Por JEAN ADES. Psiquiatra, presidente de la Sociedad Francesa de Alcohología..
El alcohol es una droga dura como la heroína o la cocaína?
Es una droga que, si es consumida en exceso y durante mucho tiempo, puede dar lugar a un acostumbramiento, a un aumento de la tolerancia, a una fuerte dependencia psicológica y, en muchos casos, a una dependencia psíquica.
La capacidad que tiene una sustancia llamada psicoactiva de inducir síntomas de abstinencia (y en el caso del alcohol, es sabida la gravedad potencial de tales accidentes: delirium tremens, epilepsia y otros...), de ser neurotóxica y de suscitar una necesidad intensa de volver a consumirla define su carácter de droga.
El alcohol evidentemente responde a este criterio.
¿Es una droga dura? Sin ninguna duda, si se consideran sus consecuencias negativas para la salud física y mental.
El consumo abusivo de alcohol es responsable en Francia, directa o indirectamente, de unas 40.000 muertes anuales, ya sea por cirrosis, encefalopatías, cánceres de vías aerodigestivas superiores de los cuales el alcohol-tabaquismo es un factor favorecedor decisivo.
Pero también por accidentes de tránsito, domésticos y suicidios, el 40% de los cuales se ven favorecidos por el consumo puntual de alcohol.
¿Es necesario hacer referencia a la fundamental incidencia del abuso del alcohol en los comportamientos violentos, especialmente entre los jóvenes, en los homicidios, la violencia intrafamiliar, la violación?
¿Es necesario repetir que el abuso del alcohol es un factor determinante de la aparición de patologías mentales: depresiones, psicosis, demencias?
Peligros El alcohol es, en consecuencia, una droga peligrosa.
Es hora de que se afirmen y comprendan las potencialidades toxicomaníacas y extremadamente destructivas del alcohol.
Sin entrar en un debate político, es hora de que se exprese públicamente lo que saben todos los científicos, que el alcohol consumido durante demasiado tiempo y en grandes dosis es un tóxico notoriamente más peligroso que la cannabis, numéricamente más destructivo que la heroína y de consecuencias sociales más graves que el tabaco.
Es hora de que los mensajes de prevención afirmen y demuestren que el alcohol puede ser también una droga dura.
Es más que hora de que los poderes públicos destinen medios apropiados a la prevención y tratamiento de la alcoholdependencia, a menudo sutilmente tapada por el tabaquismo y las otras toxicomanías.
Afirmar que el alcohol puede ser una droga dura es dar un paso que debería ser irreversible hacia la instauración de una política concertada, eficiente y coordinada de exámenes médicos preventivos y de tratamiento.
La alcohología es una disciplina en crecimiento; dispone de métodos terapéuticos eficaces, psicoterapias y medicamentos y sólo está a la espera del impulso de una voluntad política comparable a la que permitió, recientemente, luchar contra la heroinomanía y el tabaquismo.
http://edant.clarin.com/diario/1998/07/08/i-02102d.htm