ISTVAN OJEDA BELLO – Casi dos años después de su “inexplicable” fallecimiento nos enteramos que Zunzuneo una pretendida plataforma alternativa de mensajería de texto para los cubanos, en realidad era el enésimo intento del gobierno de los Estados Unidos de América de provocar una explosión social en el Archipiélago. Mientras sobresale la interrogante si ahora mismo no estaría haciendo algo similar en Venezuela.
A una distancia que les permita a los responsables directos eludir las culpas, la agencia AP dio a conocer los datos de esta operación de guerra psicológica o de cuarta generación, si lo vemos desde los estándares actuales. Mientras medios de comunicación en Miami claramente opuestos a la Revolución Cubana apenas si hicieron notar el hecho.
Las revelaciones son una pésima noticia para los defensores de Allan Gross, quienes todavía hablan de las supuestas intensiones filantrópicas del contratista de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID por su siglas en inglés) cuando fue detenido por las autoridades cubanas en septiembre de 2009 mientras instalaba un red clandestina de conexión a Internet.
¿Por qué? Porque precisamente Zunzuneo vio la luz tras el arresto de Gross bajo la fachada de ser una plataforma “independiente” que proveería a los jóvenes cubanos de información fiable, prometiéndoles el acceso a twitter a través de los teléfonos móviles. En ese entonces el acceso de la población del archipiélago caribeño a los celulares comenzaba a crecer exponencialmente luego que el Estado eliminara las restricciones que circunscribían a los extranjeros la posibilidad de comprar una línea.
Sospechosamente fue octubre de 2010 cuando Twitter suspendió su servicio de los envíos de mensajes vía móvil desde Cuba y lo restableció solo tras las protestas de los usuarios cubanos,.
Joe McSpedon, empleado de la USAID y establecido en Barcelona, España, tuvo a su cargo la red de subcontratistas en Nicaragua Washington y Denver que echó a andar la tarea dice AP; y asegura que “los 1.6 millones de dólares que se calcula que invirtieron en ZunZuneo estaban asignados públicamente a un proyecto no especificado en Pakistán, según la información pública del gobierno, pero esos documentos no revelan dónde realmente se gastó el dinero”.
La Casa Blanca alegó que ese intento por crear, desde fuera un twitter cubano era un “programa en desarrollo”. Sin embargo hay pruebas de que fueron notables los esfuerzos de la USAID para ocultar sus vínculos con esa operación, para lo cual se valieron de empresas de fachadas. Lleida.net, establecida en España era la encarga de gestionar el flujo de la mensajería; la cuenta bancaria de otra nombrada Movilchat en las Islas Caimán habría sido la empleada para encubrir las transacciones financieras. Adicionalmente se mencionan por lo menos otra dos involucradas como Mobile Accord y Creative Associates.
“Suzanne Hall, funcionaria del Departamento de Estado que trabajaba en el programa de redes sociales impulsado por [Hillary] Clinton, [en esa época Secretaria de ese Departamento] participó en reuniones sobre ZunZuneo y encabezó un intento de conseguir que el fundador de Twitter, Jack Dorsey, se hiciera cargo del proyecto”, señala AP
Uno de los documentos internos que cita alude a que se valieron de publicidad ficticia para aparentar actividades comerciales. Pero “tras bambalinas, las computadoras de ZunZuneo también almacenaban y analizaban los mensajes de los suscriptores y otra información demográfica, incluyendo su género, años, “receptividad” y “tendencias políticas””, sostiene el mencionado medio de prensa
“Al final, según documentos y entrevistas, la red reuniría una masa crítica suficiente como para que los disidentes convocaran en la red a encuentros masivos convocados con poca antelación, conocidos en inglés como “smart mobs”, y que pudieran provocar manifestaciones políticas o “una renegociación del equilibrio de poder entre el estado y la sociedad”, agrega.
Associated Press avala sus datos con “más de mil páginas de documentos acerca del desarrollo del proyecto”. Asegurando que “verificó de manera independiente el alcance y los detalles del mismo con esos documentos, mediante bases de datos de acceso público, fuentes del gobierno y entrevistas con quienes participaron en ZunZuneo”.
Todo parece indicar que este enésimo intento subversivo dejó de funcionar en septiembre de 2012, aunque su página en Facebook sigue activa con un mensaje fechado el 8 de mayo de ese año diciendo: “Amigos, estamos consciente de que varias personas no pueden acceder nuestro sitio. Favor de usar unas de las herramientas de la red para accederla mientras que buscamos una solución”.
Las noticias sobre esta fallida, más no la última, operación de ciberguerra contra Cuba llegan en un momento particularmente interesante para Venezuela pues allí quizás ahora mismo esté ocurriendo algo parecido de lo que nos enteremos en el futuro.