Enormes columnas de
metano –gas de efecto invernadero 20 veces más potente que el dióxido de
carbono– han sido avistadas burbujeando en la superficie del Ártico por
científicos que llevan a cabo una extensa investigación en la zona.
El
tamaño y volumen de la emisión de metano ha asombrado al jefe de la
misión rusa, quien lleva casi 20 años estudiando el lecho marino del
Ártico frente a la placa continental de Siberia oriental.
En entrevista con el The Independent, IIgor Semiletov,
de la Academia Rusa de Ciencias en el Lejano Oriente, señaló que nunca
había presenciado una emisión de metano tan fuerte y cuantiosa como la
actual bajo el lecho marino del Ártico.
«Ya antes habíamos encontrado estructuras semejantes a antorchas como
ésta, pero no tenían más que decenas de metros de diámetro. Es la
primera vez que hallamos estructuras continuas, poderosas e
impresionantes, de más de mil metros de diámetro.
Es asombroso», señaló
el doctor Semiletov.
«Lo que más me impresiona es el tamaño y la alta densidad de estas columnas. En una zona relativamente pequeña encontramos más de 100, pero en un área más amplia debe de haber miles.»
Científicos calculan que existen cientos de millones de toneladas de metano encerradas bajo la capa de hielo permanente del Ártico, la cual se extiende desde tierra firme hasta el lecho del mar relativamente poco profundo que se extiende frente a la placa continental de Siberia oriental.
Uno de los grandes temores es que, con la desaparición del
hielo del Ártico en verano, y la rápida elevación de las temperaturas en
toda la región, que podría estar derritiendo ya el hielo permanente
siberiano, el metano atrapado pudiese ser liberado de pronto a la
atmósfera, lo cual conduciría a un cambio climático veloz y severo.
El equipo del doctor Semiletov publicó en 2010 un estudio en el que
estima que las emisiones de metano de esta región ascienden a unos ocho
millones de toneladas al año, pero la expedición más reciente sugiere
que esa estimación es demasiado conservadora.
A finales del verano pasado, el barco de investigación ruso Académico Lavrentiev realizó una extensa inspección en unos 26 mil kilómetros cuadrados del mar frente a la costa oriental siberiana.
A finales del verano pasado, el barco de investigación ruso Académico Lavrentiev realizó una extensa inspección en unos 26 mil kilómetros cuadrados del mar frente a la costa oriental siberiana.
Los científicos
emplazaron cuatro instrumentos de alta sensibilidad, tanto sísmicos como
acústicos, para vigilar las «fuentes» o columnas de burbujas de metano
que se elevaban a la superficie desde debajo del lecho marino.
«En una zona muy pequeña, de menos de 26 mil kilómetros cuadrados, hemos contado más de 100 fuentes, o estructuras parecidas a antorchas, que burbujean a través de la columna de agua y se inyectan directamente a la atmósfera desde el lecho marino», indicó Semiletov.
«En una zona muy pequeña, de menos de 26 mil kilómetros cuadrados, hemos contado más de 100 fuentes, o estructuras parecidas a antorchas, que burbujean a través de la columna de agua y se inyectan directamente a la atmósfera desde el lecho marino», indicó Semiletov.
«Realizamos
nuestras mediciones en unos 115 puntos estacionarios y descubrimos
campos de metano en una escala fantástica, yo creo que jamás vista.
Algunas columnas tenían hasta un kilómetro o más de ancho y las
emisiones iban directamente a la atmósfera, a una concentración cien
veces más alta de lo normal.»
El doctor Semiletov reveló por primera vez su descubrimiento la semana pasada, en la reunión de la Unión Geofísica Estadunidense en San Francisco.
El doctor Semiletov reveló por primera vez su descubrimiento la semana pasada, en la reunión de la Unión Geofísica Estadunidense en San Francisco.
Publicado en The Independent
Traducción: Jorge Anaya