La vida honorable y fiel a los principios del teniente Pedro Sarría, quien salvó la vida a Fidel y, por consiguiente, salvó la Revolución, ha sido reconocida con un busto en su memoria, erigido en un patio interior del otrora cuartel Moncada.
La efigie, hecha en bronce por el escultor Alberto Lescay, fue develada la tarde de este jueves por el general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro de las FAR y miembro del Buró Político, con la presencia de Omar Ruiz Martín y Abelardo Álvarez Gil, miembros del Secretariado del Comité Central del Partido, de José R. Fernández, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y asaltantes al cuartel Moncada.
«Las ideas no se matan», reza la leyenda en la base de la escultura que eterniza la imagen del teniente del ejército y su exclamación cuando, habiendo sorprendido a Fidel y un grupo de sus compañeros dormidos en un vara en tierra en áreas de la Gran Piedra el primero de agosto —unos días después del asalto—, exige a los soldados no dispararles —«las ideas no se matan», arguyó entonces Sarría—. Y habiéndoles pedido a los jóvenes que se tendieran y negándose estos, promete a Fidel, luego de que el líder del Movimiento 26 de Julio se identificara, no asesinarlos.
La historia la narró en el acto el Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba, Omar López, quien contó después la actitud trascendente sostenida ese día por «aquel hombre de pueblo», en medio de la compleja situación que se vivía en la ciudad cuando la soldadesca, sedienta de sangre, quería aniquilar a los asaltantes que no había sido ya asesinados.
Vuelve Sarría a salvar la vida del Comandante en Jefe cuando, ya con los jóvenes prisioneros y a bordo de un camión, este es interceptado por tropas que le piden entregue al capturado. Imposible, responde Sarría. Lo capturé yo, y el responsable soy yo.
Se le ordena llevarlo al cuartel Moncada, pero el teniente sabe que Fidel y sus compañeros no saldrían de allí con vida y los lleva al Vivac, donde lo esperaba el sátrapa Chaviano colérico, quien le pregunta: ¡¿Qué has hecho?! Este hombre no tenía que haber llegado vivo aquí
Tres veces salvó la vida de Fidel, en unas horas, el teniente Sarría: un hombre singular, que por su actitud debió soportar prisión, y siguió siendo luego en su vida un hombre honorable y fiel a los principios, dijo el Conservador de Santiago.
Pedro Sarría junto al Comandante en Jefe Fidel Castro |
Llegó a tener seis títulos académicos y cinco universitarios, recordó, y su muerte, el 29 de septiembre de 1972, fue sentida por el pueblo de Cuba.
Durante la ceremonia, pioneros santiagueros también rindieron honores a José Martí y a 15 combatientes asesinados en el asalto al Moncada, y en cuya memoria hay una tarja aledaña a las imágenes del Maestro y de Sarría.
Juventud Rebelde
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