Estados Unidos no debería esperar que Cuba libere a un
contratista estadounidense con base en un gesto humanitario unilateral,
dijo el domingo un alto funcionario cubano, en entrevista con la agencia
de prensa norteamericanaAP.
Ricardo Alarcón, presidente del parlamento isleño, dijo que esperar un gesto así “no sería razonable”.
Gross fue sentenciado en marzo a 15 años de cárcel por crímenes
contra el Estado. Fue arrestado en Cuba en diciembre de 2009 tras ser
sorprendido cuando introducía a la isla equipo de telecomunicaciones
satelitales en forma ilegal.
El contratista efectuaba su tarea de agente como parte de un programa
de desestabilización financiado por la agencia estadounidense USAID,
que pretende apoyar el desarrollo de países extranjeros.
Después de que la Corte Suprema de Cuba confirmó la sentencia de
Gross en agosto, los esfuerzos se dirigieron a lograr su liberación por
“razones humanitarias”.
Tanto su madre como su hija adulta están luchando contra el cáncer y
su familia ha debido afrontar problemas financieros desde su arresto,
asegura su esposa, Judy Gross.
Durante una visita a México, Alarcón dijo que el gobierno
estadounidense “debería buscarse una buena poltrona y sentarse a
esperar” si tiene la expectativa de una liberación por razones
humanitarias.
“No sería razonable esperar un gesto unilateral”, manifestó.
También habló con dureza sobre el ex gobernador de Nuevo México Bill
Richardson, quien visitó Cuba a principios de septiembre para negociar
la liberación de Gross. Richardson se fue a casa sin ver a Gross.
Alarcón dijo que Richardson fue a Cuba en un viaje privado y no como
parte de una misión estadounidense. El viaje de Richardson fue “como
practicar la diplomacia amateur, eso no existe, ese es un invento de
Bill”, dijo Alarcón.
Richardson ha dicho que fue invitado a la isla por funcionarios cubanos para negociar la liberación de Gross.
Alarcón dijo que Richardson sugirió un intercambio de Gross por René
González, uno de los cinco cubanos que fueron condenados en 2001 por
infiltrar filas de organizaciones mafiosas de Miami. González tiene la
nacionalidad cubana y la estadounidense.
González salió de la cárcel el viernes tras pasar 13 años en prisión,
pero un juez ordenó que cumpliera tres años de libertad condicional en
Estados Unidos antes de que se pueda ir a Cuba.
Funcionarios cubanos confirman que los cinco intentaban evitar
ataques terroristas contra la isla al vigilar a los exiliados cubanos.
Fueron declarados culpables de “espionaje” y de “intentar infiltrar las
bases militares de Estados Unidos”, algo negado por los propios
militares durante el juicio.
“Richardson más bien ha enredado todas las cosas, porque no puedo
creer que alguien en serio pudiera pensar que podía haber una
negociación entre René González, que estaba (…) a unos días de cumplir
su condena (…), y un señor que está comenzando a cumplir su condena”,
dijo Alarcón.
“Es realmente mezclar manzanas con peras”.
Alarcón dijo que la vida de González está en riesgo si se queda en el
sur de Florida, especialmente después de que la representante
republicana de Florida Ileana Ros-Lehtinen dijo que González “tiene
sangre estadounidense en sus manos”.
“Esta corriendo riesgo no solamente su persona (…), alguien puede
estar interesado en provocar un incidente con él para que la jueza lo
vuelva a enviar a prisión”, dijo Alarcón.
El presidente del Parlamento dijo que mandar a González de regreso a
la isla caribeña sería lo más conveniente para los intereses de Estados
Unidos y Cuba, y también instó al gobierno de Barack Obama a liberar a
los otros cuatro cubanos que aún están en prisión.