A pesar de la tregua, los militares ucranianos están incrementando su presencia en el Donbass.
Contrariamente a los acuerdos alcanzados el 5 de septiembre sobre el alto el fuego, en Kiev, por lo que parece, continúan preparándose para la guerra.
El consejero del ministro del Interior Arsén Avákov, Zoryan Shkiryak, el 9 de septiembre en su página de Facebook, informaba que se estaba produciendo un reagrupamiento y refuerzo de divisiones ucranianas, y que en la zona de la denominada “Operación antiterrorista”, estaba llegando armamento pesado.
Shkiryak justificaba los hechos aduciendo que se preparan para un posible ataque por parte de Rusia. Claro que, durante toda la operación militar los militares ucranianos en sus informes han estado repeliendo casi a diario la “agresión rusa”, por supuesto sin presentar prueba alguna de esa “invasión”.
El jefe de Shkiryak, el ministro del interior Arsen Avakov, tampoco oculta, que se están reforzando. “Mariupol es y seguirá siendo ucraniana. Actualmente se está reforzando. Se han dislocado tropas de refuerzo, entre las que está la 1ª Brigada operativa de la Guardia Nacional”, escribía el 7 de septiembre.
Por parte de la milicia no dejan de llegar informaciones de que Kiev está enviando nuevas tropas a la zona de la “Operación antiterrorista”: En Debaltsevo han aparecido 32 nuevos tanques En la unidad de tanquistas de Artiomov, acompañando a la treintena de tanques han llegado 15 sistemas antiaéreos “Shilka”, 7 misiles “Tochka-U”, seis sistemas “Grad” y una unidad “Smerch”, informaron desde el Estado Mayor de la milicia, el 7 de septiembre.
Ambas partes se acusan mutuamente de estar violando el alto el fuego. Por ejemplo el 9 de septiembre, representantes de la RPD acusaban al ejército ucraniano de haber volado intencionadamente un puente al sur de la República de Donetsk. El Estado Mayor ucraniano, por su parte informaba de la violación del alto el fuego por parte de los milicianos en las localidades de Nizhnaya Krynka, Avdeyevka, Popasnoe, Nikishino, Mayorsk, Kirovskoe y Faschevka.
Tampoco podemos olvidar las recientes rimbombantes declaraciones del líder del “Bloque de Petro Poroshenko”, Yuri Lutsenko en las que afirmaba que Kiev habían alcanzado acuerdos con países de la OTAN para el suministro de armamento. Los representantes de los Órganos de Defensa occidentales desmintieron esa información, y el 9 de septiembre, el propio Lutsenko, afirmaba que no sabía de qué hablaba. Como dijo el presidente de la Duma, Serguei Naryshkin, al referirse a esta cuestión: “Cuando el rio suena…”
Las agresivas declaraciones de los políticos y la precaria situación en el Este, llevan a los expertos a hablar de que al Donbass le espera una nueva escalada del conflicto.
El experto militar Vladislav Shuryguin, considera que es algo que podría darse dentro de una semana.
Es vidente, que ninguna de las partes ha alcanzado los objetivos fijados durante el conflicto bélico, Kiev no ha podido establecer su control sobre las provincias rebeldes ni aplastar a lo que ellos denominan “formaciones armadas ilegales”. La RPL y RPD, tampoco han podido mantener todo el perímetro, ha perdido parte de su territorio y apenas estaban empezando a recuperarlo. Por eso ninguna de las partes está realmente interesada en la conclusión de la guerra. Se trata de una tregua temporal, para tomar aire y preparar la nueva etapa de las hostilidades militares.
¿Cuándo piensa que puede darse una nueva agudización de la confrontación?
Pienso que entre una semana y diez días.
¿Tan pronto?
Se da la circunstancia de que estamos en una situación que no se puede alargar mucho más. ES una carrera contra el tiempo, cada cual quiere movilizar a sus fuerzas e impedir que el adversario se refuerce.
¿A quién le ha venido mejor este respiro?
La tregua era más necesaria para Kiev, quien en la etapa anterior acababa de sufrir una derrota contundente sin obtener nada a cambio que no fuese enormes pérdidas. Por eso le era indispensable tomarse una pausa, para retirar todas las unidades vapuleadas. Ahora la parte ucraniana va a intentar tomarse la revancha. Para la milicia este alto el fuego no era tan necesario, aunque tampoco les ha venido mal tomarse un respiro. Para Rusia sí ha sido beneficioso, para demostrar que está a favor de la paz en la región y que hace todo lo posible para lograrlo.
¿Quién será el primero en romper el alto el fuego?
Lo más probable es que se dé una situación militar, en que una unidad tenga que entrar en combate. En realidad ya ahora hay enfrentamientos continuos, aunque de baja intensidad. Ambas partes, de momento se están conteniendo. Pero cuando llegue el momento propicio, aparecerá Poroshenko con el rostro sombrío y dirá que Ucrania ha hecho todo por mantener la paz, pero que le han impuesto la guerra, que los milicianos no atienden a razones, por lo que Kiev se ve obligado a reanudar las operaciones militares.
Aunque del mismo modo, tampoco excluyo en absoluto que sean los milicianos los que anuncien que se ven obligados a acometer operaciones militares que les han sido impuestas. En cualquier caso, tampoco es algo decisorio, es un casus belli. Occidente se agarrará a cualquier excusa para continuar su presión sobre Rusia.
¿En caso de que se reanuden las operaciones militares, podrán los países de la OTAN armar Kiev, como anunciara Yuri Lutsenko?
Occidente lleva ya tiempo suministrando todo tipo de pertrechos, cascos, chalecos antibala, medios de transporte. Lo siguiente será armamento, puesto que Ucrania casi ha agotado sus reservas y se está viendo obligada a echar mano de sus arsenales de armamento de 4ª o 5ª categoría. La UE comenzará a recopilar por toda la Europa Oriental los restos del armanento soviético, y los EEUU correrán con los gastos. Será un negocio muy rentable.
El que los países de la OTAN renieguen de las declaraciones de Lutsenko es comprensible. Nadie quiere que lo pillen fuera de juego y reconocer que están suministrando armamento a Ucrania, significa ponerse al Kremlin todavía más en su contra.
¿Cuánto podría durar esta nueva etapa de confrontación militar?
Ucrania no tiene fuerzas para una guerra prolongada. La etapa anterior duró dos meses, pero pasando por todas las etapas: desde un conflicto de baja intensidad, recurriendo a fuerzas semipoliciales y de castigo, para acabar en una guerra a gran escala, en la que Kiev ha sufrido una derrota sin paliativos. Ahora si están recibiendo nuevo armamento, puede que les dé para otro mes de combates, aunque todo dependerá del mando. Hasta la fecha la comandancia ucraniana ha demostrado su absoluta incompetencia y su “capacidad” para acabar con una enorme cantidad de sus propias tropas y armamento. Si se mantiene el mismo mando militar, todo podría acabar en tres semanas.
Pienso que la próxima tregua podría ser definitiva. Al acuerdo actual no ha fijado las fronteras de Novorossia, pero el próximo acuerdo de paz podría hacerlo.
El analista militar ucraniano Denis Selezniov, también se muestra convencido de que antes de que llegue el frio, Kiev acometerá un nuevo intento de aplastar a la milicia.
-Aunque no conozco al detalle la biografía de Shkiryak, recuerdo como hace unos años, aparecía en todas las vallas publicitarias de Kiev prometiendo unas calles limpias y unas vallas pintadas. No llego a entender cómo ha terminado en el ministerio del Interior. Es un embaucador, aunque no deja de representar el estado de ánimo de la institución que representa. Y si él anda haciendo esas declaraciones, significa que siguen pensado en la guerra y en la victoria. No es algo que pueda sorprendernos, puesto que la situación actual no satisface para nada a Kiev. Lo más probable es que antes de que llegue el frio, asistamos a un nuevo asalto de las operaciones militares, que podría comenzar antes de dos semanas.
¿Qué pueden estar planeando los militares ucranianos?
Más o menos está claro donde pasarán a la ofensiva. Intentarán cortar el avance de los milicianos en la zona de Mariupol, conquistar Telmanovo y abrirse paso hasta la frontera con Rusia. También lanzarán una ofensiva al norte de Lugansk, seguirán lanzando proyectiles contra la ciudad, volverán a intentar ocupar la zona de Metalist, pensando sobre todo en que allí los milicianos siguen siendo bastante débiles. El tercer frente sería en Debaltsevo: van a intentar mantener ese campo de operaciones y mantener todas las ciudades circundantes bajo su línea de fuego.
¿Hay alguna esperanza de que se conserve el conflicto tal y como está ahora?
La propaganda de guerra de los medios ha convencido a la gente de que es necesario continuar la guerra. La gente piensa, que allí se encuentra el ejército ruso, al que hay que aplastar, pulverizar. Durante todo el verano han estado alimentando a la población con promesas de una pronta victoria. Bajo la influencia de esos relatos victoriosos, en Kiev se han creído de verdad que se pueden imponer por la vía militar.
Sobre esa base política, han comenzado a avanzar, lanzando al combate sin descanso toda su gente y armamento. Si continúan recurriendo a esa táctica, podrían lograr algún éxito en determinados puntos. Por ejemplo, cortando el avance parcialmente de la milicia, y volver a sus posiciones de partida en Lugansk, ampliar su presencia frente a Donetsk y anunciar eso como una gran victoria, haciéndolo coincidir con las elecciones parlamentarias.
El problema es que con una nueva ofensiva así, Kiev podría quedarse sin ejército. O más exactamente, sin armamento pesado, y veríamos a los militares, en el mejor de los casos, montados en jeeps, como en Somalia. Kiev no ha llegado en realidad a tener una estrategia militar, han ido avanzando, lanzando todo lo que tenían.
¿Podría Kíev lograr un éxito duradero, en el caso de que lance una nueva ofensiva?
Si se deciden a lanzar una nueva ofensiva, perderán. Es algo que puede verse atendiendo a cómo ha finalizado la campaña anterior. Si para entonces los milicianos han conseguido acumular nuevas reservas, podrán lanzar una ofensiva sobre las regiones de Zaporozhie o Járkov. Al fin y al cabo, Kiev no solo tiene carencias en armamento, también en personal. Están concentrando fuerzas que ya han estado combatiendo los meses anteriores, como las brigadas 72 y 79.
Están formando lo primero que tienen a mano. Pero detrás de estas tropas ya casi no hay nada. En caso de que cayesen en algún cerco y fuesen aniquiladas, los milicianos podrían elegir la región que quisieran para atacar.
No sé qué pasaría después. Probablemente una nueva crisis política, nuevas revueltas y la probable descomposición de Ucrania. Esta operación es la última oportunidad de Ucrania, pero no llego a entender en qué confían. Probablemente en que las operaciones militares se alarguen en el tiempo, entren en una fase de indefinición, llegue el invierno, ocurra algo.
¿Volviendo a la milicia, no podría ser que fueran ellos los que rompiesen la tregua?
No sería descartable. Algunos comandantes han mostrado su insatisfacción por el hecho de que la mitad del Donbass no esté en sus manos y en general se han mostrado en desacuerdo con los acuerdos alcanzados con Kiev. Ahora juegan con ventaja. Si antes Kiev contaba con una gran ventaja en el número de tropas, ahora esa correlación de fuerzas es como mucho del doble.
Y luego hay otra circunstancia más a tener en cuenta. Desde un comienzo, se trataba de que las tropas ucranianas se retirasen a una distancia determinada de las ciudades, como proponía Vladímir Putin. Pero lejos de hacerlo, han intentado, escudándose en la tregua, reforzar sus posiciones. Pienso que los milicianos están solo esperando el primer ataque por parte del ejército ucraniano.
¿Significa eso que excluye usted la posibilidad de nuevas negociaciones?
El problema está en que el actual plan de paz de Poroshenko en nada se diferencia del ultimátum que presentase en abril Turchinov al Donbass. Desde ese momento, el ejército ucraniano ha perdido, sin exagerar, la mitad de su armamento pesado. Pero incluso tras esas pérdidas, Poroshenko lanza un nuevo ultimátum, como su estuviésemos en abril. Esa política deja ver la disposición que hay a continuar la guerra. Ellos están convencidos de que pueden vencer, así que volverán a acometer otro intento.
El Redactor jefe de la revista “Defensa Nacional”, Igor Korótchenko, considera que Occidente también está interesado en la solución militar para el Donbass y seguirá ayudando a Kiev, con armamento ligero y pesado, aunque no con armas de alta precisión.
Todos los que defienden una postura normal, están por supuesto interesados en una tregua estable. Pero hay circunstancias capaces de que Kiev viole las obligaciones a las que se ha comprometido. A menudo es algo que ya estamos viendo por parte de determinados batallones que no están obedeciendo la orden de alto el fuego y se dedican a lo mismo que han venido haciendo: atacar objetivos civiles.
Poroshenko se ha visto obligado a negociar, porque Ucrania ha sufrido una notoria derrota militar. Pero no todos lo han aceptado. Está el “Partido de la guerra” empeñado en llevar a cabo la operación contra el Donbass. Ahí habría que incluir al Ministerio del Interior de Ucrania. Les recuerdo que la Guardia Nacional está bajo la dirección del ministro del Interior, por eso Avakov y sus consejeros no están interesados en la tregua. Necesitan la guerra.
¿Qué tiene que ocurrir para que en Kiev se imponga el “Partido de la paz”?
A decir verdad, ese “partido” no existe en Ucrania. Cuantos mayores sean los golpes que reciba el ejército ucraniano, mayor disposición habrá a negociar por parte del Kiev oficial. Esos golpes ya los han recibido, pero los responsables de los ministerios de fuerza insisten en la guerra. Solo una derrota a gran escala podría obligarles a aceptar la realidad en la que se encuentra Ucrania. El país se encuentra en un estado de descomposición, por el que la población civil deberá pagar un alto precio.
¿No puede Occidente influir en Kiev?
Occidente no influirá sobre Kiev, puesto que está interesado en una Ucrania unida, integra, que se convierta en un futuro en miembro de la OTAN. No necesitan una RPL y RPD con un estatus especial, quieren una operación militar lo más dura posible para acabar con la disidencia. Por supuesto que no van a combatir por Poroshenko, pero no van a cejar en empujarle por todos los medios posibles para que continúe la guerra. Otra cosa es que queden muy pocos recursos para continuar con la campaña militar.
¿Va Occidente a suministrar armas a Ucrania?
Ucrania ya está recibiendo por canales secretos, viejo armamento soviético de los países del antiguo Pacto de Varsovia. Esos envíos se están produciendo, pero nadie va a suministrar armamento moderno a Poroshenko, porque los militares ucranianos no saben utilizar el nuevo armamento de alta precisión. Apenas se las arreglan para manejar el armamento soviético de hace 30 años.
Ya estamos viendo lo poco eficaz que es en sus manos ese armamento. Ucrania simplemente no está preparada para utilizar armamento moderno, no tiene ni los cuadros necesarios, ni la base material requerida.
Tomado de Sociología crítica
Svobodnaya pressa
Traducido del ruso por Iñigo Aguirre. [Comité Amigos de la República Popular de Donetsk]