Un exalto mando del Ejército chileno confirmó que miembros de la agencia de inteligencia estadounidense y alemanes de la Colonia Dignidad capacitaron a efectivos de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de Pinochet y aparato de represión más brutal de la dictadura en ese país.
El ex brigadier Pedro Espinoza, quien fuera el segundo hombre de la DINA, afirmó que luego del golpe de Estado en 1973 la CIA estadounidense instruyó a agentes chilenos en la estancia que había sido Darío Saint-Marie, dueño del entonces clausurado Diario Clarín y amigo del derrocado Salvador Allende, que sería luego conocida como Casa de Piedra, constituida en centro de entrenamiento y de tortura.
La declaración consta en la causa por la que el juez Jorge Zepeda condenó hoy a los líderes de Colonia Dignidad y de la DINA a cuatro años de prisón por asociación ilícita en el marco de las investigaciones por violaciones a los derechos humanos, según informaron las agencias de noticias ANSA y EFE.
Espinoza relató a Zepeda que en mayo de 1974 se desempeñaba como jefe de seguridad de la Junta Militar cuando Pinochet lo llamó y “le ordena dirigirse donde el coronel Manuel Contreras (máximo responsable de la DINA) y éste le comunica que necesitaba su ayuda para organizar una escuela de inteligencia, también le señala que disponían de una casa en el sector del Cajón del Maipo, más arriba de San José”.
La declaración de Espinoza complementa lo declarado al juez por el excabo de Ejército Carlos Labarca, quien aseguró que a fines de 1974 llegó a Casa de Piedra, ya convertida en Escuela de Inteligencia.
El suboficial detalló que “en la implementación de la citada escuela tuvieron una destacada participación colonos de la llamada Colonia Dignidad”, instalando sofisticados aparatos de comunicación de alta frecuencia para comunicarse sin dificultad a Parral, 400 kilómetros al sur de Santiago, donde se ubicaba el asentamiento de colonos alemanes.
Los nuevos antecedentes judiciales coinciden con los del caso de los periodistas estadounidenses Charles Horman y Frank Teruggi, detenidos y asesinados en Chile tras el golpe, que fueron vigilados por el FBI y la CIA.
La investigación sobre la desaparición de Horman dejó en evidencia que oficiales estadounidenses visitaron el enclave alemán junto a un oficial de la Armada chilena, implicado en el caso del periodista.
En base a estos testimonios, el juez Zepeda dictó las condenas contra Kurt Schnellemkamp, Gerd Seewald, Gerhard Mücke y Karl van Den Berg Schuurman, estrechos colaboradores del fallecido líder del enclave alemán Paul Schaefer.
También sentenció a Contreras, a Espinoza y al ex coronel Fernando Gómez, miembros del alto mando de ese organismo de la Dina.
Según el texto del fallo, la Colonia Dignidad sirvió de base para que un grupo se concertara con el objeto de cometer diversos delitos, tales como homicidios, lesiones graves, uso de armas ilegales y violaciones de menores de edad desde 1970 en adelante, como consta en documentos encontrados en el enclave.
Dicha organización, indica el juez, contaba con un mando superior que aplicaba reglas, experiencias y adiestramiento propios de una estructura militar y que desarrolló un sistema de espionaje que incluyó un archivo político, búsqueda de información e intentos de intervención de los sistemas clasificados de comunicaciones de las Fuerzas Armadas.
La Colonia Dignidad, calificada “un Estado dentro de otro Estado” por el expresidente chileno Patricio Aylwin, fue fundada en 1961 por el exsuboficial nazi Paul Schaefer, quien actuaba al margen de las leyes chilenas.
Cuando murió en prisión, en 2010, Schaefer estaba condenado a casi 30 años de cárcel por las violaciones y por la tenencia de un arsenal de armas de guerra y químicas.
Durante la dictadura, según informes oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como desaparecidos, mientras otros 33 mil fueron torturados y encarcelados por causas políticas.
Telam