Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

MATANZAS MADE IN U.S.A.


Ni mil Columbine, ni cien Virginia Tech, ni diez Aurora, ni este Connecticut modificarán el amor que profesan millones de estadounidenses por su derecho a poseer armas.

 Millones de habitantes que siguen defendiendo su derecho a matar porque sienten miedo.

Es lógico, entonces, que en el país donde se cometen más crímenes que en cualquier otro del mundo, las balas sean la base de su democracia.

Un régimen que es querido, respetado y admirado por los gobiernos europeos, que se rasgan las vestiduras y lloran hipócritamente cuando las víctimas son niños norteamericanos, pero callan y mira hacia otro lado cuando los muertos de la misma edad son sirios, libios, iraquíes o afganos.

Y que son mil veces más.

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