El cardenal Miguel Obando y Bravo abogó este miércoles, por
unas elecciones tranquilas y en paz, pensando que todos los
nicaragüenses somos hermanos en Cristo y nadie quiere la guerra.
En un acto religioso desarrollado en las instalaciones de la
Universidad Católica (UNICA), para recordar a los fieles difuntos,
felicitó al presidente Daniel Ortega y Rosario Murillo por la labor que
han realizado durante todo el periodo de gobierno en estos 5 años.
Destacó que en este periodo “se han desarrollado programas sociales a
favor de los pobres: Plan Techo, entrega de títulos de propiedad, Usura
Cero, Hambre Cero, Bono Productivo, educación y salud gratuita”.
“El Señor que premia hasta un vaso de agua dado por su amor, sabrá
recompensar con creces todo lo bueno que ustedes han llevado a cabo por
los nicaragüenses, haciendo una opción preferencial por los pobres”
aseguró el Cardenal Miguel.
El religioso hizo énfasis en el verdadero cristianismo el cual está
fundamentado en la práctica de la solidaridad, el amor, la paz y la
justicia, preferencialmente con los más pobres.
Su Eminencia valoró que “al final de nuestros días, seremos juzgados
por el Amor, el Amor a Dios y el Amor a nuestros semejantes... amar en
profundidad es amar como Cristo nos amó, amar en profundidad es la base
de la Solidaridad y de la Paz”.
En el acto litúrgico estuvieron presentes familiares además del
Presidente Daniel Ortega y Rosario Murillo, funcionarios del Gobierno y
miembros de diferentes organizaciones sociales.
Durante la Misa, hijos,
nietos y nueras de Daniel y Rosario participaron en la proclamación de
la palabra, dando lectura a versículos tomados del Libro de la
Sabiduría, los Salmos y la Primera Carta del Apóstol San Juan, entre
otros.
El Evangelio del día fue tomado de San Mateo, el cual hace referencia
a la práctica de valores cristianos entre los que destaca el verdadero
amor al prójimo y la opción preferencial por los pobres, que son el
mismo rostro de Dios.
Su Eminencia destacó que en el Evangelio, Jesús nos dice: “cuando
venga el Hijo del Hombre apartará a los unos de los otros y premiará a
los que han practicado la virtud de la caridad, la solidaridad, el amor
al prójimo con hechos, con acciones, y no con palabras que se lleva el
viento”.
“A esos les dirá: vengan benditos de Mi Padre, tomen posesión del
reino preparado para ustedes desde la creación del mundo, porque estuve
hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era
forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, encarcelado y
fueron a verme”.
Por el contrario “a los que han sido indiferentes, a los que no se
compadecieron por sus hermanos, a los que no fueron solidarios, ni
caritativos, les dirá el Señor: apártense de mí, malditos, vayan al
fuego preparado para el Diablo y sus ángeles” señaló el Cardenal Miguel.
Para explicar mejor el mensaje, Su Eminencia usó el ejemplo de
Lázaro, un indigente enfermo, que vivía esperando las sobras que caían
de la mesa de un hombre rico, y quien al morir fue llevado al cielo,
mientras que el rico fue enviado al infierno, lugar donde se arrepintió
deseando un mejor destino para sus familiares.
El religioso también se refirió al tema de la Paz y recordó el
mensaje de Jesús a sus discípulos, cuando les dice: “Felices los que
trabajan por la Paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios” y
valoró que “los que trabajan por la Paz, no son los de temperamento
pasivo, estático; al contrario son preocupados y dinámicos en esta
virtud de ser herederos o hacedores de Paz”.
Según el Cardenal, a los cristianos nos corresponde trabajar por la
Paz, la cual nos lleva a un estado de tranquilidad y de entendimiento
entre las personas ya que nos hace más hermanos y más amistosos.
Señaló
que la paz tiene sentido de reconciliación y aquel que la busca “es
misericordioso, compasivo y ama a su prójimo y es reconocido como Hijo
de Dios”.
Expresó que Jesús nos trajo y nos dejó la Paz, para que podamos
convivir y vivir en armonía, “pero Él nos pide que no seamos pasivos, ni
permisivos con los que atentan contra ella.
Es decir, debemos trabajar
en forma permanente por la Paz, así podremos caminar al encuentro con
el Padre, con la confianza de ser reconocidos como sus hijos”.
Su Eminencia reconoció que no es fácil trabajar por la paz, “por eso
son dignos de encomio aquellos que trabajan día a día por construir la
Paz”.
A escasos días de la celebración de las elecciones en nuestro
país, el Cardenal Miguel indicó que “debemos tener especial cuidado por
elegir a aquel o aquellos candidatos que con sus obras hayan demostrado
que son capaces de amar la Vida, respetar la Vida, promover la Vida y
defender la Vida desde su concepción”.
Señaló que el candidato elegido no debe ser partidario del aborto, y
más bien tiene que ser un hombre que sea solidario con sus semejantes.
“Que en su programa de Gobierno se atienda a todos los sectores de la
sociedad, niños, jóvenes, ancianos, mujeres, enfermos, y que demuestre
un Amor preferencial por los pobres”.