Fragmento del discurso del Primer Vicepresidente de Cuba en el 55 aniversario de la entrada de Fidel a La Habana (Santiago de Cuba, 10 de enero de 2014)
Precisamente por toda la obra de la Revolución, que trasciende las fronteras de Cuba, el imperialismo no ceja en sus propósitos de destruirla.
En Santiago, el pasado primero de enero, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en histórico y memorable discurso alertaba, refiriéndose a la permanente campaña de subversión político-ideológica: “En nuestro caso, como sucede en varias regiones del mundo, se perciben intentos de introducir sutilmente plataformas de pensamiento neoliberal y de restauración del capitalismo neocolonial, enfiladas contra las esencias mismas de la Revolución Socialista… “.
Sus palabras son una convocatoria a la reflexión y a la acción. Como apuntó nuestro Presidente, la Revolución dispone de fuerzas para salir victoriosos en la batalla. Para lograrlo debemos dar cumplimiento a los objetivos aprobados en la Primera Conferencia Nacional del Partido con la misma pasión y sistematicidad con que se han seguido los Lineamientos de la política económica y social refrendados por el Sexto Congreso.
En tal sentido, desde el Partido, en cada lugar en que actuamos, debemos cultivar la interrelación incesante y despojada de formalismos con las masas; desterrar el inmovilismo, los dogmas y consignas vacías; conjugar la sensibilidad política con la intransigencia ante las violaciones y la defensa de la institucionalidad, en un ambiente de orden, disciplina y exigencia.
Nuestros intelectuales, que en abril celebrarán el Congreso de la UNEAC, tienen en las palabras de Raúl un acicate adicional para actualizar y defender la política cultural de la Revolución, consolidar la pertinencia de las instituciones del sector, contribuir con una mirada crítica y revolucionaria al análisis colectivo para trazar un programa de ideas y de conceptos que se contrapongan al bombardeo nocivo de concepciones nihilistas, supuestamente desideologizadas, con las que pretenden desarmar a nuestra sociedad. La cultura es y ha de seguir siendo la espada y el escudo de la nación ante el imperio.
Igualmente las universidades y los centros de investigaciones sociales, son productores de ideas y cultura, escenario por excelencia para discutir y reflexionar sobre los grandes problemas de la sociedad. Deben conceptualizar los procesos que vive la nación, en particular trabajar en la fundamentación teórica de nuestro modelo socioeconómico.
Sus palabras son una convocatoria a la reflexión y a la acción. Como apuntó nuestro Presidente, la Revolución dispone de fuerzas para salir victoriosos en la batalla. Para lograrlo debemos dar cumplimiento a los objetivos aprobados en la Primera Conferencia Nacional del Partido con la misma pasión y sistematicidad con que se han seguido los Lineamientos de la política económica y social refrendados por el Sexto Congreso.
En tal sentido, desde el Partido, en cada lugar en que actuamos, debemos cultivar la interrelación incesante y despojada de formalismos con las masas; desterrar el inmovilismo, los dogmas y consignas vacías; conjugar la sensibilidad política con la intransigencia ante las violaciones y la defensa de la institucionalidad, en un ambiente de orden, disciplina y exigencia.
Nuestros intelectuales, que en abril celebrarán el Congreso de la UNEAC, tienen en las palabras de Raúl un acicate adicional para actualizar y defender la política cultural de la Revolución, consolidar la pertinencia de las instituciones del sector, contribuir con una mirada crítica y revolucionaria al análisis colectivo para trazar un programa de ideas y de conceptos que se contrapongan al bombardeo nocivo de concepciones nihilistas, supuestamente desideologizadas, con las que pretenden desarmar a nuestra sociedad. La cultura es y ha de seguir siendo la espada y el escudo de la nación ante el imperio.
Igualmente las universidades y los centros de investigaciones sociales, son productores de ideas y cultura, escenario por excelencia para discutir y reflexionar sobre los grandes problemas de la sociedad. Deben conceptualizar los procesos que vive la nación, en particular trabajar en la fundamentación teórica de nuestro modelo socioeconómico.
Tienen un papel insustituible en la difusión de las ideas marxistas, leninistas y martianas, que no en balde son motivo de crítica y tergiversación permanentes por parte de los alabarderos de las peores causas. Debemos estimular el debate ideológico y la polémica, la capacidad de análisis crítico, comprometido y revolucionario, el conocimiento y respeto de la historia, que es la base de la cultura política del ciudadano.
En su estrategia subversiva contra Cuba, el imperialismo tiene entre sus objetivos priorizados a los jóvenes, en particular a los estudiantes. Apuesta a la falta de experiencia de vida y a la rebeldía innata de la juventud. Sueña con introducir una cuña entre las distintas generaciones que llevamos adelante la Revolución.
En su estrategia subversiva contra Cuba, el imperialismo tiene entre sus objetivos priorizados a los jóvenes, en particular a los estudiantes. Apuesta a la falta de experiencia de vida y a la rebeldía innata de la juventud. Sueña con introducir una cuña entre las distintas generaciones que llevamos adelante la Revolución.
Lo sabemos, y no estamos cruzados de brazos: la dirección del Partido le presta a este tema estratégico una atención especial. Ello reclama igualmente una labor intencionada de la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones estudiantiles.
Aprovecho para recordar que recientemente se efectuaron los Congresos de la FEU y la Asociación Hermanos Saíz, cuyos provechosos acuerdos son objeto de un seguimiento sistemático.
Por otra parte, estamos obligados a perfeccionar los canales de comunicación en nuestra sociedad. Los Organismos de la Administración Central del Estado y los Consejos de Administración tienen una cuota de responsabilidad en la existencia de dudas, incomprensiones o falta de información sobre las políticas aprobadas, las normas jurídicas que se establecen o las decisiones que puntualmente se toman. Otra parte le corresponde a los medios de comunicación masiva, a los que les falta mucho todavía para ser una plataforma de debate de los problemas cotidianos del país.
Por otra parte, estamos obligados a perfeccionar los canales de comunicación en nuestra sociedad. Los Organismos de la Administración Central del Estado y los Consejos de Administración tienen una cuota de responsabilidad en la existencia de dudas, incomprensiones o falta de información sobre las políticas aprobadas, las normas jurídicas que se establecen o las decisiones que puntualmente se toman. Otra parte le corresponde a los medios de comunicación masiva, a los que les falta mucho todavía para ser una plataforma de debate de los problemas cotidianos del país.
No podemos olvidar que la no atención a las quejas y preocupaciones de la población, así como la existencia de vacíos informativos, autocensura y secretismo inútil, son terreno fértil para los que pretenden destruirnos.
En resumen, el mejor antídoto contra los intentos de subversión del enemigo es hacer las cosas bien en cada lugar. Es a eso, en esencia, a lo que nos llamó el General de Ejército el 7 de julio pasado, cuando nos convocó a dar una batalla frontal contra la corrupción, el delito, las ilegalidades y las indisciplinas sociales.
En resumen, el mejor antídoto contra los intentos de subversión del enemigo es hacer las cosas bien en cada lugar. Es a eso, en esencia, a lo que nos llamó el General de Ejército el 7 de julio pasado, cuando nos convocó a dar una batalla frontal contra la corrupción, el delito, las ilegalidades y las indisciplinas sociales.
Y es que los asuntos abordados en ambas intervenciones de nuestro Primer Secretario están íntimamente vinculados.
La acción coherente y certera, hasta sus últimas consecuencias, tiene que encabezarla el Partido, cohesionando a la sociedad en su conjunto. Que a nadie quepa dudas: no vamos a cejar en ese empeño. (Discurso completo en de Granma)
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