Si hace unos días conocíamos nuevas dataciones del yacimiento de El Esquilleu, en Cantabria, según las cuáles los últimos neandertales sobrevivieron hasta hace unos 24.000 años, ahora se ha publicado un estudio conjunto de dos equipos distintos, uno liderado por Tom Higham y otro liderado por Stefano Benazzi, en Nature,basados en redataciones y revisiones de fósiles hallados hace años, que sugieren que la llegada de los humanos modernos a Europa se produjo antes de lo que se creía hasta el momento, es decir hace entre 43.000 y 45.000 años.
Hasta
ahora, los restos fósiles más antiguos conocidos de Homo Sapiens en
Europa eran los del individuo conocido como Oase 2, en Rumanía, con una
antigüedad de entre 41,500–39,500, según la datación de las estalagmitas situadas alrededor del hueso, en concreto de un mineral llamado calcita situado por encima y por debajo del lugar donde se encontró el cráneo.
La evidencia arqueológica nos decía que la cultura auriñaciense, asociada a los humanos modernos, hizo su aparición en el continente europeo hace unos 40.000 años aproximadamente.
La evidencia arqueológica nos decía que la cultura auriñaciense, asociada a los humanos modernos, hizo su aparición en el continente europeo hace unos 40.000 años aproximadamente.
En principio, las lecturas que podemos hacer de estas nuevas dataciones son interesantes en el sentido de que invitan a debatir sobre quién fue el autor de algunas de las llamadas culturas de transición del paleolítico medio al superior, hasta ahora atribuidas a los neandertales según la mayoría de los investigadores.
Esto también implica que el período
durante el cual los dos grupos de seres humanos coexistieron y parece
que convivieron en Europa se amplía en varios miles de años (tendríamos
una franja temporal que abarca desde unos 43.000 años hasta hace unos
24.000 años aproximadamente).
Los datos nuevos que se aportan en el estudio del equipo liderado por Tom Higham son, en primer lugar la presencia de los humanos modernos en las Islas Británicas hace entre 41.000 y 45.000 años según una nueva datación de huesos de animales asociados una mandíbula humana hallada en el año 1927 en Kents Cavern.
Por su parte, Stefano Garcelli ha
analizado dos dientes infantiles, de leche, que fueron descubiertos en
1964, en el yacimiento de Grotta del Cavallo, en el Sur de Italia, y que
se clasificaron entonces como neandertales; con nuevas técnicas
empleadas considera que los restos se asemejan más a los de los humanos
modernos, al tiempo que las nuevas dataciones arrojan unas fechas entre 45.000 y 43.000 años de antigüedad.
Hay que recordar que estos dientes estaban asociados a restos de una cultura con piezas de adorno personal y con un extraordinario trabajo en hueso conocida como Uluzziense, una de las culturas de transición del paleolítico medio al superior atribuidas a los neandertales.
Pero esta nueva revisión de las piezas
dentales no cuenta con el consenso de toda la comunidad científica, como
se ha encargado de comentar Joao Zilhao,
ya que no parecen suficientes los elementos a comparar como para sacar
esta conclusión, que a priori parece más basada en el prejuicio de
asociar industria en hueso y adornos personales con los humanos modernos
que con los neandertales.
Habrá que esperar a ver que dicen otros
expertos en dentición como por ejemplo José María Bermúdez de Castro
para ver hasta qué punto esta nueva revisión se puede llegar a
consolidar entre toda la comunidad científica. (me da la sensación de
que se intenta incrustar a toda costa restos de humanos modernos en una
secuencia cultural neandertal).
Fuentes: