Pablo Gonzalez

“Yo sufrí las consecuencias de la ley norteamericana”



El “balserito” cubano Elián González, actualmente de 19 años y protagonista en 1999 de un sonado caso de emigración ilegal a EE.UU., condenó la Ley de Ajuste Cubano del país norteamericano y se consideró una víctima directa de esa normativa, informaron hoy medios oficiales de la isla.



“Fueron momentos muy tristes para mí, que me marcaron para toda la vida. Nunca se me dio la posibilidad de tener un momento para pensar en mi madre, quien producto de esa Ley de Ajuste Cubano falleció en el mar”, expresó Elián González durante un acto de la Unión de Jóvenes Comunistas celebrado el pasado fin de semana.

González era un niño de cinco años en noviembre de 1999 cuando milagrosamente quedó flotando sobre una goma tras el naufragio de la embarcación de emigrantes ilegales en el que viajaba con su madre, Elizabeth Brotons, quien murió junto a otras diez personas cuando intentaban alcanzar las costas de la Florida.

“Yo sufrí las consecuencias de esa Ley. También se me violaron derechos elementales que recoge la Convención sobre los Derechos del Niño: el derecho a estar junto a mi padre, el derecho a conservar mi nacionalidad, y permanecer en mi contexto cultural”, afirmó el joven que vive en Cárdenas, su ciudad natal, en la provincia de Matanzas, oeste de Cuba.

También reconoció “la nobleza” del pueblo de EE.UU. y aunque “muchas veces es víctima también de la desinformación”, se solidarizó con su caso.

Asimismo, apeló al mandatario estadounidense, Barack Obama, para que haga valer su condición de premio Nobel de la Paz y excarcele a los cuatro antiterroristas cubanos que están presos en Estados Unidos.

Elián González fue rescatado del mar por dos pescadores estadounidenses, y fue entregado en Miami (Florida) a unos parientes en una custodia temporal, lo que desató una agria disputa legal, familiar y política entre los gobiernos de Cuba y EE.UU. que concluyó con su regreso en junio de 2000 a la isla caribeña con su padre.

La “Ley de Ajuste Cubano” está vigente desde 1966 en EE.UU. y con su política de “pie seco/pie mojado” privilegia a los cubanos que logran tocar territorio estadounidense a los que permite solicitar la residencia permanente un año después.

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