Rebelión/Resumen Latinoamericano//
Entrevistamos a Mehmet Dogan, periodista, documentalista y antropólogo kurdo, quien nos explica la historia de lucha del pueblo kurdo, la actualidad y la relevancia que tiene este pueblo en los conflictos que existen en Medio Oriente; un pueblo con 40 millones de personas a las cuales los países imperialistas nunca les permitieron elegir su propio destino.
Por eso los kurdos viven repartidos entre Turquía, Siria, Irán e Irak, en una superficie similar en tamaño a la de España, pero situado en una posición geoestratégica crucial en la cual hay importantes reservas de petróleo, gas y otros recursos minerales.
-¿Cuál es tu análisis sobre la situación actual de Medio Oriente?
-Hay dos conflictos centrales en Oriente Medio: el de Palestina y el de Kurdistán. El conflicto palestino es bastante conocido, sus causas y las fuerzas involucradas. Ahora bien, en el último tiempo, teniendo a Hamas a la cabeza del proceso de resistencia, habiéndole ganado la disputa política a la OLP, me atrevo a decir que no hay un proceso revolucionario en Palestina. Hay una lucha por la independencia, pero independencia no es sinónimo de revolución. Por supuesto, los palestinos tienen su derecho a luchar por su independencia y su autodeterminación. Conozco muchos compañeros kurdos que murieron al lado de los palestinos en los años 80, pero no tenemos que mezclar o caer en una confusión. El conflicto entre Israel y los palestinos no tiene de trasfondo un proceso revolucionario que pueda cambiar por completo la realidad de Oriente Medio. Por eso, el centro de la revolución no está en Palestina. El centro de la revolución en Medio Oriente está en Siria, está en Irak y ante todo está en Turquía.
En los años ‘60 y ‘70 en todo el mundo había una juventud combativa, cuando había luchas de liberación en todos los rincones del mundo.
En esa época existió una lucha muy interesante en Turquía. La izquierda turca y el pueblo kurdo en general, en muy poco tiempo, conquistaron mucho terreno e incluso estuvieron cerca de liberar el país. Durante los 70’ y 80’, en las mismas décadas que en Argentina, hubo regímenes dictatoriales. En Turquía, el imperialismo controlaba el Estado a través del ejército turco, que vale la pena decir que es la segunda fuerza más grande de la OTAN, obviamente después del ejército yanqui.
El movimiento revolucionario, la izquierda revolucionaria turca y el pueblo kurdo fueron víctimas de una represión brutal. En 1980 se produjo un golpe de Estado y en tan solo 3 meses hubo poco menos de 600 mil arrestos. Todavía hay 20.000 desaparecidos.
Desde ese entonces hasta la actualidad, 5 millones de campesinos fueron desplazados a la fuerza, y hoy en día tenemos 12 mil presos políticos.
Este movimiento que nació en Turquía tiene un programa a favor de los pueblos, a favor de las clases populares, en contra del sistema neoliberal e incluso un programa ecológico también.
Podemos decir que es una ideología socialista comunitaria. Al principio de la década del 2000, la dirección del PKK, que en castellano significa Partido de los Trabajadores del Kurdistán, creó un frente amplio llamado Unión de Comunidades de Kurdistán (KCK). Esta unión de comunidades está uniendo otros partidos kurdos de Irak y de Siria.
Hay más de 400 movimientos sociales que están participando de este frente amplio. Movimientos de mujeres, ante todo, movimientos de juventud, obreros y campesino forman parte del KCK.
Este frente desarrolló una nueva ideología que se llama confederalismo democrático. Las bases de dicha ideología aparecen durante 1998, momento en el que el PKK se transformó de un partido clásico marxista-leninista en un partido más socialista comunitario, que se transformó de un partido independentista en un partido confederado.
Esta transformación implica una crítica profunda del Estado nacional capitalista. Para nosotros, crear un estado nacional, independiente, kurdo, hoy en día, no sirve al beneficio del pueblo kurdo y de otros pueblos oprimidos, sino que sirve a los intereses del Imperio que quiere dividir esta región en pequeños Estados. De hecho, sería continuar con la política que tuvo el Imperio para esta región. Los franceses, británicos y gringos dividieron toda esta región con el criterio de “una familia, un Estado”, como se puede ver por ejemplo en los casos de Qatar y Yemen.
El objetivo obviamente consistía en dividir Medio Oriente para poder controlarlo más fácilmente. No hay ningún argumento antropológico, sociológico o político que puede legitimar la división geopolítica que existe actualmente en Medio Oriente. Por esto es que el la Unión de Comunidades de Kurdistán tiene una postura muy crítica con respecto a crear una nueva división, un nuevo Estado kurdo. El Estado-Nación capitalista es un Estado que legitima la dominación en tres sentidos: en primera instancia, permite que una clase explote a las clases populares; en segunda instancia, a través del machismo; y, por último, tenemos la dominación sobre la naturaleza.
La madre tierra es víctima de este sistema de sobreproducción y consumismo. Entonces, analizando estos tres puntos, los compañeros de la Unión de Comunidades del Kurdistán llegaron a unas conclusiones muy interesantes. El confederalismo democrático no prevé solamente la autodeterminación de los pueblos kurdos, turcos, armenios, árabes y persas, sino que también apuesta a construir una manera de organización comunitaria desde la base donde todos podamos vivir en armonía con la naturaleza, donde hombres y mujeres sean realmente iguales.
Con el confederalismo democrático, la lucha ganó rápidamente la simpatía ante todo del pueblo kurdo, pero también de los otros pueblos.
Antes, obviamente, también las organizaciones tenían muchísima relevancia, pero llegó a otro nivel de masividad a través de esta nueva ideología.
En 1984 no había otra manera de luchar que a través de la lucha armada porque había una dictadura en Turquía, en Irak teníamos a Saddam Hussein. La lucha armada ganaba rápidamente simpatía, y para 1988 la guerrilla del PKK tenía cerca de 8000 guerrilleros. Y en paralelo los compañeros empezaron a participar e impulsar las luchas democráticas, al principio gracias a la lucha de las madres de los desaparecidos y de los presos políticos.
Como se darán cuenta, es muy muy similar a lo que pasó en Argentina. Luego surgieron movimientos políticos y sociales que nacieron al principio en Turquía, pero no se limitaron a Turquía, justamente porque los kurdos también vivimos en Siria, Irak e Irán, bajo las fronteras arbitrarias que nos impusieron. Poco a poco, las organizaciones nacionalistas kurdas de estos diferentes países fueron levantando la bandera del confederalismo democrático.
Se produjo una transformación ideológica muy importante. Esta transformación de por sí fue una revolución. Estos cambios son muy visibles. En Turquía hace unas semanas hubo elecciones. Los compañeros participaron de las elecciones y lograron casi un 10% de votos, obteniendo 36 diputados en la asamblea nacional y más de 100 alcaldías.
Si ustedes viajan allí, van a ver qué quiere una alcaldía socialista comunitaria. Se ve en cuestiones bien concretas: por ejemplo, todas las organizaciones que pertenecen a esta Unión de Comunidades de Kurdistán, se rigen bajo el principio de la co-presidencia.
¿Qué quiere decir co-presidencia? Una co-presidencia es una presidencia compartida por una mujer y un hombre. Supongamos que en un pequeño pueblo donde hay cincuenta habitantes y existe una asociación de cine, donde participan 10 personas.
Para que esa asociación pueda ser miembro de esta Unión de Comunidades de Kurdistán, la asociación de cine tiene que aceptar el principio de co-presidencia y designar a una mujer y un hombre como copresidentes.
De esta manera, la mujer empieza a tomar un poder extraordinario. Desde los 80 la mujer ya se comienza a organizar en brigadas especiales de mujeres, las cuales no solamente son para la lucha armada sino que actúan en toda la sociedad en general pero ahora la participación de las mujeres se ha vuelto clave. Ahora en las alcaldías en Turquía no tenemos un alcalde, sino que tenemos dos co-alcaldes, un alcalde y una alcaldesa.
Esto cambia dramáticamente la cabeza feudal y esclavista de Oriente Medio. Fue una revolución el poder imaginar e implementar organizaciones, alcaldías, comunas, asambleas populares donde la mujer sea dirigente.
Por otro lado, en cada alcaldía o comuna o barrio controlado por este movimiento se organizan asambleas populares comunales. No esperamos la transformación del Estado. Esta ideología, este programa no dice “vamos a hacer la revolución proletaria, vamos a tomar el control del Estado”. No vamos a esperar a que esto ocurra, sino que donde estamos nos organizamos y transformamos la vida. En ese sentido, todo lo que pasó después de 2001 en la Argentina para nosotros es muy interesante: asambleas populares, piqueteros, empresas recuperadas por los trabajadores, todo eso para nosotros fueron experiencias muy importantes. Hemos aprendido de esto y estamos aplicándolo donde tenemos control del territorio.
Por todo esto, creo que este conflicto es más interesante porque puede transformarse en una revolución y puede cambiar la sociedad en todo sentido. Voy a intentar ilustrarlo con otro ejemplo: los kurdos que controlan la parte norte de Siria y Kurdistán occidental con más de 70.000 guerrilleros (la mayoría son mujeres) están aplicando este modelo de confederalismo democrático de forma muy concreta.
Hay una ciudad en Siria que tiene 100.000 habitantes, donde hay pongámosle 10.000 árabes, 10.000 armenios, 5.000 asirios, no recuerdo cuántos cristianos y muchos miembros de otras etnias. En esta ciudad-comuna, a las que ellos ahora llaman cantones, desde 2010, la asamblea popular se forma no por el porcentaje de población étnica sino que hay dos representantes de armenios, dos representantes de árabes, dos representantes de kurdos. Los kurdos son mayoría en la población de la ciudad pero no en la alcaldía.
Entonces, con dos representantes -un hombre y una mujer- de cada etnia, la población decide, a través de una forma organizativa muy directa, la política social, económica y ecológica de la ciudad. Esta es una experiencia muy importante. Las decisiones no se toman por mayoría, deben darse por unanimidad. La mayoría solo quiere decir que el 51% decide por el 49%, pero esto no siempre implica que sea correcta la decisión.
Entonces este proceso de unanimidad en la toma de decisiones permite que se produzca una discusión muy fuerte entre la gente, entre hombres y mujeres, entre organizaciones, y genera una dinámica de formación política extraordinaria. Obviamente esto obliga a que haya discusiones muy profundas.
El proceso en sí ha sido una victoria en sí mismo. Teniendo en cuenta todos estos aspectos, creo que en este conflicto de Medio Oriente hay una lucha muy interesante que puede transformar Oriente Medio. Por supuesto, en el mundo actual no se pueden esperar transformaciones en tan solo 5 o 10 años, pero insisto en que sigue siendo muy importante lo que se ha logrado.
-¿Crees que el gobierno de Estados Unidos puede llegar a sacar al PKK de la lista de organizaciones terroristas ahora que la guerrilla se volvió central en la lucha contra Estado Islámico?
-Ahora hay una campaña de los amigos del PKK en Europa y Estados Unidos para demostrar que la lista de organizaciones terroristas es ridícula. En los Estados Unidos llegamos a varias decenas de miles de firmas. Con esta campaña tenemos dos objetivos. Porque nos sacan ahora de la lista porque luchamos contra Al Qaeda, CNN no puede decir lo contrario. El PKK nunca realizó ataques sobre organizaciones civiles, ni económicas, solamente contra guarniciones o estructuras militares.
En Europa, sectores relevantes del pueblo saben que el PKK defiende al pueblo, que no es una organización terrorista. Ahora estamos propagandizando nuestras ideas para que el pueblo de Estados Unidos las conozca y sepa que no somos terroristas. Su gobierno solo va a sacar al PKK de la lista por presión de parte de su pueblo.
¿Saben cómo entró el PKK a la lista de organizaciones terroristas? En el 2004, el PKK decidió realizar un cese al fuego unilateral. Poco después, Felipe González (primer ministro socialdemócrata de España) en una reunión de la Unión Europea propuso incluir al PKK en la lista porque el confederalismo democrático que proponía al PKK les generaba miedo, al igual que el cese al fuego, ya que facilitaba el crecimiento político de la organización, por el nivel de masividad que podía adquirir. Con la presión de los Estados Unidos, entró a aquella listas.
-El Estado Islámico ha logrado crecer y controlar bastante territorio en muy poco tiempo. ¿Qué podés comentar sobre esta organización?
-La organización Estado Islámico de Irak y de Siria, que es un desprendimiento de Al Qaeda, no tiene un apoyo de la población de esta región, ni siquiera los sunitas apoyan esta organización. Son mercenarios que generando miedo, ocupando lugares y matando a todo el mundo controlan el territorio. La gente obviamente y con razón les tiene miedo y no puede hacer nada. La única fuerza que podría liderar la iniciativa contra esta peligrosa amenaza es el PKK. El PKK resiste y libera a los pueblos, no solamente del imperio sino ante todo del Estado Islamico.
A través de esta lucha podemos mostrar al mundo entero que los islamistas de Al Qaeda y el imperialismo están juntos. El imperialismo apoyó y apoya de manera directa a Al Qaeda/Estado Islámico, porque quieren desestabilizar esta región. Quieren poder decir: “miren, hicimos una intervención en 2003 contra Saddam Hussein para liberar, para exportar una democracia estadounidense para allá, pero no ha funcionado”.
Ellos mismos provocaron el conflicto entre sunitas y chiitas, dos ramas del Islam, y ahora dicen “miren, los bárbaros no entienden la democracia, se matan entre sí, necesitan de nosotros”. Para legitimar una intervención y una presencia permanente en esta región, juegan con Al Qaeda/Estado Islámico.
Casi el 85 por ciento de los mercenarios de Al Qaeda son jóvenes que tienen nacionalidad francesa, alemana o británica. No vienen de países árabes, no vienen de norte de África. Son extranjeros, son los jóvenes de los barrios árabes de París, de Marsella, de Londres o de Berlín. Han traído esta fuerza reaccionaria contra nosotros, contra todos los pueblos de esta región.
Claro que ahora están vendiendo armas a los Estados que tienen que matar esta organización islamista. Acaban de vender armas al Estado autónomo kurdo de Irak por 4 mil millones de Euros para que luchen contra Estado Islámico. Acaban de vender no sé cuántos cientos de misiles a Bagdad.
Pero, a la vez, el imperialismo permitió de forma directa a los islamistas robarse armas en Irak. Incluso les dejaron servidos más de 100 tanques de última tecnología. Los gringos unas semanas atrás salieron de esta ciudad y dejaron absolutamente todo el equipamiento militar.
Cualquier comandante militar, cuando se repliega, si deja un arma o una estrestructura militar, la destruye o la rompe para que luego no la pueda usar el enemigo. Bueno, los gringos les dejaron todo servido en bandeja. Estos equipos ahora los están manejando los islamistas de Estado Islámico.
El imperio tiene un plan para esta región. Los Estados imperialistas creen que pueden salir de la crisis económica en la que están sumergidos no con una guerra mundial como decía Lenin, sino con conflictos regionales: África del Norte, Oriente Medio, y por qué no, mañana podría ser entre Pakistán e India. Y, claro, luego de la destrucción: ¿quién reconstruye todo?
Sus empresas multinacionales. Lo que pasó en Yugoslavia está pasando en estas regiones, por eso digo que quieren balcanizar la región. La única fuerza que puede presentar un obstáculo contra este plan es el PKK, una verdadera fuerza democrática y revolucionaria.
-En 2013 el PKK se retiró de Turquía. ¿En el último tiempo volvió a tener presencia en territorio turco?
-En el 2009 había un proceso de negociación entre el PKK y el gobierno turco. En 2010 se rompió esa negociación después de más de un millar de idas y vueltas. El gobierno turco oficialmente quería conseguir la paz, al igual que el gobierno de Colombia busca hacerlo con las FARC. En 2012 comienza un nuevo proceso de negociación.
El 21 de Marzo del 2013, Abdullah Öcalan, quien era el presidente del PKK, acepta iniciar nuevas negociaciones. La idea del PKK era la de no continuar la lucha armada y garantizar un mínimo de democracia. Durante las negociaciones, el estado turco acepta que si el PKK se retira de Turquía iba a empezar un proceso de paz.
Pero, al igual que en Colombia, el gobierno tira y afloja, da vueltas. En realidad, el 30% de las fuerzas se retira de Turquía. El PKK está en Turquía pero no continúan sus actividades, actividades que consistían en realizar ataques armados contra centros militares. Turquía quería jugar con el PKK diciendo “bueno, vamos a calmar al PKK” y atacar más en Siria.
Gracias a este proceso, el PKK mostró su voluntad de paz y ganó hasta un 10% de votos. Pero en concreto no hay nada, y se producen nuevos pequeños enfrentamientos.
Turquía sacó a sus militares de la región de Kurdistán porque pensaban que podían hacer una intervención en Siria, pero no pueden porque allí también está el PKK.
No hacen acciones militares esperando el proceso de paz: es como Colombia, es como el cese el fuego. No es el abandono de la lucha armada, es una estrategia para mostrar la voluntad de hacer paz.
-¿Hay alguna novedad sobre la investigación de las tres compañeras del PKK que fueron asesinadas a principio de 2013 en París?
-Existen todas las pruebas de que el asesinato solo pudo haber sido realizado por el servicio secreto turco junto con el servicio francés, belga y alemán. Ahora tenemos escuchas telefónicas que lo demuestran. Francia viene realizando inversiones de 20 millones de euros en centros nucleares junto a Turquía. Para Francia, Turquía es una potencia económica con la que conviene tener buena relación. Por eso negocian asuntos como estos asesinatos. Mataron a las tres compañeras en el Centro de Información del Kurdistán de París. Yo trabajé en ese centro y lo conozco muy bien. Hay cámaras del servicio secreto francés para observar todo y es imposible que no tengan grabaciones de los asesinos. Hubo una movilización muy importante ahora para denunciar la colaboración entre los servicios secretos y la relación franco-turca. Que esto se haya producido en pleno proceso de negociación de la paz fue una clara provocación contra el PKK para que este vuelva a combatir, para iniciar una guerra.
-Antes mencionaste el resultado de las elecciones en Turquía donde participaron. ¿Cómo evalúas el desempeño electoral del Partido Democrático del Pueblo (HDP)?
-Es una victoria muy importante que puede crecer todavía más rápidamente. El Partido Democrático del Pueblo es una alianza progresista de Kurdos, Turcos, Armenios y de todas las nacionalidades presentes en Turquía. Hay más de 600 movimientos sociales que participan de este partido. Su construcción ha permitido borrar obstáculos de comunicación.
Se ha construido junto a los hermanos turcos y esto nos ha servido para llegar a los jóvenes turcos, al centro de Turquía, algo que antes era impensado. Este partido es muy afín a la lucha de los kurdos porque la mayoría de sus miembros son kurdos, pero a la vez es un partido para la democracia de todos los pueblos turcos. En el partido participan intelectuales, dirigentes sindicales y movimientos estudiantiles. Todas organizaciones que lo componen participaron de la ocupación de la Plaza de Taksim. Está claro que en los próximos años vamos a ver un desarrollo interesante en este sentido.