El Ministerio de Asuntos Exteriores de Eslovaquia calificó de ilegítimo el referéndum celebrado en Crimea. Pero la opinión al respecto de la comunidad eslovaca y los políticos de este país no es tan unívoca.
El analista Dušan Kerný, del periódico Slovenské národné noviny dijo en una entrevista con La Voz de Rusia:
–A día de hoy, no tenemos un problema internacional que suscite una polémica más aguda que la crisis ucraniana. Tras el referéndum en Crimea, nos sentimos involucrados en todos los acontecimientos que están desarrollándose en el territorio de nuestro vecino más próximo.
Existe la postura oficial de las autoridades eslovacas que renunciaron a reconocer el referéndum, porque no solo tenemos que cumplir las decisiones de Bruselas. Eslovaquia fue uno de los pocos países que no reconoció la independencia de la república autoprocalmada de Kósovo ni tampoco la de Abjasia y Osetia del Sur.
Si Crimea engrosa las filas de los territorios autoproclamados, Eslovaquia sigue siendo fiel a su postura y no reconoce los resultados del referéndum.
Pero esto no quiere decir que no nos compadezcamos de los habitantes de Crimea. Entendemos perfectamente que se ha cometido un error histórico, al transferir en su época a Ucrania una península poblada mayoritariamente por rusos étnicos.
Sabemos que la península afrontó también el problema lingüístico, cuando se le otorgó al ruso, o sea, la lengua materna de la mayoría de la población de Crimea, el estatus de idioma secundario.
Entendemos que dos millones de habitantes de Crimea se sientan como los rusos y hayan soñado durante años unirse con Rusia. Este deseo suyo se manifestó en el referéndum. No hay dudas al respecto.
–¿Por qué la perspectiva de encontrarse en el “paraíso europeo” no ha atraído la atención de los habitantes de Crimea cuyo salario promedio asciende a unos 115 euros al mes?
–A juzgar por todo, nadie cree en la posibilidad de ser feliz en Ucrania. Una cadena de televisión eslovaca llevó a cabo un sondeo de opinión entre los habitantes de Crimea. Todos declararon que vinculan su futuro y el futuro de sus hijos y nietos solo a Rusia.
En los últimos veintitrés años de independencia de Ucrania, no había nada más allí que el caos, persecuciones y una conducta desenfrenada de oligarcas que saquearon la economía del país. Y ahora la Unión Europea podría recobrar un suplemento dudoso en calidad de Ucrania.
–Europa y EEUU amenazan a Rusia con aplicar sanciones por su postura respecto a Crimea y Sevastópol. Pero ¿no pueden estas medidas económicas hacer daño también a otra parte? Por ejemplo, ¿No estará afectada la economía de Eslovaquia?
–El anuncio de Bruselas de que nuestras fronteras se abren para las mercancías ucranianas, dejó estupefacto al sector de negocios eslovaco y hasta causó protestas. Los representantes del sector agrícola estuvieron especialmente indignados.
Es explicable. Para salir a los mercados europeos tuvieron que emprender tantos esfuerzos para cumplir los estándares de la UE, Y ahora se establece de manera simple una zona de libre comercio con Ucrania para que este país eslavo pudiera recibir quinientos millones de dólares adicionales a cuenta de la exportación de sus productos agrícolas.
Está claro que esto afecta seriamente los intereses de los eslovacos.
–En caso de que Occidente aplique sanciones contra Rusia, ¿cómo se pueden evaluar las pérdidas que podría sufrir la economía ucraniana vinculada con los pedidos de Rusia?
–Ahora nadie diría nada. Está claro que solamente los que dependemos de hidrocarburos rusos.
En vista de nuevos conflictos hipotéticos entre Rusia y Ucrania, y la posible interrupción del suministro de gas, invertimos mucho en el desarrollo de fuentes alternativas de energía y resultó ser poco eficaz, mientras que exigía muchos gastos.
Entonces, se gastó el dinero, pero en vano.
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