En Ucrania, manifestantes antigubernamentales irrumpieron el sábado en la sede del Ministerio de Energía de la capital, Kiev, acción que fue calificada por el ministro del Interior, Vitaly Zakharchenko, como un acto de terrorismo.
Estas declaraciones se produjeron mientras que horas antes la cartera había acusado a los participantes de secuestrar a dos de sus empleados y pidió su inmediata liberación.
Tras el recrudecimiento de la tensión en Kiev, el presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, se reunió en el mismo día con los líderes de la oposición en un intento por negociar.
Yanukovich ofreció importantes cargos de gobierno a líderes de la oposición en un esfuerzo por resolver la crisis por la que atraviesa el país, según un comunicado colgado en la Web de la presidencia ucraniana. Sin embargo la propuesta fue rechazada por la oposición.
El mandatario propuso a Arseni Yatsenyuk, líder del partido de la opositora encarcelada Yulia Timoshenko, el puesto de primer ministro y al campeón del mundo de boxeo, Vitali Klitchko, el de vice primer ministro de Asuntos Humanitarios.
En cumplimiento de sus promesas, realizadas el viernes, de reformar el Gobierno y las leyes antiprotestas, Yanukovich destituyó el sábado al alcalde de Kiev, Alexánder Popov, y colocó en su lugar al diputado del oficialista Partido de las Regiones Vladimir Makeenko. También relevó del cargo a dos altos mandos de la Policía.
Desde hace dos meses, Ucrania se ha visto sacudida por las protestas antigubernamentales, tras la negativa del Gobierno de Kiev a firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE).
Algunos países occidentales han acusado a Ucrania de reprimir las protestas, sin embargo, el Gobierno de Kiev ha advertido en reiteradas ocasiones a los dirigentes de esos países, que se abstengan de realizar cualquier tipo de injerencia en sus asuntos internos.