Dos soldados británicos y otro estadounidense fueron muertos este lunes en Afganistán por miembros de las fuerzas de seguridad locales.
El jefe de las tropas extranjeras en Afganistán, el general estadounidense John Allen, dijo que estos sucesos son esperables cuando se combate a una insurgencia.
La OTAN, por su parte, explicó que se están dando una serie de episodios similares en el país, tras la quema de varios ejemplares del Corán en febrero pasado y los actos de violencia se volvieron más frecuentes.
Los dos soldados británicos fueron muertos a tiros por un colega afgano frente a la entrada principal de una base conjunta civil y militar en Laskhar Gah, provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, informó la misión de la OTAN en el país (ISAF).
Fuerzas extranjeras devolvieron el fuego y mataron al agresor, agregó la ISAF en un comunicado.
En Londres, ante el Parlamento, el ministro de Defensa británico, Philip Hammond, confirmó la muerte de los dos soldados de su país y envió sus condolencias a sus familiares.
Otro soldado de la OTAN murió baleado cerca de un puesto de control en la oriental provincia de Nangarhar por un hombre que al parecer integraba una fuerza especial creada por Estados Unidos con lugareños para combatir a la insurgencia talibán, informó también la OTAN.
El Pentágono dijo más tarde que el soldado era norteamericano.
El asesinato de 17 civiles afganos cometido a principios de mes por un soldado estadounidense aumentó la animadversión contra las fuerzas extranjeras que desde hace 10 años combaten a la insurgencia talibán.
Dieciséis soldados de la OTAN murieron ya en lo que va del año en ataques de miembros de seguridad afganos o insurgentes disfrazados de soldados o policías, según cifras de la ISAF.
En Estados Unidos, el general Allen dijo a periodistas en la sede del Pentágono que este tipo de ataques es característico de cualquier guerra contra.