpables en la vida de los pueblos caribeños. Sólo desde 2005 se han graduado en Cuba mil 305 jóvenes de países miembros de CARICOM y dos mil 972 estudian actualmente acá, de los que mil 478 de lo hacen para hacerse médicos. Mil 115 médicos y trabajadores de la salud cubanos laboran en países de CARICOM y la Operación Milagro creada por Fidel ha devuelto la vista a más de 56 mil caribeños.
Como expresión de las relaciones entre Cuba y CARICOM, se celebran desde 2002, alternamente entre nuestro país y una nación caribeña, las Cumbres Cuba-CARICOM, que realizan en La Habana su quinta edición.
En estos tiempos en que desde algunas blancas naciones del Norte que esquilmaron y saquearon estas tierras suelen pasar por La Habana queriéndonos dar como consejos lo que no han logrado imponernos como órdenes, Cuba acoge con máxima hospitalidad a quienes nos han tratado siempre como iguales y han desafiado el precio de hacerlo desde la pequeñez de su geografía y la grandeza de sus corazones.
Hay un par de versos de Roberto Fernández Retamar que hablan de los negros de este lado del Océano Atlántico y explican como pocos porque son como son: “escogidos y purificados a través de pruebas horribles, de modo que sólo los mejores sobrevivieron y son la única raza realmente superior del planeta”.
Deberían leerlos quienes nos han querido imponer la desunión y la servidumbre como único futuro.
(Publicado enCubAhora)