Pablo Gonzalez

Nicaragua, Mitos: Rafaela de Herrera Udiarte y la defensa de El Castillo

Esta es la tésis del Dr. Sergio Zeledón Blandón:

Rafaela de Herrera Udiarte nació en Cartagena de Indias en el virreinato de Nueva Granada (hoy Colombia) el 6 de Agosto de 1742, fue hija del Capitán Joseph de Herrera y Sotomayor y de María Felipa Udiarte Aragón una joven mulata de Cartagena; Joseph de Herrera a su vez fue hijo del Brigadier General Juan de Herrera y de Rafaela de Sotomayor.

 El Brigadier General Juan de Herrera se destacó en la defensa de Cartagena de Indias y del castillo «San Luis de Boca Chica» entre el 30 de marzo y el 20 de mayo de 1741; su bisabuelo fue el Capitán General y Gobernador de la Capitanía General del Río de La Plata (1682- 1691) José Antonio de Herrera y Sotomayor.

(Dixon, Moya. Rafaela Herrera. Una joven mujer que derrotó a un grupo de feroces piratas. 

En Revista Semana. Bogotá Colombia. http: //www.cartagenamagica.com/ noticias/ html/19.html. CAFE. Página Mensual de Noticias y Opiniones. Año 2 No 141. Buenos Aires Enero del 2009. Rafaela De Herrera. 

La Adolescente Hispana que venció a un Ejército Inglés en Nicaragua el 29 de Julio de 1762.

 Nota: El Diplomático y escritor colombiano Dixon Moya dice que los registros de Cartagena indican que Rafaela de Herrera nació en esa ciudad, que su madre María Felia Udiarte Aragón era mulata y murió en Cartagena. CAFE_141).

Por un lado, el episodio que Rafaela de Herrera Udiarte pudo haber presenciado y hasta apoyado como cualquier otra persona en su condición y circunstancia hubiera hecho en la fortaleza La Inmaculada, pero no comandar como se quiere hacer aparecer, ocurrió en los meses de julio y agosto de 1762, dieciocho años antes del ataque y toma de la fortaleza La Inmaculada por el Capitán Horatio Nelson en abril de 1780, y cuando éste tenía apenas 4 años de edad.

Por otro lado, Rafaela de Herrera Udiarte, no aparece mencionada, tomando el mando de la fortaleza La Inmaculada a la muerte de su padre por no haber comandante y ante la cobardía los soldados defensores, especialmente los mulatos y los negros quiénes querían rendir la fortaleza, ni aparece mencionada atacando al enemigo como jefe de la fortaleza, matando al jefe principal de los invasores, e hiriendo a otros, derrotándolos y obligándolos, ella sola, a retirarse huyendo, en la correspondencia sobre los hechos acaecidos en la fortaleza La Inmaculada del 29 de Julio al 3 de agosto de 1762, escrita y enviada por el Comandante de la fortaleza La Inmaculada, Alférez Real y Teniente Juan Francisco de Aguilar y Santa Cruz al Gobernador de Nicaragua en Agosto y Septiembre de 1762; ni tampoco aparece mencionada bajo ninguna condición o circunstancia matando al Brigadier General Stephen Kemble, hiriendo en el ojo y brazo derechos al capitán Horatio Nelson y derrotando a los invasores, ni en los documentos de los ingleses ni en el diario sobre los hechos acaecidos en el ataque y toma de la fortaleza La Inmaculada por los ingleses de Abril a Diciembre de 1780, escrito y enviado al Gobernador de Guatemala por el Comandante de la fortaleza La Inmaculada al Capitán General Juan De Ayssa en 1781.

Lo que aconteció fue que indígenas zambos, misquitos y ramas apoyados por colonos ingleses de Bluefields en represalia por ataques sufridos de parte de los españoles, decidieron atacar y tomarse la fortaleza La Inmaculada en el Río San Juan, cuando coincidentemente el Comandante y Alcaide de la misma el Capitán Joseph de Herrera y Sotomayor, padre de Rafaela, quién era un hombre de avanzada edad había fallecido de una grave enfermedad el día 15 de Julio de 1762, dejando huérfana a su hija Rafaela de Herrera Udiarte que le daba cuidados y le acompañaba, asumiendo el mando de la fortaleza ante ese hecho, el Alférez Real, Teniente, Juan Francisco de Aguilar y Santa Cruz de servicio en la fortaleza. 

Al ser atacada y sitiada la fortaleza el día 29 de Julio de 1762, Aguilar la defendió exitosamente con sus soldados, no permitiendo que fuera capturada sin tener una sola baja y el día 3 de Agosto de 1762 los enemigos al darse cuenta que no podían tomarse la fortaleza, cesaron el ataque y abandonaron el sitio.

Rafaela de Herrera Udiarte después de sepultar a su padre, se fue a vivir a San Carlos y luego a Granada en Nicaragua, donde más tarde contrajo matrimonio con el Teniente Juan Pablo de Mora Barrantes, nacido en Costa Rica y de servicio en dicha ciudad como concesionario de transporte de suministros a los puestos militares en el río San Juan. 

Ellos tuvieron cinco hijos dos de los cuales fueron discapacitados, una de sus hijas mujeres, María de Mora Herrera, se casó con el Sr. Fermín Guerrero de Arcos y de ellos nació María Guerrero Mora, la que a su vez se casó con el Sr. José Joaquín Martínez quienes son los padres del Presidente de Nicaragua (1857 y 1858-1867) General Tomás Martínez Guerrero (1820-1873.)

La mentira, los errores, el engaño al Rey Carlos III de España y la manipulación del mito de Rafaela de Herrera Udiarte.

Rafaela de Herrera Udiarte viuda y en dificultades económicas, a través de un Memorial de Méritos y Servicios que familiares y amigos suyos le prepararon en Granada el 16 de Enero de 1781, arreglando las fechas y los personajes de los eventos de 1762 y de 1780, solicitó al Rey Carlos III, de España (1759-1788) una pensión real de pobreza y orfandad vitalicia y tierras para ella y sus hijos. 

El Rey le aprobó la solicitud en Cédula Real emitida en San Lorenzo del Escorial el 11 de Noviembre de 1781, retroactiva al primero de Enero de 1781.

«Yo El Rey: por cuanto he sido informado del distinguido valor y fidelidad con que vos, doña Rafaela de Herrera Udiarte, viuda que al presente sois, defendisteis el Castillo de la Purísima Concepción de Nicaragua en el Río San Juan, consiguiendo a pesar de las superiores fuerzas del enemigo, hacerle levantar el sitio, y ponerse en vergonzosa fuga, pues superando la debilidad de vuestro sexo, subisteis al caballero de la fortaleza y disparando la artillería por vuestra mano matasteis con el tercer tiro al comandante inglés en su misma tienda: realzando la acción a la corta edad de diecinueve años que contabais, no tener castellano el Castillo, ni comandante ni otra guarnición que la de mulatos y negros, que habían resuelto entregarse cobardemente, con la fortaleza a que os opusisteis con el mayor esfuerzo; en consideración, pues, a tan señalado servicio, he decidido que gocéis de pensión vitalicia.

Por tanto mando al Presidente, gobernador y capitán general del referido reino disponga se verifique esta gracia, que os concedo desde el 1ro de enero del corriente año. Dada en San Lorenzo a 11 de noviembre de mil setecientos ochenta y uno. Yo, El Rey»

En referencia a este hecho y al Memorial, el académico y crítico histórico salvadoreño, Manuel J. Aguilar Trujillo dice lo siguiente:

Sobre este Memorial, en que doña Rafaela, acuciada por la extrema pobreza en que se encontraba, pide, basada en los indudables méritos de sus antepasados y los de su propio padre, se le dé una pensión, para lo cual y reafirmar su petición, menciona los suyos, ocultando el nombre del verdadero defensor de la fortaleza, consiguiendo así la tan ansiada como necesaria pensión.

Este documento que se encuentra en el Archivo General de Indias, en Sevilla, España bajo "Guatemala 875 (5)" fue, hasta hace pocos años, el único conocido sobre este suceso, hasta que el distinguido historiador nicaragüense Dr. Carlos Molina Argüello descubrió en el Archivo General de Indias, en Sevilla, España bajo "Guatemala 425" el diario que se llevó durante la acción, en el que se demuestra una serie de errores, no solamente de doña Rafaela, sino de los dos historiadores, Tomás Ayón y José Dolores Gámez. 

El primero, confunde dos fechas, dando como verdadero 1780, año en que el castillo cayó en manos de los invasores ingleses, siendo su alcaide don Juan De Ayssa.

 También se equivoca llamando al padre de doña Rafaela, don Juan de Herrera, cuando su nombre fue Joseph, error que comete Gámez llamándolo a su vez Pedro.

 En cuanto al hundimiento de la famosa balandrita y lo del «fuego griego» son invención del historiador José D. Gámez quién en un afán de magnificar el sitio y defensa del castillo, y digo es invento por la sencilla razón que siendo de tanta importancia el hundimiento y lo del «fuego griego» ni Rafaela en su Memorial, ni el alférez real don Juan Francisco de Aguilar y Santa Cruz, verdadero defensor del castillo en 1762, lo hubiesen omitido en el diario que llevaban y enviaron a Guatemala.

Miami, Florida, 15 de abril del 2011.

(Manuel J. Aguilar Trujillo. El Perfil de un Nicaragüense. El Diario de Hoy. San Salvador El Salvador. Sección. Editorial, miércoles 7 de noviembre del 2001).

Nota Tomado de la página www.estrelladenicaragua.com

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