Indudablemente el ex juez acusado de represor ya no camina tranquilo por Argentina.
En el tercer escrache en menos de un mes, tuvo que soportar, en la ciudad de Mar del Plata que le gritaran “Asesino” y “Como a los nazis te va a pasar, adonde vayas te iremos a buscar”, y ver a pocos metros de distancia, una enorme pancarta que señalaba: “Fuera Garzón de Argentina” y otra con las fotos de cientos de presos y presas vascas que él colaboró en enviar a la cárcel cuando ejercía su rol represivo en el Tribunal franquista llamado Audiencia Nacional Española.
Garzón iba a ser homenajeado como “Visitante Ilustre” en el Consejo Deliberante, y en el momento que comenzaba a hablar, fue interpelado por militantes del Frente Anti Represivo, de EHL (Amig@s del Pueblo Vasco, Capítulo Mar del Plata), del Movimiento Teresa Rodríguez, Barrios Unidos en Lucha, Fogoneros y Corriente Universitaria.
Garzón iba a ser homenajeado como “Visitante Ilustre” en el Consejo Deliberante, y en el momento que comenzaba a hablar, fue interpelado por militantes del Frente Anti Represivo, de EHL (Amig@s del Pueblo Vasco, Capítulo Mar del Plata), del Movimiento Teresa Rodríguez, Barrios Unidos en Lucha, Fogoneros y Corriente Universitaria.
Portando ikurriñas vascas, los manifestantes acusaron a Garzón de ser el culpable de que cientos de prisioneros vascos hayan pasado por la tortura y luego condenados a muchos años de cárcel, en función de su “doctrina” represiva de que “todo es ETA”.
Mientras se producían forcejeos con custodios de Garzón que se identificaban con chalecos azules, que golpearon a una joven que participaba en el escrache, el público se dividió en dos, unos aplaudían al ex juez y otros se sumaban al repudio.
En el recinto se encontraban presentes la diputada del Frente para la Victoria (oficialista), Adela Segarra (una de las promotoras del homenaje y varias autoridades provinciales (el secretario de gobierno Ariel Cian), así como algunos organismos de Derechos Humanos y funcionarios judiciales (los jueces Mario Portela y Roberto Falcone) que apoyan a Garzón.
La distinción fue otorgada mediante la sanción de un proyecto de ordenanza presentado por la concejal Veronica Beresiarte (FpV).
El ex juez intentó defenderse acusando a los militantes de izquierda de ser “nazis”.
“Los intolerantes interrumpen estos actos democráticos en donde todos pueden expresar su opinión. Ojalá pudiéramos debatir y no gritar”, respondió Garzón a quienes lo abucheaban.
Este intento de respuesta del ex juez, hizo recrudecer los gritos de “represor” y “fascista”, además de reclamar la libertad para todos los presos y presas vascas.
Durante el escrache, se repartieron volantes informando quién es en realidad el personaje al que estaban tratando de homenajear.
Por la tarde, Garzón iba a ser protagonistas de otros dos homenajes, uno en el Rectorado de la Universidad Nacional de Mar del Plata (lo iban a proclamar “Profesor extraordinario y Ciudadano ilustre”, y el otro, en el Espacio Cultural Unzué, donde iba a participar de una charla titulada “Debatir memoria es construir futuro”.
Mientras se producían forcejeos con custodios de Garzón que se identificaban con chalecos azules, que golpearon a una joven que participaba en el escrache, el público se dividió en dos, unos aplaudían al ex juez y otros se sumaban al repudio.
En el recinto se encontraban presentes la diputada del Frente para la Victoria (oficialista), Adela Segarra (una de las promotoras del homenaje y varias autoridades provinciales (el secretario de gobierno Ariel Cian), así como algunos organismos de Derechos Humanos y funcionarios judiciales (los jueces Mario Portela y Roberto Falcone) que apoyan a Garzón.
La distinción fue otorgada mediante la sanción de un proyecto de ordenanza presentado por la concejal Veronica Beresiarte (FpV).
El ex juez intentó defenderse acusando a los militantes de izquierda de ser “nazis”.
“Los intolerantes interrumpen estos actos democráticos en donde todos pueden expresar su opinión. Ojalá pudiéramos debatir y no gritar”, respondió Garzón a quienes lo abucheaban.
Este intento de respuesta del ex juez, hizo recrudecer los gritos de “represor” y “fascista”, además de reclamar la libertad para todos los presos y presas vascas.
Durante el escrache, se repartieron volantes informando quién es en realidad el personaje al que estaban tratando de homenajear.
Por la tarde, Garzón iba a ser protagonistas de otros dos homenajes, uno en el Rectorado de la Universidad Nacional de Mar del Plata (lo iban a proclamar “Profesor extraordinario y Ciudadano ilustre”, y el otro, en el Espacio Cultural Unzué, donde iba a participar de una charla titulada “Debatir memoria es construir futuro”.
Los dos encuentros fueron suspendidos debido al escrache de repudio matutino.
El ex juez está viviendo en Argentina y ejerce un cargo de asesor en Derechos Humanos del actual gobierno, y se mueve acompañado de agentes de seguridad de la Policía Federal y un par de hobres de Interpol.
No sólo en Argentina protestan contra Garzón, ya que en Colombia, organizaciones indígenas lo acusan de haber sido “colaboracionista” con el gobierno de Alvaro Uribe Vélez, y en Venezuela, militantes chavistas le endilgan actuar en defensa de la oposición ligada a Capriles.
Este mismo miércoles, el canal latinoamericano Telesur dio a conocer un informe sobre otra actividad represiva de Garzón, cuando avaló la incursión del gobierno colombiano de Uribe Vélez en Ecuador, refiriéndose al bombardeo al campamento del jefe de las FARC, Raúl Reyes.
Visto en Resumen Latinoamericano
El ex juez está viviendo en Argentina y ejerce un cargo de asesor en Derechos Humanos del actual gobierno, y se mueve acompañado de agentes de seguridad de la Policía Federal y un par de hobres de Interpol.
No sólo en Argentina protestan contra Garzón, ya que en Colombia, organizaciones indígenas lo acusan de haber sido “colaboracionista” con el gobierno de Alvaro Uribe Vélez, y en Venezuela, militantes chavistas le endilgan actuar en defensa de la oposición ligada a Capriles.
Este mismo miércoles, el canal latinoamericano Telesur dio a conocer un informe sobre otra actividad represiva de Garzón, cuando avaló la incursión del gobierno colombiano de Uribe Vélez en Ecuador, refiriéndose al bombardeo al campamento del jefe de las FARC, Raúl Reyes.
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