El 21 de noviembre de 2013 manifestantes salieron a la plaza central de Kiev para protestar contra la suspensión del acuerdo de asociación entre Ucrania y la UE, propiciando el cambio más radical experimentado por el país tras la caída de la URSS.
La tarde lluviosa del 21 de noviembre del año pasado varios centenares de manifestantes se reunieron en el centro Kiev para protestar contra la decisión del Gobierno de Nikolay Azárov de suspender la firma del acuerdo de asociación de Ucrania con Europa. Así empezó el Euromaidán.
Ocho días después de que el presidente Víktor Yanukóvich renunciara a firmar la anunciada asociación comercial con Europa, la élite de las fuerzas de seguridad, 'Bérkut', golpeó brutalmente a los manifestantes. Sin embargo, la protesta creció y se tornó cada vez más violenta.
Varias semanas después los manifestantes habían tomado varios edificios gubernamentales tenían en jaque a la policía.
El 16 de enero del 2014 Yanukóvich dio otro paso en falso aprobando la ley anti-protesta, lo que derivó en más enfrentamientos y el primer muerto, un activista ucraniano de origen armenio llamadoSerguéi Nigoyán.
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El verdadero punto de inflexión del Maidán tuvo lugar el 18 de febrero.
Tras varios intentos de encontrar una solución pacífica, la violencia ganó el pulso en la capital. En escasas 48 horas murieron más de 80 personas, la mayoría de ellas manifestantes. Hasta ahora no se conocen los verdaderos autores de la matanza.
El presidente firmó una resolución para convocar elecciones anticipadas y crear un Gobierno de transición, pero el acuerdo no duró ni un día. Yanukóvich abandonó el país y los radicales tomaron la casa presidencial en Kiev.
La Rada Suprema destituyó al presidente. La mayoría de los países del mundo reconocieron al Gobierno de transición, mientras Rusia lo calificó de golpe de Estado.
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En el marco del aniversario del Euromaidán el portal ucraniano Gordon preguntó a varios políticos, periodistas y artistas si habrían salido a la calle hace un año a sabiendas de las consecuencias que acaerraría la protesta.
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"Siempre existe el dilema: ¿Puede una protesta valer una vida humana? En noviembre del año pasado nadie podía imaginar que la policía dispararía a los manifestantes.
Sin embargo, entendemos que sin la lucha no se pueden lograr cambios en el país.
Por eso, si hubiera conocido las consecuencias, habría salido a la calle igualmente", comentó el periodista y miembro de la Rada Suprema, Mustafa Nayyem.
Sin la lucha no se pueden lograr cambios en el país. Por eso, si hubiera conocido las consecuencias, habría salido a la calle igualmente
"Estoy acostumbrado a ser honesto, ante todo conmigo mismo.
Por eso, contesto lo siguiente: si hubiera sabido que las consecuencias habrían conllevado víctimas, sufrimiento, miles de refugiados, la traición de los políticos del Gobierno anterior y del actual y la pérdida de territorios, no habría salido al Maidán.
Habría tolerado a un presidente corrupto hasta el 2015 en vez de ver la pesadilla que está sufriendo Ucrania", dijo Dmitro Gordón, periodista y presentador ucraniano.
Según datos del Ministerio de Sanidad de Ucrania, entre el 30 de noviembre de 2013 y el 14 de abril de 2014 las protestas se cobraron un total de 106 vidas, entre ellas las de 20 agentes de policía.
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Según el informe del comisionado de la ONU para los derechos humanos, desde el pasado mes de abril han fallecido 4317 personas a lo largo del conflicto militar en Ucrania y otras 9921 resultaron heridas.
El informe revela que durante el alto al fuego oficial, entre el 6 de septiembre y el 31 de octubre, fallecieron al menos 718 personas.