El año 2013 estuvo lleno de los avances en el estudio del genoma humano, en la lucha contra el cáncer y en la creación de la inteligencia artificial. De estos y otros hitos más significativos del año científico en Rusia hablan los investigadores.
Uno de ellos, que marcó el año pasado, fue el desarrollo de nuevas terapias dentro del campo de la oncoinmunología experimental. Los científicos cambian de estrategia: en lugar de tratar el tumor maligno, intentan aumentar los mecanismos de defensa para que combatan la enfermedad.
Los investigadores siberianos consiguieron obtener de la leche de cabra transgénica una proteína que impulsa la producción por la médula ósea de las células necesarias para recuperación postoperatoria.
Un animal transgénico es el resultado de insertar un gen foráneo (transgen) deliberadamente en su genoma, con el fin de modificar alguna característica del animal.
Son muy difíciles de criar y el transgen puede resultar inactivo. Pero la utilización de estos animales también tiene muchas ventajas, comenta el jefe del laboratorio de Genética del Instituto de Citología y Genética en Siberia, Oleg Serov:
–En los casos ideales ese gen solamente se expresa en la glándula mamaria de la cabra induciendo la producción de la proteina humana en la leche. De esta manera podemos obtener grandes cantidades de esta proteína ya que en un año la cabra da hasta 300 litros de leche y cada litro contiene de 1 a 5 gramos de la proteína, es una cantidad colosal.
Los investigadores del Instituto de Biología Molecular Engelgardt y del de Biología Físicoquímica Belozerski también pusieron su grano de arena en el estudio de la inmunidad humana al descubrir una nueva función de la proteína bien conocida. El terapeuta Alexéi Vodovózov comenta:
–Este descubrimiento se hizo en el marco de un estudio de las particularidades de la inmunidad intestinal realizado por un grupo de investigación internacional.
Los científicos rusos, en particular, pudieron determinar el papel de una molécula muy curiosa, llamada linfotoxina, que, cómo se demostró, es muy importante para el sistema inmunológico intestinal.
Los investigadores averiguaron que esta mólecula influye en la producción de los anticuerpos en el intestino. A partir de esta función de la linfotoxina se podrá emplear estrategias que estimulen la capacidad inmunológica del organismo humano y tratar enfermedades autoinmunes.
Mientras tanto en el laboratorio de neurointeligencia del Centro de Investigaciones Kurchátov se está llevando a cabo un experimento muy curioso para conocer los procesos cerebrales.
Para ello la red neuronal de un ratón se colocó en un caldo de nutrientes y conectada a unos electrodos que miden la actividad neuronal. Este sistema conectado a su vez a un robot es capaz de adaptarse a las condiciones externas e incluso evitar los obstáculos durante el desplazamiento.
El principal objetivo de este experimento es estudiar los mecanismos que ayudan al cerébro a adaptarse para poder amlicarlos en un sistema artificial, explica el jefe del laboratorio, Mijaíl Búrtsev:
–Estamos estudiando los procesos de aprendizaje "en vivo" y le prestamos tanta atención porque es uno de los procesos fundamentales de la memoria. Lo ideal sería poder observar todas las células cerebrales y medir su actividad eléctrica a la vez. Esperamos que la red neuronal forme huellas de las experiencias que "vive" y las "imprima" en la materia que la rodea y que activará el electrodo necesario en el momento necesario para evitar la colisión con el obstáculo.
El año 2013 fue rico en valiosos hallazgos arqueológicos. En la región rusa de Yakutia (en el oriente lejano ruso) los científicos hallaron el cadáver perfectamente conservado de un mamut que tenía, por increíble que suene, la sangre líquida en las venas. Además, en el fondo del río Volga, por primera vez en la historia moderna, encontraron restos de dos animales.
Los paleontólogos determinaron que los huesos hallados pertenecen a un macho adulto y un cachorro de la especie extinta.
Dedujeron también que los cuerpos de esos mamuts no eran tan lanudos como los de sus homólogos que poblaban territorios más al norte.
Si esto es cierto, entonces se trata de un ejemplar mucho más antiguo, un antecesor y progenitor del mamut, aclara Evgueni Máschenko, del Instituto de Paleontología de la Academia de Ciencias de Rusia:
–Suponemos que se trata del mamut de la estepa (Mammuthus trogontherii). Suponemos también que era menos lanudo que el mamut, pero no está comprobado puesto que hasta ahora no se ha encontrado un solo cadáver congelado de esa especia, a diferencia de los mamuts.
Es de suponer que vivían en un clima mucho más suave, aunque ya se estaban adaptando al frío.
Además, los científicos descifraron el genoma de un caballo antiquísimo cuyos restos fueron encontrados en Siberia junto a los de un homínido de la cueva de Denisova en Siberia.
El genoma ha proporcionado nuevas perspectivas sobre aspectos de la evolución del caballo.