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“Amaba a su pueblo y por eso su ejemplo va a perdurar”


PL – Muchos de quienes conocieron en vida al fallecido exboxeador cubano Teófilo Stevenson recordaron hoy momentos importantes de su vida dentro y fuera del deporte.

Su gran rival en la selección de los atletas del año en Cuba durante la década de 1970, el doble monarca estival de Montreal-1976 Alberto Juantorena, recordó que vivieron con mucha alegría esa emulación fraternal.

“El se ponía contento cuando ganaba yo, y yo cuando ganaba él. Amaba a su pueblo y por eso su ejemplo va a perdurar en la mente de todos”, aseveró.

Además, recordó una anécdota de su época de máximo esplendor, durante una visita conjunta a la Isla de la Juventud.

Estaban reparando el Hotel Colony y uno de los constructores se bajó del autobús en chancletas. Teófilo le preguntó y el hombre le dijo que no tenía calzado por tener el pie muy grande; inmediatamente se quitó sus zapatos y se los dio, recordó.

El titular olímpico de Munich-1972 Emilio Correa, quien le acompañó buena parte de su carrera como colega de selección, recordó que Stevenson fue de los primeros en acercársele cuando pasó al concentrado nacional.

“Me dio muchos consejos y aliento, en especial que me cuidara, respetara los horarios de descanso, y así vendrían los resultados, porque veía en mí un gran futuro. 
 
También estuvo todo el tiempo pendiente de la carrera de mi hijo”, señaló.

Por su parte, el entrenador Raúl Fernández, todavía en las filas de la escuadra nacional, recordó cómo el multicampeón le ayudó en la preparación de Roberto Balado, quien le siguió los pasos en la división máxima.

“Poco antes del Mundial de Moscú-1989 me fracturé dos costillas en Alemania, y eso me afectó en la preparación de Balado, pero Stevenson llegaba a los entrenamientos y me decía: descansa, que yo le hago el trabajo con guantes”.

Finalmente Romelio “Vichy” Montoya, quien fue metodólogo de la Federación cubana de boxeo durante varios años, rememoró que el dorado de Munich-1972, Montreal-1976 y Moscú-1980 se mantuvo siempre dispuesto a ayudar a las siguientes generaciones.

Por su actuación dentro y fuera del boxeo se le debía conocer como el Príncipe del Ring o el Rey de las Cuerdas. Después de colgar los guantes nos ayudaba mucho, porque veía defectos técnicos que nosotros no veíamos, dijo.

El también monarca mundial de La Habana-1974, Belgrado-1978 y Reno-1986 falleció la víspera en esta capital a los 60 años, como consecuencia de una cardiopatía isquémica.

Entre las ofrendas florales expuestas sobre su féretro sobresalían las de Fidel y Raúl Castro Ruz, además de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y Nicaragua, Daniel Ortega.

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EFE – Considerado uno de los más grandes boxeadores cubanos de todos los tiempos, Stevenson era vicepresidente de la Federación Cubana de Boxeo y trabajaba en la Comisión Nacional de Atención a Atletas Retirados y en Activo del Instituto Nacional de Deportes y Educación Física (Inder, oficial).

Stevenson participó el pasado sábado en una caminata celebrada en La Habana a propósito de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, junto a más de 100 figuras destacadas del deporte de la isla.

La televisión estatal resaltó hoy sus “triunfos, sencillez y patriotismo” y afirmó que “más allá de la gloria conquistada sobre los cuadriláteros su muerte “deja un vacío incalculable en el seno del deporte revolucionario cubano”.

Conocido popularmente como ‘Pirolo’ o ‘el Gigante del Central Delicias’, en alusión a la localidad de la provincia oriental de Las Tunas donde nació el 29 de marzo de 1952, Stevenson ganó todos los títulos de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (AIBA).

Siguió los pasos como aficionado de boxeadores como Cassius Clay, George Foreman, Ken Norton o Laszlo Papp. 
 
Fue campeón mundial de los pesos semipesados en 1969 y pasó a la categoría máxima un año después para proclamarse campeón del Caribe.

Los primeros Juegos Panamericanos en los que participó fueron los de Cali, en 1971, pero logró su primer oro panamericano en el peso completo, en los de México’75.

Tenía entonces 25 años cuando se coronó por primera vez campeón olímpico en Múnich’72 y mundial, y desde entonces no dejaría de acumular títulos que le convirtieron en el mejor púgil aficionado de la historia: Montreal’76, San Juan’79 y Moscú’80 y varios mundiales.

También fue triple campeón como mediano y mediano ligero y tricampeón mundial en La Habana’74, Belgrado’78 y Reno’86.

En su brillante trayectoria se suman los títulos de bicampeón centroamericano y del Caribe en 1974 y 1982, fue seis veces campeón de los centroamericanos de boxeo entre 1970 y 1977.

Se destacó por la potente pegada de su derecha que, según los especialistas, puso fin a la mayoría de sus combates.

Después de la formidable victoria en el mundial de la ciudad estadounidense de Reno, en 1986, el gran campeón isleño decidió colgar los guantes. 
 
Se despidió en julio de 1988 durante el torneo internacional de boxeo Giraldo Córdova Cardín.

En total, registró 301 victorias en los 321 combates que libró a lo largo de 20 años sobre el cuadrilátero. Apenas acumuló 20 reveses, dos de ellos ante el púgil ruso Igor Visotski.

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