Pablo Gonzalez

Nicolás Maduro y Horacio Cartes superan conflicto del MERCOSUR y derrotan al Terrorismo Mediático


El gran tema de la cumbre de la UNASUR, que se celebra hoy en Paramaribo fue el retorno al bloque de Paraguay,

suspendido en junio 2012 debido a la resistencia irracional que presentaba su clase política a aprobar el ingreso de Venezuela, en medio de acusaciones de pedidos de soborno.

Es la primera cita internacional del flamante mandatario paraguayo Horacio Cartes, recordó Ike Antonius, jefe de la delegación de Surinam, quien aseguró que “Cartes y el presidente venezolano Nicolás Maduro ya resolvieron sus diferencias”.

Durante el año que Paraguay permaneció suspendido del MERCOSUR, muchos seudoempresarios paraguayos que hicieron fortuna con el contrabando, la triangulación y falsificación, desarrollaron una fuerte campaña a través de la prensa buscando el desmantelamiento del bloque regional. 
 
 El retorno del Paraguay a la senda de la integración regional marca un rotundo fracaso del poder mediático asociado a estos grupos.

Derrota del Terrorismo Mediático en Paraguay

Se atribuye al senador por California Hiram Johnson haber sentenciado que la primera víctima en una guerra es la verdad, y la sabiduría de la frase fue confirmada una vez más en el Paraguay, donde la prensa hegemónica busca envolver al público con su propia paranoia.

También dijo alguien que para comprender verdades muchas veces son inútiles las coherencias e identidades, y ayudan mucho más las contradicciones o paradojas, esas verdades que se ponen patas para arriba buscando llamar la atención.

Una de las más reveladoras en el caso del EPP es la reticencia del “periodismo reconocido” de Paraguay a reconocer la autenticidad de las comunicaciones que realiza este embrión de guerrilla paraguaya a través de las redes sociales. 
 
Cuando el año pasado publiqué en mi blog los primeros videos que se conocen acerca del grupo armado, elaborados con el objetivo de explicar las pasiones que lo alientan, muchos editores sintieron amenazado en su imaginario monopolio de la verdad, e intentaron señalarme como partícipe de algún hecho punible por arrebatarles la primicia.

Ello simplemente por no trabajar para alguno de los tres o cuatro empresarios que en Paraguay controlan lo que se puede decir. 
 
Los mismos funcionarios de organismos judiciales me informaron posteriormente que una citación a la que no asistí, en verdad había sido gestada en medio del acoso de miembros de la prensa, que buscaban incriminarme por contactos virtuales con miembros del EPP, como si ellos se hubieran dado en el mundo real. 
 

Para el lector desprevenido, es bueno aclarar que en Paraguay la agenda mediática marca la agenda judicial, entre otras.

Lo curioso del caso es que la mayoría de estos empleados de empresarios que lucran con la prensa, también tienen acceso a lo que publica el EPP, pero se autocensuran siguiendo algún protocolo que escapa a mi conocimiento y entendimiento.

Viene a cuento preguntarse qué es lo que pretenden que haga un columnista de este diario, SIGLO XXI, cuando recibe un material relacionado con algún grupo insurgente de donde sea.
 
 ¿Acaso debe ocultarlo, para que las autoridades se sigan auto alabando, citando logros y asegurando que tienen al EPP acorralado, que le están “pisando los talones”?.
 
 Nada más alejado de la realidad, si se considera que con su zona sitiada por fuerzas policiales, fuerzas militares e incluso agentes antidrogas de los Estados Unidos, el EPP se sigue burlando de las autoridades y emitiendo circulares a través de las redes sociales.

En una de sus últimas circulares, el EPP reivindica la lucha de Carmen Villalba, una de sus líderes que se encuentra en prisión. 
 
Afirman que “En esta titánica lucha en contra de la segregación social en Paraguay, la orgullosa combatiente epepista Carmen Villalba sufre en su carne la ira de los opresores y explotadores. 
 
Pero su espíritu es invencible, su cabeza está ensangrentada por los golpes del cobarde enemigo que se ensaña con una amorosa madre indefensa, pero está erguida”.

¿Pueden esas líneas ser consideradas una amenaza? 
 
Pues solo para aquellos que ven amenazado su monopolio de la verdad, y su propio libreto sobre una expresión revolucionaria de descontento popular.

El EPP también se burla del ministro del interior liberal de los colorados, quien afirmó estar defendiendo la “soberanía nacional”. 
 
“Quienes modifican las leyes para enviar más fuerzas represivas contra el EPP, quienes defienden la propiedad privada latifundista de los extranjero están defendiendo la opresión nacional, jamás la soberanía nacional” afirmaron los insurgentes.

La desmedida publicidad de acciones reales o supuestas que se atribuyen al EPP coincidieron con el regreso del Paraguay a los bloques regionales y a las buenas relaciones con sus vecinos, hecho que se sabe, irrita a ciertos grupos empresariales que hicieron fortuna con el contrabando, la triangulación y la falsificación. 
 
El libreto que se han esforzado por instalar estos grupos asegura que los gobiernos bolivarianos de la región inspiraron y financian al EPP, por lo que lo consideran una ficha muy útil para intentar desarticular los esfuerzos por la integración bolivariana.

Pero las consecuencias de una desmedida publicidad al asesinato de varios matones paramilitares en la estancia de una empresa brasileña asentada en Paraguay, tuvieron resultado contrario al esperado. La vieja idea de militarizar el interior del Paraguay terminó siendo criticada nada más y nada menos que en Washington.

El EPP ganó una vez más consideración internacional, pasando de ser una pequeña “banda de criminales prófugos” a una fuerza beligerante contra la cual se opone al mismo ejército de una república.

El sujeto del operativo mediático, el presidente Horacio Cartes, pasó por alto la campaña que buscaba volver a enemistarlo con los países cercanos, aclaró que la guerra es contra la ausencia del estado y viajó a Surinam, a encontrarse con todos los jefes de estado de la UNASUR.

Es lo más cercano a un total y completo fracaso del poder mediático que hasta ahora se ha visto en Paraguay.

De todas maneras, cae de maduro que el EPP seguirá inspirando literatura de ficción por un buen tiempo, y buena parte de la opinión pública paraguaya se entretendrá con ella todavía. 
 
Como lo advirtió alguna vez Aldous Huxley, una verdad sin interés –en este caso el drama social paraguayo- puede ser eclipsada fácilmente por una falsedad emocionante. 
 

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