Rafael Correa, presidente de Ecuador, conversa con RT en el programa A Solas.
En la entrevista recordó el intento de golpe de Estado que sufrió el
país en septiembre de 2010, evalúa las raíces del mismo y definede el
buen estado de la libertad de prensa en Ecuador y los cambios
democráticos en América Latina.
Un recuerdo para el Gobierno
El 30 de septiembre de 2010 sectores de la Policía de Ecuador intentaron derrocar al presidente del Gobierno.
En los disturbios y los enfrentamientos fallecieron cinco personas y
cientos resultaron heridas. Sin embargo, Rafael Correa recuerda cómo “la
gente salió para defender al Gobierno” y el apoyo unánime que recibió
de los líderes regionales y de UNASUR, que condenaron el ataque a la
democracia.
Pasado más de un año de los acontecimientos, el presidente ecuatoriano
ve el intento de golpe de Estado como un recuerdo para el Gobierno de
que “los conspiradores están ahí” y de que, desprovistos del apoyo del
pueblo y de la victoria en las urnas, podrían buscar otros métodos para
desestabilizar la democracia y los cambios reales, incluido “matar al
presidente”.
La sublevación de la Policía contra el Gobierno democrático sigue
siendo investigada. Sin embargo, las pesquisas tropiezan con diferentes
obstáculos nacidos de las relaciones interesadas entre la Fiscalía,
responsable de la investigación, y la Policía, que además de ser parte
investigada, es parte investigadora. Pese a todo, el fracaso del intento
golpista fue rotundo: “Trataron de matar la democracia y la
fortalecieron”.
Un cambio sin retorno
Rafael Correa, que goza con un 70% de apoyo popular, hizo una
evaluación del panorama informativo de Ecuador, un país en el que “media
docena de familias controla los medios nacionales”.
El presidente
rechaza las acusaciones de recortes en la libertad de prensa; considera
que los medios de información se dedican a hacer “política opositora” y
“quieren estar por encima de la ley”; y subraya que en Ecuador “no se
persiguen periodistas, se persiguen injurias”, un delito tipificado en
todos los países occidentales.
Sin embargo, y pese a los ataques de los empresarios que controlan los
medios de comunicación y que cuestionan “los triunfos de la izquierda en
América Latina”, los cambios que experimenta la región son
irreversibles: “América Latina superó el neoliberalismo”.
Así, el
presidente de Ecuador, miembro de UNASUR, ALBA, OEA y asociado de
MERCOSUR, afirma que la región “no vive una época de cambios, sino un
cambio de época”.
http://actualidad.rt.com/actualidad/america_latina/issue_32794.html
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