El atentado fallido contra Eduardo Samán, la medianoche del miércoles 2 de octubre, debe dejarnos claro a los revolucionarios que estamos en medio de una guerra y que de un escenario de desestabilización económica, en el que han avanzado bastante, quienes iniciaron esta guerra están entrando en el terreno de agresiones hacia quienes tienen responsabilidades en la dirección de la Revolución.
Los medios de información privados, cumpliendo cabalmente su papel, pusieron a circular de inmediato la matriz del intento de robo a Samán por parte del hampa común.
El silencio de los medios de información del Estado en este caso, nos lleva a concluir que la guerra mediática la perdimos hace tiempo.
Oír el audio de las primeras declaraciones de Samán después de este atentado, http://www.aporrea.org/actualidad/n237452.html , nos convence de que este hecho puede ser el inicio de una nueva fase en esta guerra y que debemos estar preparados para una oleada de atentados contra quienes dirigen la revolución.
El atentado contra Samán, por las características mismas del hecho, según la versión del mismo, apuntaban a una estrategia que rebasa al hecho mismo de la liquidación física de una persona (asesinato), sino que más bien se inscribe en el contexto de la agenda política de quienes en estos meses avanzan en sus propósitos de acabar con la Revolución Bolivariana, veamos que propósitos se lograrían con el asesinato de Samán en las circunstancias planeadas para que ocurriera la medianoche del miércoles 2 de octubre.
Eliminar físicamente un cuadro de la revolución que comanda la guerra económica.
Fortalecer la matriz de información de la inseguridad personal que se vive en el país.
Desmoralizar tanto a los dirigentes como a las propias bases del chavismo.
Trasmitir la percepción de que el gobierno de Maduro es incapaz de proteger hasta a quienes están en el gobierno en funciones relevantes.
Seguir generando zozobra y angustia en la gente común a quienes les preocupa que nuestro país llegue al “colapso total” (como la derecha lo pronosticó)
La buena noticia es que afortunadamente y más que por fortuna por haber aplicado principios básicos de la seguridad y resguardo, como lo expresa el propio Samán, los asesinos contratados para eliminar al Presidente del Indepabis no cumplieron su objetivo.
La mala noticia es que quienes financiaron esta operación tienen la disposición a seguir ofreciendo altas sumas de dinero a quienes, como los mercenarios que atentaron contra Samán, se dispongan a eliminar a cuadros de nuestra Revolución.
Oír el audio de las primeras declaraciones de Samán después de este atentado, http://www.aporrea.org/actualidad/n237452.html , nos convence de que este hecho puede ser el inicio de una nueva fase en esta guerra y que debemos estar preparados para una oleada de atentados contra quienes dirigen la revolución.
El atentado contra Samán, por las características mismas del hecho, según la versión del mismo, apuntaban a una estrategia que rebasa al hecho mismo de la liquidación física de una persona (asesinato), sino que más bien se inscribe en el contexto de la agenda política de quienes en estos meses avanzan en sus propósitos de acabar con la Revolución Bolivariana, veamos que propósitos se lograrían con el asesinato de Samán en las circunstancias planeadas para que ocurriera la medianoche del miércoles 2 de octubre.
Eliminar físicamente un cuadro de la revolución que comanda la guerra económica.
Fortalecer la matriz de información de la inseguridad personal que se vive en el país.
Desmoralizar tanto a los dirigentes como a las propias bases del chavismo.
Trasmitir la percepción de que el gobierno de Maduro es incapaz de proteger hasta a quienes están en el gobierno en funciones relevantes.
Seguir generando zozobra y angustia en la gente común a quienes les preocupa que nuestro país llegue al “colapso total” (como la derecha lo pronosticó)
La buena noticia es que afortunadamente y más que por fortuna por haber aplicado principios básicos de la seguridad y resguardo, como lo expresa el propio Samán, los asesinos contratados para eliminar al Presidente del Indepabis no cumplieron su objetivo.
La mala noticia es que quienes financiaron esta operación tienen la disposición a seguir ofreciendo altas sumas de dinero a quienes, como los mercenarios que atentaron contra Samán, se dispongan a eliminar a cuadros de nuestra Revolución.