Pablo Gonzalez

4.000 mujeres, maltratadas, golpeadas, separadas de sus hijos por monjas



En los seis años que estuvieron a cargo las monjas de este lugar, murieron 120 mujeres y 57 niños y niñas.

España.

 El sufrimiento parece ser algo de no acabar, juntamente con los horrores y la evidencia que nos da el tiempo, de que la iglesia católica y los gobiernos y dictadores, siempre han caminado de la mano, tapando las gracias uno del otro, como si fuera simples parches los miles de seres humanos que se han visto involucrados por su sufrimiento.

En Saturraran, en el país Vasco, cerca del mar Cantábrico, entre 1938 y 1944, período en los que se inicia y tiene como casi su fin, la dictadora franquista y la segunda guerra mundial, más de 4.000 mujeres fueron víctimas, juntamente con sus hijos, del maltrato, los golpes y en algunos casos la muerte y separación de sus hijos para ser vendidos por parte de monjas y sacerdotes católicos a otras familias.

La historiadora María González Gorosarri, en su libro: “No lloréis, lo que tenéis que hacer es no olvidarnos”, narra del como por citar un ejemplo, muchas de esas presas se veían en la indecorosa obligación de usar un baño para 250 de ellas. Además calcula que cada una de ellas, por las proporciones de lo que queda de la prisión y sus medidas, disponía simplemente de 45 centímetros para poder dormir. 

La prisión se dividía en un complejo de edificios, en donde la distribuían de forma en la que la presas estaban vigiladas por 25 monjas, un sacerdote funcionario de prisión y los militares, y como castigo, existía una celda que colindaba con un río en donde, cuando subía la marea, se inundaba hasta medio metro. Además se cree que en los seis años que estuvieron a cargo de este lugar, murieron 120 mujeres y 57 niños y niñas.

Parte de los testigos narraban con las monjas le robaban la comida a las presas para venderla en las mismas reservas de la cárcel.

Amigo lector, la nota dice muchas cosas más sin embargo, esta es una pincelada de lo que ocurría en estos sitios.

 Nuca ha existido justicia en el vaticano ni en sus alianzas con los gobernantes y dictadores en la historia y en toda la Tierra. 

Este abuso de poder y maltrato hacia el género humano, proviene de la codicia, el deseo de poder y de las horripilantes maquinaciones de una institución como la iglesia católica, que busca simplemente, como una mujerzuela, estar con el mejor postor.


Editorial para Protege A Tus Hijos


Sn José, Costa Rica.

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