Disney me enseñó muchas cosas. El señor Walt Disney, sí, con su barba
blanca y sus cejas pobladas, barriga generosa, mofletes rosas y gafas en
medio de la nariz.
Así lo imaginé siempre, tan peligrosamente parecido a
Papa Noel que ahora me da hasta vértigo.
Me enseñó a frustrarme, a
querer ser la más guapa, a llorar cuando un chico no me quería, a
competir con mis amigas, a creer que la clave está en el trabajo duro y
explotador, a hablar con mi espejo, a no comer manzanas, a tener miedo
en el bosque… me enseñó tantas cosas que me costó mucho esfuerzo
desprenderme de ellas y aun hoy me descubro desprendiéndome de algunas
de ellas como si de capas de piel se trataran.
Para beneficio del
señor Disney, no fue solo a mí a la que adoctrinaron (o al menos lo
intentaron) sino a millones de niñas y niños de todo el mundo que
después fueron padres y abuelos fervientes continuadores de las
enseñanzas del gran imperio animado.
Reflexionando acerca de la
gran propaganda del sistema capitalista que Disney junto a otros muchos
se esforzó en asentar a sangre y fuego, quise investigar sobre los
dibujos animados que ahora ven los niños.
Descubrí una serie animada
emitida desde hace unos meses en el canal ClanTv perteneciente a la
televisión pública española.
Se llama “Los DaVincibles” y bajo el
paraguas de la cultura aprovecha para gotear ideología. Dos adolescentes
apellidados Da Vinci viven aventuras buscando obras de arte por todo el
mundo junto a su tío Leo, Leonardo Da Vinci.
En cada peripecia se
enfrentaran a un malo malísimo de ojos descolocados, boca torcida y, qué
curioso, boina roja, llamado Cuba. Este personaje tiene el maléfico
objetivo de dominar el mundo.
Dominar el mundo, muy relacionado con las
obras de arte y el fin cultural de la serie, sin duda…
Es
habitual escuchar en la serie que los protagonistas repiten una y otra
vez frases del estilo: “hay que luchar contra los planes de Cuba de
dominar el mundo” o cosas similares.
No me parece a mí que elegir Cuba
como nombre del “malo malísimo” de una serie infantil sea un detalle sin
importancia.
Ni es un nombre común italiano (la serie es italiana) como
el del resto de los personajes, ni es un nombre común, a secas.
Pero
aun pasando por encima del nombre, el obejtivo del personaje debería
tener relación con el robo de obras de arte, perseguir a Leo… no sé algo
que tuviera que ver con la trama de la serie.
Dominar el mundo creo que
dista bastante de ello.
Llámenme paranoica pero prefiero andar
con pies de plomo cuando se trata de la educación de nuestros hijos.
Puede ser que ellos no se den cuenta, pero en su subconsciente se queda
toda esa información: el malo = cuba // qué quiere= dominar el mundo.
Y
cuando crecen, los medios de comunicación y sus informativos se encargan
de completar el resto del puzzle.
Ese puzzle mental con piezas
perfectamente fabricadas y preparadas para que no quede ni un hueco
libre dond ese pueda colar el crtierio propio o el espíritu crítico.
Y la televisión pública, como no, jugando excelentemente su papel. Qué pena.
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