En Woodstock casi medio millón de jóvenes se reunieron para que les drogaran y les lavaran el cerebro en una granja.
Las víctimas estaban aisladas, rodeadas de excrementos, hasta los topes de drogas psicodélicas y se las mantuvo despiertas durante tres días consecutivos, todo con la plena complicidad del FBI y altos cargos del gobierno.
La seguridad del concierto la aportó una comuna hippie entrenada en la distribución masiva de LSD.
De nuevo, serían las redes de la inteligencia militar británica las que lo iniciarían todo.
Donald Phau
Donald Phau