El Gran Mufti de la República Árabe Siria, Ahmad Badr Al-Din Hassoun,
afirmó que la agresión contra la nación busca destruir el Estado laico
que permite la convivencia pacífica y respetuosa entre distintas
religiones y sectas.
En nuestro país se quiere materializar una estrategia del imperialismo, que es fragmentar naciones y crear Estados basados en la religión, analizó la máxima figura religiosa siria.
Rechazó ciertas posturas que tildan de negativo al secularismo, y más bien lo consideró expresión de que se respetan todas las creencias y no se inmiscuye o persigue a ninguna.
Es muy peligroso jugar a la política usando la religión, advirtió en referencia a los gobiernos que intentan exacerbar en Siria el enfrentamiento entre confesiones y estimular los asesinatos por motivos religiosos.
Recordó que aunque el presidente Bashar al-Assad proviene de una minoría -la alauita-, y reza según los preceptos de su secta, él representa a los 23 millones de ciudadanos sirios sin distinción.
Igual ocurre conmigo, que en mi condición de Mufti represento a todos los sirios, incluso a los no creyentes, aclaró.
Consideramos a las personas primero por su condición de ciudadano, pues las relaciones con Dios son un asunto personal, agregó.
Sobre el fanatismo e intolerancia de una gran parte de los integrantes de las bandas mercenarias que pretenden con la ayuda de gobiernos de Occidente y regionales derrocar al gobierno, el líder religioso ofreció su testimonio personal.
Hace un año, los irregulares asesinaron a mi hijo, como una forma de presionarme y obligarme a desertar de mi cargo, relató.
Señaló que le ofrecieron incluso palacios en algunos países de la región a donde irse a vivir con su familia, rodeado de lujos, pero se negó a traicionar a su patria.
Al pie del cadáver de mi hijo juré que perdonaba a sus asesinos, con tal de que accedieran a sentarse a la mesa de negociaciones con las autoridades para dialogar y dejar de destruir el país, destacó.
Sin embargo, ellos mandaron a decir que me asesinarían a mí también, expuso.
Recordó los numerosos ataques y sabotajes contra mezquitas, iglesias y lugares sagrados, al igual que los asesinatos contra imanes, predicadores y líderes religiosos, como el de Mohammed Saed Ramadan al-Bouti, presidente de la Federación de Ulemas Musulmanes del Levante, el 21 de marzo.
Los opositores armados asesinaron a al-Bouti por sus ideas ecuménicas y por ser defensor de la paz y rechazar la violencia, argumentó.
El Mufti se mostró dispuesto a viajar a cualquier país del mundo, en especial a América Latina, para dialogar y ofrecer conferencias con el objetivo de que se conozca la verdad sobre la agresión contra esta nación del Levante.
En este sentido, mostró su pesar por el deceso del presidente Hugo Chávez, "comparable a la muerte de Gamal Abdel Nasser y de Hafez al-Assad", manifestó.
De igual forma, transmitió un mensaje de respeto y admiración por el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, y confesó que oraba todos los días por su salud.
Convino en que si viajara a Latinoamérica, "una región cuya enorme riqueza es su diversidad cultural y ciudadana", le gustaría reunirse sobre todo con los jóvenes, pues son quienes están llamados a cambiar al mundo y resulta necesario sembrar conciencia en ellos, estimó.
Valoró que su papel resulta convencer a las personas de que es el hombre quien está al servicio de la religión, y no al revés, "pues las creencias no se imponen".
Cuando visito ciudades o poblados, me alegra más que ver mezquitas e iglesias, atestiguar que las personas viven en armonía, que se aman, respetan y ayudan, concluyó.
En nuestro país se quiere materializar una estrategia del imperialismo, que es fragmentar naciones y crear Estados basados en la religión, analizó la máxima figura religiosa siria.
Rechazó ciertas posturas que tildan de negativo al secularismo, y más bien lo consideró expresión de que se respetan todas las creencias y no se inmiscuye o persigue a ninguna.
Es muy peligroso jugar a la política usando la religión, advirtió en referencia a los gobiernos que intentan exacerbar en Siria el enfrentamiento entre confesiones y estimular los asesinatos por motivos religiosos.
Recordó que aunque el presidente Bashar al-Assad proviene de una minoría -la alauita-, y reza según los preceptos de su secta, él representa a los 23 millones de ciudadanos sirios sin distinción.
Igual ocurre conmigo, que en mi condición de Mufti represento a todos los sirios, incluso a los no creyentes, aclaró.
Consideramos a las personas primero por su condición de ciudadano, pues las relaciones con Dios son un asunto personal, agregó.
Sobre el fanatismo e intolerancia de una gran parte de los integrantes de las bandas mercenarias que pretenden con la ayuda de gobiernos de Occidente y regionales derrocar al gobierno, el líder religioso ofreció su testimonio personal.
Hace un año, los irregulares asesinaron a mi hijo, como una forma de presionarme y obligarme a desertar de mi cargo, relató.
Señaló que le ofrecieron incluso palacios en algunos países de la región a donde irse a vivir con su familia, rodeado de lujos, pero se negó a traicionar a su patria.
Al pie del cadáver de mi hijo juré que perdonaba a sus asesinos, con tal de que accedieran a sentarse a la mesa de negociaciones con las autoridades para dialogar y dejar de destruir el país, destacó.
Sin embargo, ellos mandaron a decir que me asesinarían a mí también, expuso.
Recordó los numerosos ataques y sabotajes contra mezquitas, iglesias y lugares sagrados, al igual que los asesinatos contra imanes, predicadores y líderes religiosos, como el de Mohammed Saed Ramadan al-Bouti, presidente de la Federación de Ulemas Musulmanes del Levante, el 21 de marzo.
Los opositores armados asesinaron a al-Bouti por sus ideas ecuménicas y por ser defensor de la paz y rechazar la violencia, argumentó.
El Mufti se mostró dispuesto a viajar a cualquier país del mundo, en especial a América Latina, para dialogar y ofrecer conferencias con el objetivo de que se conozca la verdad sobre la agresión contra esta nación del Levante.
En este sentido, mostró su pesar por el deceso del presidente Hugo Chávez, "comparable a la muerte de Gamal Abdel Nasser y de Hafez al-Assad", manifestó.
De igual forma, transmitió un mensaje de respeto y admiración por el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, y confesó que oraba todos los días por su salud.
Convino en que si viajara a Latinoamérica, "una región cuya enorme riqueza es su diversidad cultural y ciudadana", le gustaría reunirse sobre todo con los jóvenes, pues son quienes están llamados a cambiar al mundo y resulta necesario sembrar conciencia en ellos, estimó.
Valoró que su papel resulta convencer a las personas de que es el hombre quien está al servicio de la religión, y no al revés, "pues las creencias no se imponen".
Cuando visito ciudades o poblados, me alegra más que ver mezquitas e iglesias, atestiguar que las personas viven en armonía, que se aman, respetan y ayudan, concluyó.
http://www.argenpress.info/2013/05/afirma-mufti-que-agresion-contra-siria.html