Los investigadores analizaron semillas de soja y lino
halladas en el sitio donde estaba emplazado el reactor nuclear que
sufrió un serie de explosiones en Ucrania, en 1986.
Según el equipo, las
plantas pueden tener una habilidad innata para lidiar con la
radioactividad.
Uno
de los científicos cree que estos mecanismos pudieron haberse
desarrollado hace millones de años, cuando las formas de vida temprana
estuvieron expuestas a niveles elevados de radiación natural.
El “peor” accidente de la historiaSi
ocurre un desastre, las plantas no se pueden mover en busca de mejores
condiciones: o se adaptan o se mueren.
Cuando uno de los reactores
nucleares de la planta nuclear de Chernobyl estalló el 26 de 1986, el
accidente fue catalogado como el peor desastre nuclear en la historia de
la humanidad.
Decenas de personas murieron y cientos resultaron
afectadas por los efectos de la radiación. La población entera de la
ciudad de Pripyat, el centro industrial en el que vivían los
trabajadores de la planta, fue evacuada.
Pero, a pesar de que las calles están desiertas, las plantas y los
árboles volvieron a crecer en la ciudad.
Cómo lo hacenLa forma en la que el
ecosistema de Pripyat parece haberse recuperado de los efectos de la
contaminación despertó la atención de los científicos en todo el mundo
y, en 2005, Naciones Unidas publicó un informe sobre este fenómeno.
Luego, en 2007, un grupo de investigadores armados con máscaras, gafas y
guantes, decidieron investigar cómo hicieron las plantas para
sobrevivir.
Fueron al área restringida y plantaron semillas de soja y
lino en un terreno altamente contaminado, a unos pocos kilómetros del
sitio del accidente, en los alrededores de Pripyat.
Más tarde, plantaron
la misma clase de semillas en un terreno descontaminado, cerca de la
ciudad de Chernobyl.
El objetivo del equipo era investigar los mecanismos
moleculares que les permitieron a las plantas adaptarse a un ambiente
tan contaminado.
Para ello, esperaron a que las plantas diesen semillas y
examinaron las proteínas de las mismas.
“Decidimos
aplicar una tecnología llamada proteómica que es capaz de identificar
cientos de proteínas”, le dijo a la BBC Martin Hadjuch, investigador de
la Academia de Ciencias Eslovaca.
La proteómica es el estudio de las
proteínas, una parte vital de todos los organismos vivos. “Las proteínas
son la huella de las actividades metabólicas.
Y cuando las comparamos
en las distintas semillas de estos dos campos, vimos que son las mismas
en ambos tipos de semillas”, señaló Hadjuch.
Pasado
radioactivoSi bien la soja y el lino se adaptaron igualmente bien a los
ambientes contaminados, lo hicieron de una forma levemente diferente.
Según los científicos, la razón por la que fue fácil para las plantas
adaptarse a los elevados niveles de radiación puede ser histórica.
“Es
increíble lo rápido que el ecosistema se ha logrado adaptar”, dijo el
investigador.
“Tiene que haber una clase de mecanismo que las plantas
tienen dentro de ellas.
La radioactividad siempre ha estado presente en
la tierra, desde los primeros estadios de la formación de nuestro
planeta.
“Había mucha más radiación en la superficie en ese entonces de la que hay ahora.
“Había mucha más radiación en la superficie en ese entonces de la que hay ahora.
Entonces, es muy probable que cuando la vida estaba
evolucionando, estas plantas hayan convivido con la radiación y hayan
desarrollado algún mecanismo que es el que utilizan ahora”.