Cuando estos días se cumplen 13 años desde que Hugo Chávez venciera
por primera vez en las urnas, el presidente venezolano se prepara para
un nuevo desafío electoral en 2012, acentuando las medidas de ayuda
social a los sectores más necesitados de su país.
Corroborando la idea que puso en marcha al promediar su mandato y que
consiste en impulsar Misiones que abarcan todas las áreas sensibles de
la población, para eludir así las trabas burocráticas que pudieran
producirse en las instituciones formales de su gobierno, Chávez está
decidido a terminar con la extrema pobreza, que es una de las lacras
heredadas de las décadas en que en el país gobernaban los partidos
tradicionales de derecha.
En ese sentido, el mandatario
bolivariano y su equipo han ido cumpliendo rigurosamente con un programa
que comenzara en su momento impulsando Misiones que llevaron la
medicina allí donde jamás había penetrado (Misión Barrio Adentro), que
continuara luego con las Misiones Habitat, que desarrolló la
construcción de viviendas, cuya escasez venía siendo más que notoria, y
culminara, esa primera etapa, con la Misión Mercal, que permitió la
llegada directa al consumidor de productos alimenticios.
Paralelamente
se le sumaron las Misiones educativas, que abarcaron desde la lucha a
rajatabla contra el analfabetismo, a través de la Misión Robinson, hasta
dar educación básica a miles de niños y adultos (Misión Ribas) e
impulsar el acceso a los estudios universitarios a quienes jamás habían
soñado esa posibilidad y que ahora lo logran a través de la Misión
Sucre, que vino complementada con la creación de Universidades
Bolivarianas en casi todo el país.
Es en ese mismo camino,
que ahora el gobierno venezolano ha decidido apostar a vencer nuevos
desafíos, para satisfacer por un lado las demandas que le llegan desde
sus propias filas de seguidores, y por otra parte, en función de
eliminar cualquier resquicio que pudiera aprovechar la oposición,
durante el período de campaña electoral que habrá de desarrollarse
apenas comience el próximo año.
En este marco, el presidente
Chávez ha puesto en marcha la Gran Misión Hijos de Venezuela, que en
varios aspectos tiene puntos de coincidencia con las políticas de
inclusion social desarrolladas en Argentina, por el gobierno de Cristina
Fernández de Kirchner.
Esta propuesta intentará acabar con la
pobreza extrema en Venezuela. Si bien en los 13 años de gobierno
chavista ese mal se ha reducido en un 63 por ciento, persisten aún en
esa situación 2 millones y medio de ciudadanos, que son a los que está
dirigido esta nueva iniciativa.
A partir de ahora, cualquier
familia cuyo ingreso sea inferior al salario mínimo y tenga hasta tres
hijos menores de 18 años, o sean personas con discapacidad o mujeres
embarazadas, recibirán un aporte económico mensual equivalente a 100
dólares por cada hijo.
Chávez advirtió que es un propósito de
este proyecto llevar a cero el índice de pobreza extrema en la nación,
que experimentó una reducción de esa cifra de 21 por ciento en 1998 a
7,3 por ciento en el primer semestre de 2011.
El programa
atiende también el caso de las mujeres que no cumplan los requisitos
exigidos y que están en situación de calle, ya que se les facilitará el
acceso a sitios donde serán convenientemente asistidas a nivel
alimenticio y de salud, buscando finalmente capacitarlas para el trabajo
y eludiendo así cualquier tipo de práctica que sólo culmine en el
asistencialismo.
Otra Misión que se acaba de poner en marcha es
la de “Amor Mayor”, y viene a beneficiar a todas aquellas mujeres
mayores de 55 años y varones que han cumplido los 60.
Sin importar si
cotizaron o no alguna vez en el Seguro Social, todos ellos podrán cobrar
una pensión.
Hasta el presente, como consecuencia de leyes
derivadas de los gobiernos de Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, se
excluía del sistema provisional a quienes por distintas razones no
habían realizado ningún tipo de cotización, o les faltaban aportes, a
pesar de haber trabajado en labores como la pesca, la artesanía o el
deporte.
A partir de enero del 2012, dichos ciudadanos recibirán una pensión de alrededor de 400 dólares
Luego de detener la privatización del Instituto Venezolano de Seguridad
Social, en 1.999, la administración de Chávez ha incrementado el número
de pensionados en Venezuela por la vía de decretos especiales.
El sistema pasó de 387 mil, en 1998, a más de dos millones en 2011,
mediante la incorporación de miles de personas que no cotizaron nunca
por la condición informal de sus oficios, y de otras que han podido
completar las cotizaciones hasta llegar a las 750 exigidas por la ley.
Por otra parte, la Misión Amor Mayor, impulsa el turismo para la Tercer
Edad, generando un plan de viajes subsidiados por todo el país, y cuyos
beneficiarios son precisamente los ancianos y ancianas que se adscriben
a esta nueva iniciativa.
Con estos nuevos programas, se amplía
la inclusión en el país, que en los últimos años ha sido uno de los ejes
principales de inversión.
El gobierno de Chávez muestra así a quienes
desde la oposición lo acicatean con que “poco y nada se ha avanzado”,
que la realidad es muy otra: antes de la llegada de su gobierno, el
Estado destinaba apenas 36% a programas de beneficio directo a la
población.
En estos 13 años, se ha incrementado la asignación a más de
62% de las personas necesitadas, y se prevé que en los próximos años
llegue a un 70%, aumento que debe ir a la par con el crecimiento de la
economía y la inversión en infraestructura rural y urbana, además de la
producción agrícola.
Apretando el acelerador en su obsesión de
ampliar la calidad de vida de los venezolanos con un sistema integral de
seguridad social, Chávez acaba de anunciar que en enero será el
lanzamiento de la gran Misión Saber y Trabajo, destinada a romper con el
"piso duro" del índice de desempleo, que en todo el país se encuentra
actualmente en un dígito.
En los inicios del gobierno
bolivariano el desempleo estaba en un 20% y ahora ronda un piso que
oscila entre el 7% y 8% pero que aún representa más de un millón de
venezolanos que están sin trabajo.
Ese dato, más otros similares, hace
que Hugo Chávez acentue su ofensiva reivindicando nuevas formas de
inclusión social.
Sabe que además de sumar votos, asegura así la mejor
defensa a la que pueda aspirar el gobierno frente a sus enemigos.