Más de medio millón de haitianos viven desde el terremoto de enero de
2010 en campamentos donde enfrentan insalubridad, violencia y amenazas
de expulsiones, denunció la Organización Internacional para las
Migraciones (OIM).De acuerdo con un reporte de esa institución publicado este lunes por la prensa haitiana, el número de refugiados en esta capital es de 550 mil 560, una cifra nueve por ciento menor que la registrada en mayo pasado, cuando eran casi 630 mil.
No obstante, la agencia de Naciones Unidas afirmó que el descenso no indica necesariamente una atenuación del problema de vivienda creado por el sismo, que dejó más de 300 mil muertos y casi dos millones de damnificados.
"Buena parte de la disminución en la población de los campamentos se puede atribuir al deterioro de las condiciones de vida, a la inseguridad, y sobre todo a violencia resultado de los desahucios forzosos", aseguró la portavoz de la OIM, Jemini Pandya.
Hasta marzo pasado, unas 800 mil personas vivían en los albergues transitorios, pero en mayo casi 200 mil de ellas huyeron de las carpas de lona donde vivían.
La OIM reveló además que la situación es más grave actualmente porque muchos organismos humanitarios se retiraron o redujeron sus servicios relacionados con auxilios a estas personas.
"Cada vez es más difícil encontrar soluciones para estos desplazados", afirmó Pandya.
Al menos 400 niños fueron violados en esos lugares desde el pasado año, según organizaciones humanitarias haitianas.
Un estudio difundido en Puerto Príncipe indicó que, contrario a los argumentos oficiales, la mayoría de los desplazados quiere dejar los campos, pero no tienen los recursos financieros para hacerlo.
Una de las medidas gubernamentales fue entregarles 500 dólares para que se marcharan de las tiendas, pero muchos lo consideraron insuficiente.
