Grupos minoritarios salen de la oscuridad para formar parte del
movimiento de los indignados. En especial los latinos, la etnia de mayor
crecimiento en Estados Unidos.
Poco a poco se integran al reclamo
nacional y desde diferentes partes del país dan voz a sus necesidades.
"Ser latino es ya saber de las luchas, es parte de nuestra cultura.
La
influencia latina se ha visto en el movimiento desde el primer momento,
dentro de la 'ocupación'", comenta Mariano Muñoz, miembro del grupo Ocupa Wall Street.
Sí hay voces latinas, sí hay personas que estamos participando las 24
horas quedándonos a acampar.
Yo personalmente he estado con Ocupa
Washington, quedandonos aquí, Ocupa Oakland y Ocupa San Diego, aseguró
desde Washington Enrique Morales, activista y director de Ángeles de la
Frontera, en declaraciones a RT.
"El movimiento, además que es mundial, tiene que ver con todo: con la
economía y todos los problemas que están pasando ahora con las
corporaciones, el Gobierno y con los bancos e incluye mucho a los
hispanos (…) ya que hay muchos que están en la calle", en palabras de
José Colón, miembro de Ocupa Miami.
Cada vez más latinos llenan las filas del desempleo.
El paro entre
ellos aumentó en octubre y sigue estando más de dos puntos por encima de
la media nacional.
Para echar sal a la herida, la industria bancaria
escogió a los hispanos como uno de sus blancos para vender los préstamos
abusivos, motivo suficiente para protestar contra el uno por ciento del
país.
"Hay bastantes latinos involucrados, no es un movimiento latino, es un
movimiento norteamericano, pero en este país hay muchos latinos jóvenes
que están preocupados por el futuro del país, el futuro para ellos, para
sus oportunidades", dijo a RT el analista político Roberto Macauley.
Entre la comunidad hispana son muchos los simpatizantes que estarían
dispuestos a unirse al movimiento sin pensarlo dos veces.
Sin embargo,
la realidad del inmigrante en Estados Unidos dificulta el compromiso ya
que muchos latinos tienen más de un trabajo, lo que les impide pernoctar
en los campamentos.
Otros por su estatus ilegal no pueden ignorar la
presencia constante de la Policía alrededor de los campamentos.
"Hay
muchos trabajadores indocumentados que no quieren salir en la televisión
o ir a las marchas porque la Policía los puede arrestar y pueden
terminar deportados", asegura Raúl Sorondo, miembro de Ocupa Miami.
Una forma más en la que los latinos marcan presencia en el movimiento
es a través de sus sindicatos laborales.
En la última década su
participación en estas organizaciones se duplicó.
Los hispanos en este país llevan años luchando para obtener un simple
derecho básico: permiso para trabajar.
Sin duda es una comunidad que ha
sufrido en carne propia la desigualdad social, algo que no puede dejar
de provocar un sentimiento de desesperación e indignación.
Por ello
siguen ocupando plazas y calles con la esperanza de que los que les
siguen tengan un futuro mejor.