
PL – Pakistán advirtió hoy a Estados Unidos que podría
perderlo como aliado si continúa criticando su desempeño en la lucha
contra los talibanes y acusándolo de estar implicado en los recientes
atentados contra intereses norteamericanos en Afganistán.
“Hemos comunicado a Washington que podría perder a un aliado” (de
persistir en esos pronunciamientos), dijo la ministra paquistaní de
Relaciones Exteriores, Hina Rabbani Khar, en Nueva York, donde asiste a
la 66 Reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas.
La víspera, el almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto
de Estados Unidos, acusó a Islamabad de “exportar la violencia” al usar
como “instrumento político” a la red Haqqani, una de la facciones más
violentas de la insurgencia.
Al comparecer ante la comisión de Defensa del Senado, Mullen aseguró
que “la red Haqqani actúa como el verdadero brazo del ISI” (el servicio
secreto de Pakistán) y aventuró que ambos estuvieron involucrados en el
ataque a la embajada norteamericana en Kabul el pasado 13 de septiembre.
“Cualquier cosa que se diga sobre un aliado para recriminarlo y
humillarlo públicamente, es inaceptable”, recalcó Khar, quien representa
a su país ante la Asamblea General luego de cancelar el primer ministro
Yousuf Raza Gilani su participación debido a las inundaciones en
Pakistán.
Washington viene ejerciendo una fuerte presión pública para que
Islamabad suspenda su presunto apoyo a algunos grupos talibanes, entre
ellos la red Haqqani, e incluso ha amenazado con tomar “medidas
apropiadas”.
“Estados Unidos no puede permitirse el lujo de distanciarse de
Pakistán, no puede permitirse el lujo de distanciarse del pueblo
paquistaní.
Pueden elegir, pero si optan por hacerlo, será a su propio
costo”, comentó la canciller al ser entrevistada por el canal de
televisión paquistaní Geo TV.
La acusación de Mullen es la más seria de Estados Unidos contra ese
país de mayoría musulmana desde el inicio de su alianza en la guerra
contra el terrorismo hace una década.
Las relaciones bilaterales acusaron un bajón luego de la operación
encubierta que culminó con la muerte de Osama bin Laden el pasado 2 de
mayo en la ciudad-guarnición de Ahmedabad, pues la población paquistaní
en general, y el Ejército en particular, la consideró una ofensa a la
soberanía nacional.
Cuando las tensiones parecían ir cediendo, sobrevino el ataque a Kabul y una casi inmediata e inusual guerra de declaraciones.
Según analistas, una ruptura total entre ambos países es poco
probable aunque solo fuera porque Estados Unidos depende de Pakistán
como una ruta de abastecimiento para sus tropas en Afganistán, y como
base para sus aviones no tripulados.