Pablo Gonzalez

¿POR QUÉ HAY VIOLENCIA EN EE.UU.?

Mientras discutimos y demandamos lo que se debe hacer, me permito pedir que nos detengamos a echar una ojeada a los que creo que son los tres factores extenuantes que podrían responder a la pregunta de por qué los estadunidenses tenemos más violencia que casi nadie más:

1. Pobreza.- 
 
Si hay algo que nos separa del resto del mundo desarrollado, es esto: 50 millones de nuestros compatriotas viven en pobreza.

Uno de cada cinco estadunidenses tiene hambre en algún momento del año. 
 
La mayoría de quienes no son pobres viven al día. 
 
No hay duda de que esto crea más crimen.

Los empleos en la clase media previenen el crimen y la violencia. 
 
(Si no lo creen, háganse esta pregunta: si su vecino tiene empleo y gana 50 mil dólares al año, ¿qué probabilidades hay de que se meta en su casa, les meta un tiro en la cabeza y se lleve el televisor? Ninguna.)

2. Miedo/racismo.-
 
 Somos un país terriblemente miedoso, si se considera que, a diferencia de la mayoría de las otras naciones, jamás hemos sido invadidos. 
 
(No, 1812 no fue una invasión: nosotros la empezamos.)

¿Para qué diablos necesitamos 300 millones de armas en nuestros hogares? 
 
Entiendo que los rusos estén un poco amoscados (más de 20 millones de ellos murieron en la Segunda Guerra Mundial).

Pero, ¿cuál es nuestro pretexto?
 
 ¿Nos preocupa que los indios del casino nos hagan la guerra? 
 
¿Que los canadienses parezcan estar amasando demasiadas tiendas de donas Tim Horton a ambos lados de la frontera?

No. Es porque muchas personas blancas tienen miedo de las personas negras. 
 
La gran mayoría de las armas en Estados Unidos se venden a personas blancas que viven en suburbios o en el campo. 
 
Cuando fantaseamos con ser asaltados o con que nuestra casa sea invadida, ¿qué imagen nos formamos del perpetrador en nuestra mente?
 
 ¿Es el chico pecoso que vive en nuestra calle, o alguien que es, si no negro, al menos pobre?

Creo que valdría la pena: a) esforzarnos por erradicar la pobreza y recrear la clase media que teníamos, y b) dejar de promover la imagen del hombre negro como el coco que va a hacernos daño. 
 
Cálmense, personas blancas, y desháganse de sus armas.

3. La sociedad del “yo”.- 
 
Creo que la norma del “cada quien para su santo” de este país es lo que nos ha puesto en el hoyo en que nos encontramos, y ha sido nuestra perdición. 
 
¡Ráscate con tus uñas! 
 
¡No eres mi problema! ¡Esto es mío!

Sin duda, ya no cuidamos de nuestros hermanos y hermanas.
 
 ¿Está usted enfermo y no puede costear la operación? 
 
No es mi problema. 
 
¿El banco le embargó su casa?
 
 No es mi problema. 
 
¿No tiene dinero para ir a la universidad? 
 
No es mi problema.

Y sin embargo, tarde o temprano se convierte en nuestro problema, ¿o no? 
 
Si quitamos demasiadas redes de seguridad, todos comenzamos a sentir el impacto.
 
 ¿Quieren vivir en una sociedad así, en la cual sí tendrán una razón legítima para sentir miedo? 
 
Yo no.
 
 
Notas.
 
Pero falta uno de los pilares de la violencia actual interna y externa de EEUU, que es la industria militar y armamentística. 
 
Es el único país del mundo con una industria de las armas decisiva en el PIB nacional y con una enorme capacidad de generación de empleo porque es el único sector en el que no se produce deslocalización: los helicópteros Apache o los tanques M Abrams que se usan en los crímenes imperialistas de medio mundo se fabrican íntegramente en suelo estadounidense.
 
Los grandes fabricantes civiles del transporte aéreo, terrestre y marítimo tienen una división militar que recibie miles de millones y que es la primera interesada en mantener una poderosa maquinaria de propaganda de las armas con una influencia mediática y social que no tienen rivales.
 
 Las hemerotecas están llenas de declaraciones de líderes políticos de ese país admitiendo la necesidad de generar guerras/agresiones por todo el mundo (además de la violencia interna de sometimiento de clases) para mantener la economía nacional. 
 
La fuerza de este lobbye es hoy imbatible.

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