Pablo Gonzalez

Suicidios rituales: El satí


El satí es una antigua tradición hindú en la que la esposa (o esposas) de un hombre fallecido tenía la obligación moral de lanzarse a la pira de cremación de su esposo en señal de amor y duelo.

Origen

En la mitología hindú, Satí es el nombre de una hija del patriarca Daksha (antiguo dios creador), la cual se incineró a sí misma cuando su padre insultó a su esposo, el dios Shivá.

Se estima que la práctica se remonta al siglo V, en periodos del imperio Gupta, pero no fue hasta el siglo X cuando su práctica se extendió por todo el territorio. En un principio se trataba de un acto voluntario pero, como comentaremos más adelante, esto no siempre era así.

Práctica

Existen 3 formas distintas de llevar a cabo este ritual suicida:

1.- En la primera forma la mujer se lanzaba a la pira de cremación de su esposo una vez encendida.

2.- En a segunda, la propia mujer encienda la pira, aumentando la duración del proceso y, por consiguiente, del sufrimiento.

3.- Y la tercera y última, la mujer era empujada a la pira por los familiares de su esposo, y de los suyos propios, en el caso de que ésta se arrepintiera o le faltara valor para hacerlo. Esto ocurría cuando la mujer no tenía descendencia (por lo que su vida carecía de incentivo) y en ambientes muy tradicionales en los que era considerado un deshonor no llevar a cabo el ritual.

Actualidad

Hoy en día, aunque su práctica se ha reducido notablemente desde su abolición en 1829, aún ocurren casos de satí en determinados lugares gracias, en parte, a la complicidad de determinados líderes políticos y religiosos del país, los cuales defienden el "derecho religioso" de las esposas a elegir su destino cuando su marido fallece. Por ejemplo, una viuda que se arrojó a la pira en que se cremaba su difunto marido el 21 de agosto de 2006 en el distrito de Sagar (Madhya Pradesh), en India.

En determinadas ocasiones, los lugares donde las esposas se inmolaron se convierten en puntos de peregrinación donde la gente acude a dejar sus ofrendas. Eran mujeres invisibles, cuyo valor social dependía de los hombres y que pasaron a ser eternas.

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