A continuación publicamos la carta enviada al en respuesta al editorial del 31 de diciembre. La carta, firmada por el Segundo Jefe de Misión de Cuba en Washington y en versión sumarizada como exige el diario, nunca fue publicada por el Washington Post.
En conexión con el editorial del Washington Post publicado este sábado, 31 de diciembre, a la Sección de Intereses de Cuba le gustaría aclarar que Alan Gross no fue juzgado y sentenciado en Cuba por realizar “trabajo humanitario” asociado a la ayuda a la comunidad judía para conectarse a Internet. Las sinagogas cubanas tenían acceso a Internet desde mucho antes de la llegada de Gross a Cuba.
El señor Gross violó las leyes cubanas y se involucró en actividades encubiertas para desestabilizar a Cuba. El gobierno de los Estados Unidos había contratado al señor Gross para implementar programas federales que atentaban contra el orden constitucional de Cuba. Esto es considerado ilegal tanto en Cuba como en muchos otros países, incluidos los Estados Unidos.
Durante sus múltiples visitas a Cuba, el señor Gross nunca le comunicó a las personas que contactó que estaba trabajando bajo un contrato del gobierno estadounidense.
Es justo aclarar que el gobierno cubano le ha participado al gobierno estadounidense su voluntad de encontrar una solución humanitaria al caso del señor Alan Gross bajo una base humanitaria recíproca.
La Sección de Intereses de Cuba nota que a los lectores se les desinforma cuando a los Cinco cubanos encarcelados en los Estados Unidos por tratar de evitar ataques terroristas contra Cuba se les describen como “espías (…) que infiltraban instalaciones militares en el sur de la Florida”.
Los Cinco cubanos ya han soportado 13 dolorosos años en la cárcel, alejados de sus esposas, hijos y familiares. Ellos no se infiltraron en instalaciones militares estadounidenses. Ellos monitoreaban la actividad terrorista de los grupos extremistas radicados en Nueva Jersey y Florida, tratando de anticipar sus futuras acciones terroristas y reunir evidencias sobre estos y que pudieran ser utilizadas para arrestar a aquellos terroristas que operaban desde territorio estadounidense.
Gracias al trabajo de los Cinco, Cuba fue capaz de compartir con el FBI, con el debido conocimiento y aprobación del entonces Presidente Bill Clinton, decenas de grabaciones, videos y detalles sobre la campaña de terror que estos individuos planeaban y ejectuban. Esa evidencia, aunque no fue utilizada para arrestar a los terroristas, fue empleada contra los Cinco, en un proceso legal corrompido por motivos políticos.
Entre otras violaciones, el Gobierno de los Estados Unidos pagó de forma secreta a periodistas para que escribieran artículos acusadores durante el periodo en que transcurrió el juicio, afectando de esta manera el derecho de los acusados a un juicio justo.
Su liberación ha sido demandada por, entre otros, once Premios Nobel. En su reporte del 2011, Amnistía Internacional incluyó el caso de los Cinco en un segmento de Juicios Injustos en los Estados Unidos. La misma decisión fue adoptada por el Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el 2005 y por el 11º Circuito de la Corte de Apelaciones de Atlanta.
Insto al Washington Post a tener en consideración los argumentos aquí planteados cada vez que se pronuncie sobre estos temas.
Juan Lamigueiro León
Segundo Jefe de Misión
Sección de Intereses de Cuba
2630 16TH Street NW
Washington DC 20009
(Tomado de la página de la página web de la Cancillería cubana Cubaminrex <http://www.cubaminrex.cu/Actualidad/2012/Enero/CARTA.html>).
En conexión con el editorial del Washington Post publicado este sábado, 31 de diciembre, a la Sección de Intereses de Cuba le gustaría aclarar que Alan Gross no fue juzgado y sentenciado en Cuba por realizar “trabajo humanitario” asociado a la ayuda a la comunidad judía para conectarse a Internet. Las sinagogas cubanas tenían acceso a Internet desde mucho antes de la llegada de Gross a Cuba.
El señor Gross violó las leyes cubanas y se involucró en actividades encubiertas para desestabilizar a Cuba. El gobierno de los Estados Unidos había contratado al señor Gross para implementar programas federales que atentaban contra el orden constitucional de Cuba. Esto es considerado ilegal tanto en Cuba como en muchos otros países, incluidos los Estados Unidos.
Durante sus múltiples visitas a Cuba, el señor Gross nunca le comunicó a las personas que contactó que estaba trabajando bajo un contrato del gobierno estadounidense.
Es justo aclarar que el gobierno cubano le ha participado al gobierno estadounidense su voluntad de encontrar una solución humanitaria al caso del señor Alan Gross bajo una base humanitaria recíproca.
La Sección de Intereses de Cuba nota que a los lectores se les desinforma cuando a los Cinco cubanos encarcelados en los Estados Unidos por tratar de evitar ataques terroristas contra Cuba se les describen como “espías (…) que infiltraban instalaciones militares en el sur de la Florida”.
Los Cinco cubanos ya han soportado 13 dolorosos años en la cárcel, alejados de sus esposas, hijos y familiares. Ellos no se infiltraron en instalaciones militares estadounidenses. Ellos monitoreaban la actividad terrorista de los grupos extremistas radicados en Nueva Jersey y Florida, tratando de anticipar sus futuras acciones terroristas y reunir evidencias sobre estos y que pudieran ser utilizadas para arrestar a aquellos terroristas que operaban desde territorio estadounidense.
Gracias al trabajo de los Cinco, Cuba fue capaz de compartir con el FBI, con el debido conocimiento y aprobación del entonces Presidente Bill Clinton, decenas de grabaciones, videos y detalles sobre la campaña de terror que estos individuos planeaban y ejectuban. Esa evidencia, aunque no fue utilizada para arrestar a los terroristas, fue empleada contra los Cinco, en un proceso legal corrompido por motivos políticos.
Entre otras violaciones, el Gobierno de los Estados Unidos pagó de forma secreta a periodistas para que escribieran artículos acusadores durante el periodo en que transcurrió el juicio, afectando de esta manera el derecho de los acusados a un juicio justo.
Su liberación ha sido demandada por, entre otros, once Premios Nobel. En su reporte del 2011, Amnistía Internacional incluyó el caso de los Cinco en un segmento de Juicios Injustos en los Estados Unidos. La misma decisión fue adoptada por el Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el 2005 y por el 11º Circuito de la Corte de Apelaciones de Atlanta.
Insto al Washington Post a tener en consideración los argumentos aquí planteados cada vez que se pronuncie sobre estos temas.
Juan Lamigueiro León
Segundo Jefe de Misión
Sección de Intereses de Cuba
2630 16TH Street NW
Washington DC 20009
(Tomado de la página de la página web de la Cancillería cubana Cubaminrex <http://www.cubaminrex.cu/Actualidad/2012/Enero/CARTA.html>).