Pablo Gonzalez

El aborto de la democracia, rosarios en los ovarios de las mujeres libres


"Parece que quieren que nazcan para poder matarlos. Les importa un nabo defender la vida".

Xosé Manuel Beiras, sobre la ley del aborto del PP.

El gobierno español ampara y protege a policías torturadores reclamados por la justicia internacional, ridiculiza a las familias del medio millón de personas asesinadas por el franquismo, negándoles la recuperación de sus restos, bloqueando con sentencias judiciales de jueces ultraderechistas la exhumación de fosas comunes, cunetas, pozos y otros lugares donde la mafia fascista asesinó y enterró como perros/as a lo mejor de nuestro pueblo, a quienes entregaron su vida en defensa de la libertad, la democracia y los derechos de la clase trabajadora.

Ahora cuando han pasado tantos años del genocidio falangista, los herederos de los criminales del fascio aprueban nuevas leyes, cercenan derechos, condenan a millones de ciudadanos/as de todo el estado a vivir en la miseria, promoviendo normas caducas, medievales, como la nauseabunda Reforma de la Ley del Aborto, que condena a las mujeres a vivir mediatizadas por una estructura jurídica al servicio de sotanas putrefactas, sectas religiosas cercanas al nazismo, de las que ciertos miembros de este gobierno forman parte, dirigiendo sus estructuras jerárquicas, siempre al servicio de la podredumbre millonaria, la banca, las grandes fortunas que les financian sus vicios caros, las tropelías constantes contra la gente humilde.

Este cortijo privado al que llaman España es la jungla perfecta para la caterva, la que segrega y persigue a quienes no pertenecemos a “la familia”, a las bandas de enchaquetados de coche oficial y sufridos tabiques nasales, que dejan a Don Vito Corleone como un bebito de pañales, como un inocente angelito, en sus acciones cotidianas frente a los derechos ciudadanos. 

Un modus operandi siniestro que nos lleva sin frenos hacia la barbarie, robándonos todo, privatizando servicios públicos tan esenciales como la sanidad y la educación, cargándose la esencia de la democracia, la que de verdad protege a sus hijos/as, para entregarla a otros más viles y siniestros, los que viven pisoteando cabezas, matando de hambre, desvalijando derechos civiles universales, asesinando de hambre y desesperación a millones de seres humanos.

Por toda la inmensa tristeza que son capaces de generar, por tanto desaliento que inunda nuestras vidas cada vez que abren sus apestosas bocas, pretendiendo someternos al padecimiento y la muerte cuando legislan con sus manos metidas en la mierda, condenando a las mujeres libres a tener que parir niños/as con deformidades, con discapacidades horrendas, para luego abandonarlos a su suerte, retirando ayudas a la dependencia, privatizando, regalando al perverso poder financiero, el mismo que financia sus elecciones, servicios sanitarios, sociales, programas educativos para niños/as con necesidades educativas especiales, tan elementales en cualquier sociedad moderna y democrática.

Los rosarios de los cardenales, de los homofobos y reaccionarios obispos, están ahora metidos en los ovarios de millones de mujeres del estado. 

El semen cerebral de los curas pajilleros inunda desde los tétricos confesionarios una realidad de privilegios, de abusos de poder, al servicio de unos pocos sinvergüenzas y cleptómanos. 

Las damas de peinetas cospedalianas preparan sus acciones de beneficencia, la compasión ultra católica les remueve sus zonas más erógenas, excitadas ante tanta pobreza moral, ante un pueblo desarmado, hambriento, desesperado, que como estalle de verdad, no habrá guillotinas suficientes para cortar tantos podridos y aristocráticos cuellos.

La libertad de elección no se negocia se toma por la fuerza.

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