Pablo Gonzalez

Dignidad y valentía ciudadana de un periodista guatemalteco


En Guatemala es muy difícil que sean toleradas las opiniones de aquellos periodistas que desafían abiertamente las maniobras de las mafias que controlan o tienen a su disposición el Estado.

 Además para los suficientemente osados, existe el peligroso antecedente de ser Guatemala uno de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico en Centroamérica, solo en el 2013 fueron asesinados 4 periodistas mientras que por otra parte se registraron 55 casos de agresiones no violentas y de violación de la libertad de expresión. 

Bajo estas condiciones resulta en extremo valerosa la actitud y la manera en que José Rubén Zamora presidente del matutino elPeriódico ha confrontado y denunciado, como debe ser, con firmeza y convicción, y no con blandenguerías, las arbitrariedades y el accionar ilegitimo del binomio Pérez-Baldetti, que ha convertido la democracia guatemalteca en una farsa total. 

Y como dice Luciano Castro, ojalá antes de que le maten, reciba el reconocimiento que merece -aunque de hecho ya lo tiene de todos los ciudadanos honrados de este país- porque como él hay pocos, pues meterse con La Gruesa o los gruesos de este país, no es poca cosa. 

JOSÉ RUBÉN ZAMORA, DIGNIDAD Y VALENTÍA CIUDADANA DE UN PERIODISTA GUATEMALTECO

Por Luciano Castro Barillas

La prensa guatemalteca, con excepciones que no pasan de los dedos de la mano, es un estercolero de periodistas venales, escasamente negociables, no por incorruptibles, sino porque ellos mismos se ofrecen, como las meretrices baratas. Es toda una galería de monstruos que se exhiben en los espacios de opinión en los diferentes diarios de Guatemala que no están concebidos para difundir la verdad sino para ocultarla. Resulta que aquí los librepensadores, esa especie de burgueses o pequeñoburgueses liberales, no son más que esclavos de los propietarios de los medios y sus anunciantes.

Muy difícilmente una opinión atrevida o desafiante es tolerada, peor aún si alude a las mafias políticas y financieras que día a día con sus desaguisados destruyen la endeble y famélica democracia guatemalteca, la cual ha sido diseñada por los sistemas tradicionales para nunca poder resolver nada. Así ha sido por años.

La crisis del Estado y la sociedad guatemalteca no tiene solución con las fórmulas que siguen proponiendo los neoclásicos del liberalismo.

 El mismo Banco Mundial está preocupado con lo que pasa en Guatemala, que se acerca paulatina e irremisiblemente a la línea roja, es decir, a la incapacidad de pago, a la inviabilidad financiera, a la bancarrota e insolvencia total, porque el hoyo negro fiscal no puede reducirse con el 11.5% del Producto Interno Bruto, contra el promedio Centroamericano del 19.8%. 

Y no tiene remedio el problema social guatemalteco en el hipotético caso que tuviera durante los últimos 3 años un crecimiento sostenido del 5%, contra el 3.6% con que crece actualmente. La miseria social crece exponencialmente, a cambio de decrecer.

La riqueza se concentra, pues, en las manos de los gánsteres de siempre: politiqueros y narcotraficantes. Y eso es lo que viene denunciando desde hace muchos años don José Rubén Zamora en las páginas de su periódico, elPeriódico, medio nacional que enarbola la bandera de la gallardía, la dignidad, la independencia.


Para nadie es un secreto los atropellos que ha sufrido el señor Zamora: secuestrado y vejado con sus hijos y esposa en su propia casa, lo que hizo que su familia estuviera o está desde hace varios años en el extranjero. El cerco de los anunciantes oficiales y comerciales conexos.

Se necesita convicción y valentía para decir lo que dice este especial periodista y es una pena que no podemos ser solidarios con él nada más que a través de un escrito.

 Porque se merece mucho más que palabras -aunque tan importantes que son también las palabras- ante las serias amenazas que se levantan ominosas contra él por los poderes fácticos que desveliza, que expone a la vergüenza pública, ante la moral ciudadana. 

 Ojalá, antes de que le maten, reciba el reconocimiento que merece -aunque de hecho ya lo tiene de todos los ciudadanos honrados de este país- porque como él hay pocos, pues meterse con La Gruesa o los gruesos de este país, no es poca cosa.

La mejor de las suertes respetable señor Zamora.

Publicado por LaQnadlSol
USA.

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