Recientemente ha aparecido en la prensa "oficial" una noticia aparentemente menor, informando del desenmascaramiento de un doble agente alemán que pasaba información a la NSA.
El hecho, no especialmente alarmante, y que se enmarca en el desconfiado y constante espionaje a que somete E.E.U.U. a sus "aliados" parece ser, según fuentes rusas -en concreto, la que viene utilizando desde hace años el alias "Sorcha Faal"- una mera cortina de humo para ocultar la aparición de una información verdaderamente preocupante: la intención del gobierno Obama de provocar un macro-atentado en la línea del 11S con el fin de evitar el colapso del sistema monetario basado en el dólar.
Los servicios secretos alemanes (BND) habrían accedido a esta información merced a documentos facilitados por Edward Snowden, quien recientemente había anunciado su intención de sacar a la luz toda la información que obra en su poder con el fin de evitar una situación que describió como crítica para el planeta.
La filtración habría permitido la detención de un segundo espía, un experto en "delitos terroristas graves", clave para el seguimiento de dispositivos nucleares ("bombas sucias") introducidos de contrabando en Europa y América.
El plan para impedir la caída del sistema financiero actual implicaría la materialización de un gigantesco atentado, del que se culparía al Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL/ISIS).
El líder de este oportuno "Estado terrorista", Abu Bakr al-Baghdadi, cumpliría la función de "cabeza de turco" que recayó en Osama bin Laden tras los autoatentados del 11S, dándose la circunstancia de que, como aquél, está siendo actualmente financiado tanto por Arabia Saudita como por los propios EE.UU.
El BND habría liberado la información básica sobre el atentado sin revelar detalles concretos hasta haber arrestado a los miembros de la célula terrorista encargada por la CIA de materializar el ataque.
Las precauciones alemanas no son en absoluto excesivas, dado que el 6 de agosto de 2001 el embajador alemán en Washington, Wolfgang Ischinger, siguiendo instrucciones directas del ministro de asuntos exteriores, Joschka Fischer, había informado personalmente al presidente Bush en su rancho de Tejas de que un grupo árabe radical localizado en Hamburgo estaba preparando un ataque en suelo estadounidense para el 10 u 11 de septiembre.
La información, "bien recibida" según el ingenuo Ischinger, no solo fue completamente soslayada, sino que tras los sucesos del 11S el Departamento de Estado de los EEUU solicitó discretamente al gobierno alemán que todo lo referente a aquel aviso (incluyendo una fuente tan reveladora como las conversaciones interceptadas entre la embajada de Israel y el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí en Tel Aviv) fuera "olvidado".
La fecha asignada a este/estos ataque(s) vendría condicionada por el previsible colapso global de la economía, algo que la quiebra del Banco del Espíritu Santo portugués evidencia que ocurrirá más pronto que tarde.
La Reserva Federal Norteamericana pretende conseguir un "colapso controlado", algo que significa posiciones ventajosas para quienes primero vean venir el "sálvese quien pueda" mientras que los ciudadanos de a pie están hipnotizados por el terror que los intereses bancarios sionistas pretenden desencadenar.
(posesodegerasa, con información precedente de: http://www.whatdoesitmean.com/)