Pablo Gonzalez

Humanos modernos y Neandertales coexistieron en Europa desde hace unos 43.000 años según nuevas dataciones y revisiones de fósiles




Si hace unos días conocíamos nuevas dataciones del yacimiento de El Esquilleu, en Cantabria, según las cuáles los últimos neandertales sobrevivieron hasta hace unos 24.000 años, ahora se ha publicado un estudio conjunto de dos equipos distintos, uno liderado por Tom Higham y otro liderado por Stefano Benazzi, en Nature,basados en redataciones y revisiones de fósiles hallados hace años, que sugieren que la llegada de los humanos modernos a Europa se produjo antes de lo que se creía hasta el momento, es decir hace entre 43.000 y 45.000 años.



 Hasta ahora, los restos fósiles más antiguos conocidos de Homo Sapiens en Europa eran los del individuo conocido como Oase 2, en Rumanía, con una antigüedad de entre 41,500–39,500, según la datación de las estalagmitas situadas alrededor del hueso, en concreto de un mineral llamado calcita situado por encima y por debajo del lugar donde se encontró el cráneo.

La evidencia arqueológica nos decía que la cultura auriñaciense, asociada a los humanos modernos, hizo su aparición en el continente europeo hace unos 40.000 años aproximadamente.




En principio, las lecturas que podemos hacer de estas nuevas dataciones son interesantes en el sentido  de que invitan a debatir sobre quién fue el autor de algunas de las llamadas culturas de transición del paleolítico medio al superior, hasta ahora atribuidas a los neandertales según la mayoría de los investigadores. 



Esto también implica que el período durante el cual los dos grupos de seres humanos coexistieron y parece que convivieron en Europa se amplía en varios miles de años (tendríamos una franja temporal que abarca desde unos 43.000 años hasta hace unos 24.000 años aproximadamente).



Los datos nuevos que se aportan en el estudio del  equipo liderado por Tom Higham  son, en primer lugar la presencia de los humanos modernos en las Islas Británicas hace entre 41.000 y 45.000 años según una nueva datación de huesos de animales asociados una mandíbula humana hallada en el año 1927 en Kents Cavern.






Por su parte,  Stefano Garcelli ha analizado dos dientes infantiles, de leche, que fueron descubiertos en 1964, en el yacimiento de Grotta del Cavallo, en el Sur de Italia, y que se clasificaron entonces como neandertales; con nuevas técnicas empleadas considera que los restos se asemejan más a los de los humanos modernos, al tiempo que las nuevas dataciones arrojan unas fechas entre 45.000 y 43.000 años de antigüedad. 








Hay que recordar que estos dientes estaban  asociados a restos de una cultura con piezas de adorno personal y con un extraordinario trabajo en hueso conocida como Uluzziense, una de las culturas de transición del paleolítico medio al superior atribuidas a los neandertales.



Pero esta nueva revisión de las piezas dentales no cuenta con el consenso de toda la comunidad científica, como se ha encargado de comentar Joao Zilhao, ya que no parecen suficientes los elementos a comparar como para sacar esta conclusión, que a priori parece más basada en el prejuicio de asociar industria en hueso y adornos personales con los humanos modernos que con los neandertales.



Habrá que esperar a ver que dicen otros expertos en dentición como por ejemplo José María Bermúdez de Castro para ver hasta qué punto esta nueva revisión se puede llegar a consolidar entre toda la comunidad científica. (me da la sensación de que se intenta incrustar a toda costa restos de humanos modernos en una secuencia cultural neandertal).





Fuentes:






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