Pablo Gonzalez

Los cursos para ser prostituta, una muestra más de la degradación


Tras los talleres de sexo de pago celebrados en Barcelona, APROSEX organiza en Madrid "Santas y Putas. 

Talleres de Sexo para Mujeres". 

Los institutos de la mujer de Cataluña y del Ministerio de Sanidad, ¿no tienen nada qué decir?

"A mi me gusta utilizar la palabra puta porque creo que da poder a las trabajadoras sexuales.

 Es nuestra palabra". 
Quien así se expresa es Concha Borrell, prostituta y terapeuta sexual que imparte los cursos de sexo de pago que se están celebrando en Barcelona.

En una entrevista publicada el pasado jueves, 27 de marzo, en el diario La Vanguardia, se defiende de las críticas que han recibido estos cursos por parte de diferentes colectivos de mujeres argumentando que lo que le parece más preocupante "es que emitan juicios de valor que, además, están llenos de moralina [...] Feministas somos nosotras que estamos dando la cara y estamos luchando por nuestros derechos"

En relación a los cursos, organizados por la Asociación de Profesionales del Sexo (APROSEX), señala "las chicas deben tener un perfil de terapeuta sexual ya que saber manejarse en ese espacio es muy importante. Hay que trabajarlo todo y esa es la base de una buena profesional, crear ese clima que va desde la primera mirada hasta que le despides".

También habla de que con el cliente se crea "un clima de confianza, tranquilidad y de seguridad para que te sientas cómoda. Se crea una empatía entre los dos de mucho cariño y humanidad".

Cuando el entrevistador le habla de otras situaciones mucho más corrientes y no tan idílicas como las que ella dibuja, y de que "hay un tipo de prostitución, desgraciadamente muy visible, en la que las chicas sufren un trato inhumano", Borrell responde del siguiente modo: "Eso no es prostitución, eso es trata de personas, y es un delito".

"Santas y Putas"

Además de los cursos para ser prostituta organizados en Barcelona, uno de los cuales se llevó a cabo pocos días antes de celebrarse en la capital catalana el Mobile 2014, con el que la prostitución de lujo se frotó las manos, APROSEX ha impartido uno en Madrid este sábado, 29 de marzo: "Santas y Putas. Talleres de Sexo para Mujeres"

"Érase una vez, unas Putas Buenas que comprendieron que debían poner toda su sabiduría y sapiencia al servicio de otras mujeres, las Santas. Estas Putas Buenas, asociadas por el empeño y el coraje de llevar adelante su reconocimiento como Mujeres y Profesionales, deciden el año 2013 organizar unos talleres sobre sexo", dicen al inicio de la presentación del curso en su web.

El temario de los talleres no tiene desperdicio. Estos son los contenidos, tal como los exponen: "La talla 38 me aprieta el chocho, impartido por la Escort XXL Uma Escort"; "Prostitución: ¿Fantasía o Realidad?, impartido por la escort MariaG"; "Soy Mujer. Exijo mi cuota de Placer, por la escort y terapeuta sexual Paula Vip"; "Mamadas y otras Monadas, impartido por la escort Amanda Carvajal"; y "Las cataratas del placer femenino, taller práctico de Squarting impartido por la ArtistaErótica Canela Anahi".

Degradación de la sociedad

A la vista de semejante temario y, en general, de este tipo de cursos para enseñar a las jóvenes a prostituirse, cabe preguntarse cuál es el grado de degradación al que ha llegado una sociedad cada vez más desvinculada.

En ese sentido, hay que denunciar la manipulación que encierran estos programas al presentar como ideal lo que en realidad no es. 

Hay que recordar que en la prostitución hay un proceso de degradación que engaña a muchas chicas y, lo que empieza como una actividad casi de lujo, con los años en muchos casos se traduce en una actividad denigrante en la calle.

Siendo esto así, ¿cómo es que las organizaciones feministas, que se exaltan ante un anuncio publicitario que presenta la incitación sexual relacionada por ejemplo con la venta de un coche, apenas alzan la voz ante estos cursos?

Y, sobre todo, ¿por qué el Instituto de la Mujer de Cataluña, y el Instituto de la Mujer del Ministerio de Sanidad, no actúan ante unos talleres que lo mejor que se puede decir de ellos es que convierten el cuerpo de la mujer en un objeto mercantil, que la cosifican?

De lo idílico a la realidad

Por otra parte, como le recordaba el entrevistador a Concha Borrell en la entrevista, la práctica de la prostitución tiene poco de idílico.

De hecho, Naciones Unidas la ha definido como la nueva esclavitud del siglo XXI. Y la Oficinade la ONU contra las Drogas y el Crimen (UNODC en siglas inglesas) mantiene, desde marzo de 1999, un programa contra la trata de personas, encolaboración con el Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre Justicia y Crimen Interregional (UNICRI). 

En el año 2000, ambos organismos adoptaron el Protocolo de Naciones Unidas para prevenir y sancionar la trata de personas.

En ese sentido, desvincular la prostitución de la trata de personas, como hace Borrell en la entrevista, es sencillamente una falacia. Puede que haya excepciones, pero la relación que existe entre prostitución, proxenetismo a gran escala y tráfico de mujeres es una realidad.

 La idea de que la prostituta es independiente y trabaja por su cuenta forma parte de un mito.

Un ejemplo de cómo la prostitución denigra a la mujer también lo tenemos en los casos de Suecia y Noruega, que la han abolido después de acalorados debates y estudios en los respectivos Parlamentos y de llegar a la conclusión de que estaba estrechamente ligada a la violencia contra la mujer.

"¿Cómo se puede criminalizar a un cliente si existe una oferta?", se pregunta Borrell en la entrevista.

 Pues en Suecia se le penaliza y gracias a ello y a su legislación han conseguido reducir drásticamente la prostitución de sus calles. 

Habría que preguntarse qué espera España para seguir el modelo sueco.

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